2017: el año del Fintech

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En las informaciones financieras del año recién terminado han aparecido frecuentemente términos como ciberdivisa bitcoin y tecnología blockchain, inteligencia artificial y big data, o pagos contactless y biometría, por citar algunos. Se trata, sin duda, de una llamada de atención, de una tendencia, de una demostración de que la tecnología financiera, fintech, ha llegado para quedarse. Las empresas fintech utilizan la tecnología para hacer que el sector financiero sea más eficiente ofreciendo servicios innovadores a través de nuevos canales de distribución lo que ha revolucionado a la banca tradicional que se ha lanzado al mercado en búsqueda de alianzas estratégicas de colaboración.

El ritmo de inversión en el desarrollo del sector fintech ha sido vertiginoso en los últimos ocho años. La inversión mundial en fintech se ha multiplicado por 20 desde 2008. El año pasado superó los 30.000 millones de dólares (en 2014 fue de 12.200 y en 2015, los 22). El fenómeno se inició en Estados Unidos aunque rápidamente se extendió a Europa y Asia. Generalmente, las empresas fintech son startups aunque las más consolidadas han regularizado su actividad a través de licencias bancarias e incluso, en 2016, han creado una federación, la Global Fintech Hubs Federation (GFHF) para coordinar y globalizar las innovaciones que están transformando el sector financiero a nivel mundial.

En Europa, el centro por excelencia del sector fintech se localiza en Londres donde se concentra el 60% de las empresas. Este liderazgo se encuentra en tela de juicio tras el controvertido Brexit por el que los británicos decidieron, el pasado mes de junio, salir de la Unión Europea. A nivel mundial, Singapur ya le disputa la primera posición.

En España, la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) trabaja actualmente en la elaboración de un libro blanco regulatorio que permita a las distintas autoridades entender las necesidades del sector y promover una adaptación regulatoria a las fintech. La Asociación considera que la falta de una regulación es una barrera de entrada de nuevos competidores en el sector financiero por lo que, entre sus objetivos, están la coordinación entre supervisores y reguladores; la unificación y mejora de las herramientas de supervisión; el facilitar el emprendimiento agilizando los trámites y plazos necesarios para crear una empresa; potenciar que se aligere la carga fiscal en los primeros meses de actividad; y la protección al consumidor.

Las actuales tendencias apuntan a que este nuevo 2017 podría ser, sin duda, el año del sector fintech a nivel mundial. Según el Foro Económico Mundial, Deutsche Bank y Morgan Stanley la tecnología blockchain, que sustenta el protocolo bitcoin será la clave del futuro sistema financiero mundial e IBM ha vaticinado que los bancos lanzarán servicios comerciales basados en blockchain hacia finales de 2017. Las entidades financieras comenzaron a interesarse por ella en 2015 y, desde entonces, varias se han tomado en serio su uso para mejorar los sistemas de pago. Sus principales ventajas son la posibilidad reducir considerablemente el coste de las infraestructuras y plataformas internas de los bancos y la infinidad de sus aplicaciones (desde las transacciones financieras hasta la automatización de procesos contractuales). El bitcoin (con minúscula) es una criptodivisa (divisa virtual o moneda digital) para los pagos electrónicos que se ha convertido en una alternativa de inversión similar al oro. Actualmente, tiene un valor que ronda los mil dólares, su valor más alto en los últimos tres años, aunque el Banco Central Chino acaba de anunciar que investigará las transacciones con bitcoins en busca de posibles delitos (el 90% de transacciones con la divisa virtual se registra en China debido a la caída del yuan), lo que ha provocado una relativa huida de los inversores.

Una de las novedades que trajo 2016 fue el pago a través del móvil (Bizum, Apple Pay, Samsung Pay). Los expertos aseguran que en 2017 se consolidará y se generalizará la utilización de este tipo de pagos porque, además, han surgido nuevos sistemas de pago contactless desde diferentes dispositivos (relojes, pulseras) que agilizan el proceso de pago y mejoran la experiencia de usuario, de modo que resulte más fácil, cómodo y rápido. También los avances en biometría han llegado a la banca digital. Algunas entidades han introducido elementos biométricos para el pago móvil, las tarjetas inteligentes y cajeros automáticos para mejorar la seguridad a la hora de identificarse como clientes: ya es posible abrir una cuenta desde casa o pagar en un comercio a través del reconocimiento de voz, facial o de la huella digital.

En el contexto fintech toma protagonismo la inteligencia artificial como otro elemento transformador del sector financiero. Según un informe de la consultora PwC, en cinco años, los avances en la gestión del big data serán fundamentales para todas las actividades financieras del día a día, incluidas el asesoramiento robotizado (roboadvisors) que se anticipa a las necesidades de los clientes, la atención al cliente (chatbots) y la seguridad cibernética. El sector ya lo utilizaba para las concesión de préstamos (estimación del riesgo de crédito), la detección del fraude o la suscripción de seguros.

Actualmente, bancos y empresas fintech trabajan para colaborar a través de APIs (Application Programming Interface) para que las startups se conecten directamente con las entidades, posibilitando la innovación y nuevos modelos de negocio de forma más rápida.

Autora: Elvira Calvo (16 enero 2017)

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