El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), presidido por Mario Draghi, aprobó el pasado jueves 10 de marzo, una serie de medidas que afectarán a todos a partir de esta semana: a los Estados, a los bancos, a las empresas y a los ciudadanos. ¿Quiénes son los beneficiarios y quiénes los perjudicados? Veamos las principales medidas, a quién benefician o perjudican y por qué:
1ª medida. Rebajar el tipo de interés al 0% (estaba en el 0,05%), tanto el que se cobra a los bancos como el de referencia en Europa.
Resulta ventajosa para la mayoría de los mortales; por fin, se volverán a conceder créditos, y los que ya mantienen alguno con el banco, pagarán un poco menos de intereses por el cierre en negativo del Euribor de febrero. Claro que, por contra, perjudicará a los ahorradores que recibirán menos intereses por sus ahorros.
En las bolsas europeas, no hubo grandes movimientos el día del anuncio y, salvo la española, casi todas cerraron en negativo. Algo parecido sucedió con el euro: cuando bajan los tipos de interés, suele darse una depreciación de las monedas. Tras el anuncio de las medidas el pasado jueves, el euro subió al finalizar la jornada y alcanzó un cambio de 1,1279 dólares frente a los 1,1017 del día anterior. Ir del 0,05% al 0% supone una rebaja muy pequeña, pero podría animar un poco a los exportadores españoles y a los turistas estadounidenses que quieran viajar a Europa.
2ª medida. Ampliar con 20.000 millones de euros mensuales más el importe de las compras de deuda soberana y de las administraciones regionales.
Es buena para nuestro país ya que España tiene una deuda soberana cercana al 100%. Al ampliar la compra de deuda en 20.000 euros más, nuestro país se beneficiará de que el BCE compre 80.000 euros al mes de deuda, estatal y territorial, en lugar de los 60.000 establecidos anteriormente. Esta medida, unida a los bajos precios del petróleo, debería ayudar a España a crecer un poco más.
3ª medida. Aumento de la tasa que cobra el BCE a los bancos por depositar dinero en sus arcas
Aunque sea correcto decir que se ha rebajado la tasa hasta el -0,4%, en realidad ha sido una subida de una décima en el coste que les supone a los bancos guardar su dinero en el BCE. Tiene por objetivo que las entidades financieras no depositen el dinero en el BCE y que lo dediquen en forma de más créditos y liquidez a la economía real. También contribuye a frenar la apreciación del euro, por lo que la economía de la eurozona debería ganar en competitividad.
4ª medida. Inclusión de empresas en la adquisición de títulos (a partir de abril)
El programa de compra de deuda (QE, Quantitative Easing en inglés) que comenzó en marzo de 2015, no se limitará a los bonos emitidos por las administraciones estatales, sino que se incluirán también títulos emitidos por corporaciones no bancarias, es decir, por empresas de la eurozona.
Con esta incorporación de deuda corporativa -títulos que las compañías emiten en los mercados de capitales para financiarse- se beneficiarán las empresas aunque, actualmente, no tienen demasiados problemas. Será efectiva a partir de abril, aunque se desconoce a qué tipo de corporaciones -públicas o privadas- comprará títulos el BCE.
El objetivo: estimular el crédito y la inflación
En definitiva, el objetivo del Banco Central Europeo es estimular la concesión de créditos y que la inflación de los precios vuelva a incrementarse a niveles cercanos al 2% (en febrero cayó al -0,2%). Porque si la inflación sube, ayudará a los deudores (Estado o ciudadanos) a devolver antes el dinero que deben. En términos generales, el BCE pretende reforzar la recuperación de la eurozona que sigue contenida por el lento ritmo de las reformas. De hecho, el mismo día que se anunciaron todas estas medidas, el propio BCE rebajó las previsiones de crecimiento de la eurozona al 1,4% en 2016, tres décimas menos que lo anunciado en diciembre por los riesgos a la baja del crecimiento global y la caída de los precios del petróleo.
¿Conseguirán estas medidas alguna inyección positiva? ¿Logrará el BCE relanzar la economía europea? El propio Draghi reconoció que es necesario completarlas con reformas estructurales. Es decir, las medidas son monetarias pero debe haber más gasto real en la economía. De nada sirve ofrecer créditos a buen precio si no hay demanda.
Autora: Elvira Calvo (15 de marzo de 2016)