El último día de marzo conocimos oficialmente las cifras de déficit y de deuda públicos españoles de 2015. El Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, confirmaba unos rumores que se daban por hecho: España no cumplía con el objetivo de déficit prometido en el Pacto de Estabilidad con Bruselas y, además, nuestra deuda pública llegaba a su máximo histórico, un millón setenta mil millones de euros, lo que equivale al 99% del PIB español.
España no ha cumplido con la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera de las Administraciones Públicas que el gobierno de Rajoy firmó en 2012 y en la que se establecían los techos de gasto para todas las administraciones (central, autonómica y local). Y ¿por qué? Pues porque el Déficit Público español cerró 2015 en el 5,16% cuando con Bruselas se había firmado un 4,2%. Esto se traduce en que el año acabó con un desequilibrio entre los ingresos y los gastos de 56.600 millones de euros, es decir, se han gastado 10.000 millones más de lo pactado en la Ley de Estabilidad.
Y ¿quién ha gastado más de lo que debía? Según el gobierno, el desajuste de las cuentas se debe al gasto de las Comunidades Autónomas que terminaron un punto por encima: un agujero del 1,6% cuando el límite estaba en el 0,7%. Salvo Canarias, Galicia y País Vasco, todas las demás comunidades han incumplido el límite. A la cabeza, Cataluña seguida de Extremadura, Aragón, Murcia y Comunidad Valenciana con desequilibrios superiores al 2%. También la Seguridad Social ha gastado más de la cuenta, un -1,2% cuando el límite estaba en el -0,6%.
Según el gobierno, los que sí han cumplido han sido la administración central del Estado, y los ayuntamientos. Según Montoro, la administración central ha cuadrado las cuentas mejor de lo previsto, al mejorar en 2 décimas: un -2,7% cuando se le exigía un -2,9%; y los ayuntamientos, son la nota positiva, han cerrado el ejercicio con un superávit del 0,4%
La Comisión Europea ha manifestado su disgusto porque España no haya cumplido el objetivo de estabilidad y ha pedido al gobierno español que reaccione para corregirlo. ¿Qué pasará ahora? El gobierno -recordemos que ahora mismo está en funciones- tiene que adoptar más medidas en el marco de la Ley Presupuestaria y aplicar las normas ya existentes -Ley de Estabilidad- para impedir que las Comunidades Autónomas eleven el gasto. Es más, se les ha dicho que no recorten pero que tampoco aumenten, por lo que muchas de ellas tendrán que dedicar parte del presupuesto de 2016 a financiar el gasto de 2015.
El mismo día conocimos la cifra de Deuda Pública: en el conjunto de las administraciones públicas, el endeudamiento en 2015 llegó a su máximo histórico con un millón 70 mil millones de euros, lo que equivale al 99% del PIB (en 2007, representaba el 36% del PIB; en 2010, el 63%; y en 2013, un 93%).
Cataluña es la comunidad más endeudada con 72.000 millones de euros al cierre de 2015. Esa cantidad equivale casi al 28% de todas las deudas autonómicas en el Banco de España. En porcentaje del PIB, el mayor endeudamiento, un 41,8% corresponde a la Comunidad valenciana.
Según la Comisión Europea, esta alta deuda pública representa una fuente de vulnerabilidad para la economía española. La comisión -que ya ha pronosticado que la deuda se mantendrá en torno al 100% del PIB hasta 2020 si no se cambia la fiscalidad- sigue pidiendo más esfuerzos para aplicar las reformas, sobre todo en materia fiscal para contener la deuda.
Todo ello se traduce en que Bruselas seguirá apretando las tuercas a España sea cual sea el Gobierno que surja. Los partidos políticos no confían en más austeridad. La oposición y algunos gobiernos autonómicos piden retrasar el objetivo un año y eso, a pesar de que ya se han empezado a aplicar algunas medidas como en Cataluña e, incluso, se han embargado las cuentas de Extremadura y Aragón para pagar las deudas que ambas comunidades tienen con algunos de sus proveedores. Otras 14 comunidades están en aviso: tienen hasta el 20 de abril para aprobar un plan de no disponibilidad (recorte del gasto o subidas de impuestos) para cumplir con el objetivo de déficit del 0,3% este año tras la fuerte desviación que han sufrido en 2015.
Pero ¿cuál es la relación entre el déficit y la deuda públicos? El déficit público es un flujo monetario que se forma al realizar las administraciones gastos superiores a los ingresos que se generan a través de los impuestos y las cotizaciones sociales. La deuda pública es un fondo que se alimenta por el déficit público que se acumula año tras año. Mientras se generen déficits públicos, la deuda continuará aumentando.
Autora: Elvira Calvo (11 de abril de 2016)