Dinastías: lo que une las familias y separa los negocios

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Dinastías: lo que une las familias y separa los negocios

14/05/2016 | Europa Press – Europa Press Español

La sucesión en la empresa familiar, ese momento que antes o después llega. La salida del familiar al mando de la empresa puede afectar tanto al destino de la compañía como a los empleados y aquellos terceros que tengan alguna relación de negocios.

A pesar de que ceder el control a otro miembro de la familia puede ser aparentemente sencillo, no siempre es así y requiere de una planificación adecuada para que el proceso se realice con éxito, de la manera menos complicada posible.
Sin embargo, algunas veces, la operación no se realiza de la mejor forma y las disputas familiares y los conflictos por el cargo acaban afectando en mayor o menor medida tanto a la imagen de la compañía como a la empresa en sí.
España cuenta con 1,1 millones de empresas familiares, que aportan anualmente a la economía 262.000 millones y unos 7 millones de puestos de trabajo, según las cifras del Instituto de la Empresa Familiar en España.
Desde mercadofinanciero.com hemos recopilado un conjunto de los casos más significativos que estuvieron marcados por la sucesión o por los conflictos familiares por divergencias en la gestión.
GULLÓN
La empresa centenaria dedicada a la fabricación de galletas y productos derivados del cereal puso fin al conflicto interno por el control de la compañía en julio de 2015, tras cinco años de enfrentamientos. Para que ello sucediese, la presidenta de la empresa, María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, incorporó a sus tres hijos varones en el Consejo de Administración de Gullón.
La empresa fue fundada por el bisabuelo de la actual generación y pasó a manos de Sainz-Rozas, tras la muerte de su marido, José Manuel Gullón.
Sin embargo, a pesar de que la situación se ha apaciguado, no siempre fue así, ya que la familia estuvo dividida en dos bandos y llegaron a tener múltiples procesos judiciales abiertos.
En un bando se encontraba la viuda de José Miguel Gullón, actual presidenta de la compañía; su hija María Lourdes y Juan Miguel Martínez Gabaldón, miembro ajeno a la familia, que estuvo en la compañía desde 1986; mientras que en la otra parte se encontraban los otros tres hijos de José Miguel y María Teresa, Félix, Hernán y Rubén Gullón; y los hermanos de la presidenta Félix y Raúl.
En 2009 estalló una pugna interna por el control de la compañía, cuando los hijos varones y sus hermanos relevaron a la presidenta y despidieron a Martínez Gabaldón por la pérdida de confianza en su gestión.
El órgano de gobierno de la compañía acusaba al ex director general de la compra irregular de terrenos sobre los que se asienta una de las fábricas y de la adquisición de acciones de la empresa sin su conocimiento. Las aguas han vuelto a su cauce y la historia parece tener fin.
FREIXENET
La compañía está compuesta por tres familias. Los Ferrer, que controlan el 42%, los Bonet, que junto a los primeros son los principales accionistas de la compañía; y los Hevia-Ferrer que tienen el 29% de la empresa, respectivamente. La reconocida marca catalana fue fundada por los abuelos del actual vicepresidente, Enrique Hevia, en el siglo XV.
El conflicto se debe a que la familia Ferrer quiere comprar las acciones de los Bonet y de los Hevia-Ferrer. Por otro lado, aunque desistieron y pasaron a situarse en posición vendedora, los Hevia-Ferrer también tantearon la compra del resto de participaciones.
Hasta el momento, los Hevia están decididos a vender su participación, por desavenencias con los Ferrer-Noguer, hijos del presidente de honor y principal pilar de la familia Ferrer, José Ferrer. Por su parte, los Bonet, representados por José Luis Bonet se encuentran más divididos a la hora de inclinarse hacia vender o no.
Recientemente, José Luis Bonet confirmó que la compañía había recibido una oferta de compra del grupo vitivinícola alemán Henkell. Sin embargo, aún se desconoce como acabará esta iniciativa y cual será la posición de la empresa catalana.
LLADRÓ
La compañía la crearon tres hermanos en 1958 en el pueblo de Tavernes Blanques (Valencia). En 2007, decidieron dividir el negocio familiar tras haber estado trabajando de manera conjunta todos esos años.
Los «problemas» en esta empresa familiar comenzaron cuando la hija de José Lladró, el segundo de los hermanos que fundaron la compañía, fue apartada de la dirección por sus tíos y primos que no compartían su estrategia.
En ese momento, decidió crear la compañía vinícola «Bodegas Terra Reial», que se disolvería en 2007, con la D.O. Duque de Lladró para sus vinos. La compañía presentó una demanda, Rosa María perdió el pleito y el derecho a usar la marca. Entonces, la hija de José Lladró decidió centrarse en el negocio inmobiliario.
Este mismo año, las tres familias se repartieron el grupo y la de Juan Lladró se quedó con el control del negocio de la porcelana, mientras que las de José y Vicente se repartieron los sectores inmobiliarios y agrícolas.
Actualmente, tras los últimos sucesos en los que dimitió la hermana de la actual presidenta, su marido, un hijo de José Lladró y otro de Vicente Lladró, la compañía afirma estar en paz. Sin embargo, hoy en día los problemas de Lladró se centran en que cuenta con menos de un tercio de la plantilla que tenía en sus mejores años.
GRUPO EULEN
El Grupo Eulen se fundó en 1864 en Valbuena de Duero, Valladolid y pasó a las manos de David Álvarez Díez en 1982, el que sería su presidente hasta el momento de su fallecimiento en 2015. La familia Álvarez es propietaria, a su vez, de la empresa patrimonial «El Enebro», cuyos dos activos más importantes son «Bodegas Vega Sicilia» y la empresa cárnica «Valles del Esla».
El conflicto empezó a forjarse en 2009, cuando comenzaron las discrepancias sobre la gestión de la compañía en la familia Álvarez. El patriarca tenía en contra a sus cinco hijos «díscolos» por el control del patrimonio familiar. A favor de Álvarez se encontraban su hijo Jesús David, que era proclive al acuerdo de sus hermanos, y a su hija María José, que es la actual presidenta del grupo Eulen.
A pesar de que Álvarez intentó dejar atados todos los cabos antes de fallecer, la tregua tan solo duró cinco meses. En 2013, el patriarca constituyó junto a María José la sociedad «Daval», con la que controlarían el 60% del accionariado de Eulen y evitó los planes de sus cinco hermanos rebeldes de hacerse en el futuro con el control de la compañía.
Actualmente, los hijos «críticos», propietarios del 80% de «El Enebro», han estado pidiendo el cese de su hermana al mando de Eulen y que se nombrasen nuevos consejeros para el consejo de administración.
A principios de mayo, tuvo lugar la primera junta extraordinaria después de la muerte de Álvarez, donde los «díscolos» exigieron que se llevase a cabo una gestión profesional para que velase por el buen funcionamiento, rentabilidad y futuro de la compañía y de sus empleados. Por el momento, la actual presidenta continuará al mando del grupo de servicio, aunque sus hermanos podrían alcanzar el 51% de Eulen una vez definida la herencia del padre.


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