Estilo, color y significado

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Estilo, color y significado

16/10/2013 | FxM – Hugo Vázquez

Alrededor del mundo, el aumento de la participación de las mujeres en la política incrementa la credibilidad de la democracia, favoreciendo la rendición de cuentas y, en general, contribuye a mejorar la eficiencia de las políticas que se implementan al aportar nuevas perspectivas.

Como ejemplo tenemos que en la India los comités locales liderados por mujeres tienen en marcha un 62 por ciento más de proyectos para dotar de agua potable a las comunidades que los comités liderados por hombres; y en Noruega hay evidencia de que existe una correlación entre el número de mujeres que forman parte de los comités municipales y las políticas de apoyo que se emiten para el cuidado infantil.

Dentro de los objetivos del milenio de Naciones Unidas se encuentran aumentar la participación de la mujer en la política y en las actividades económicas remuneradas. Se trata de elevar la participación de las mujeres tanto en las votaciones como en las listas de quienes serán elegidos.

En esa lucha cuesta arriba que es lograr la paridad en la representación de ambos géneros en el mundo de la política hay un elemento que se analiza con más detalle y dureza cuando se trata de las mujeres: su forma de vestir.

Se ha criticado la forma de vestir de Ángela, Cristina, Hillary y Dilma; esa libertad que tienen las mujeres para elegir entre una muy amplia variedad de vestuario se convierte en un factor de riesgo cuando se dedican a la política.

En política los hombres cuentan con la ventaja de que existe un “uniforme” de trabajo, el cual una vez puesto los hace parecerse, camuflarse y pasar a ser “uno más de la manada”; pero con las mujeres es diferente. Esa enorme variedad de diseños, colores y texturas que tienen a su disposición parece un campo minado por el cual tendrán que transitar mientras estén bajo los reflectores.

Y aun cuando se decanten por un estilo para agilizar ese lapso de tiempo en que se miran frente al espejo por las mañanas, digamos las chaquetas de Ángela Merkel, se le da seguimiento por el color utilizado y el contexto en que se utiliza; y por supuesto se menciona en los medios.

Además esa variedad hace más fácil medir la amplitud de su armario y el gasto que se realiza para llenarlo, lo que no se hace con un político.

Curiosamente la mujer más influyente en el mundo de la moda, Anna Wintour, editora de Vogue, marca la pauta al simplificar el vestuario y el peinado: es inconfundible su invariable peinado y tiene un modelo de zapatos que utiliza recurrentemente porque le son de lo más cómodos. Eso sí, son unos “manolos”, hechos famosos por la serie “Sex and the city”.

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