Inflación e Índice de Precios de Consumo (IPC): ¿cómo te afectan en tu día a día?

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La inflación y sus efectos

Sin duda, una de las palabras del año 2022 ha sido la inflación, un fenómeno que todos hemos notado en nuestros bolsillos a la hora de hacer la compra, pagar una factura de la luz o realizar cualquier actividad que suponga un gasto. Seguro que has notado como de repente tu dinero “vale menos” al pasar por caja: ya no podemos comprar tanto como antes con el mismo dinero.

Esto se debe a un aumento generalizado de los precios, es decir, que todo ha subido a la vez, en mayor o menor medida, pero es difícil encontrar un solo bien o servicio que haya mantenido su precio si lo comparamos con años anteriores.

La inflación supone una pérdida directa del poder adquisitivo de la población. Esto genera consecuencias sobre las decisiones de ahorro, consumo o inversión, por lo que es un fenómeno económico que suscita mucho interés. Te animamos a leer en este post de FxM un poco más de información sobre la inflación y sus consecuencias.

¿Cómo se mide la inflación?

En nuestro post de hoy vamos a hablar sobre una de las principales herramientas que existen para cuantificar la inflación: el IPC o Índice de Precios de Consumo.

Seguramente has oído hablar de este indicador junto a noticias sobre inflación, energía, vivienda y pérdida de poder adquisitivo en el contexto de un 2022 en el que hemos contemplado cifras récord de este índice. Sólo hace falta contemplar el siguiente gráfico, en el que podemos observar la evolución del IPC durante los últimos años para ver cómo desde 2020, el IPC se ha disparado:

El IPC nos mide directamente la inflación explicando cómo evoluciona de forma general el precio de los diferentes bienes y servicios de la economía. Lo hace expresando el valor de los bienes y servicios de forma relativa a un momento concreto en el tiempo, que denominamos base.

Aunque esto pueda parecer complicado, el procedimiento es en realidad bastante sencillo: se toma una cesta de la compra en un momento determinado y se compara mes a mes cómo va cambiando el coste de esta cesta. De esta forma, podemos entender cómo para comprar lo mismo, necesitamos más o menos dinero.

¿Cómo se calcula el IPC?

En España, el organismo encargado de calcular el IPC es el Instituto Nacional de Estadística (INE), quien presenta este indicador todos los meses.

Para calcularlo el IPC, el INE evalúa el precio total de una cesta de la compra que sea representativa de todos los precios de España. En la cesta se incluyen todo tipo de bienes y servicios, tal y como puedes ver en el siguiente gráfico, dónde mostramos las 12 categorías de productos que componen el IPC:

En su cesta de la compra, el INE incluye hasta 955 artículos diferentes, lo que hace que este indicador sea bastante fiable a la hora de hablar de aumentos generalizados.

Para conocer los precios de los productos que componen la cesta, el INE realiza una metodología mixta: estudios de campo, acceso a bases de datos de proveedores o recopilación de información a través de portales web.

Con estos datos, el INE calcula cuánto costaría la cesta cada mes y lo compara con el coste de esta cesta en el periodo base. El resultado de esta comparativa es el IPC para ese mes.

Por simplicidad, el IPC se expresa en base 100, es decir, que el coste de la cesta en el periodo base se escala a un valor exacto de 100. Esto hace que sea muy fácil de interpretar: por ejemplo, si el IPC es 106, esto quiere decir que la cesta es un 6% más cara que en el periodo base. Así podemos conocer de un vistazo cuál ha sido el cambio en los precios.

Actualmente, el IPC en España se elabora tomando como base 2021.

El IPC y sus tasas de variación

Además del IPC, el INE también publica las tasas de variación del índice, que nos explican cómo ha cambiado en diferentes ventanas temporales:

  • Variación intermensual. Refleja el cambio en el IPC a corto plazo, desde el mes anterior al mes actual.
  • Variación interanual. Refleja el cambio en el IPC en los últimos doce meses. Este indicador suele utilizarse como mecanismo de actualización de rentas o precios para incorporar los efectos de la inflación (o deflación) y ajustarlos al coste general de la economía.
  • Variación acumulada en el año. Indica cuál es el cambio en el IPC observado desde el IPC de diciembre del año anterior, para conocer la evolución a lo largo del presente año.

El siguiente gráfico nos muestra las tasas de variación interanual en octubre de los últimos 20 años, dónde podemos comprobar cómo destacan notablemente los ascensos de 2021 y 2022:

Esta variación interanual nos dice cómo de rápido aumentan los precios, lo que es muy importante para saber cómo de repentina es la devaluación de nuestro poder adquisitivo. Como vemos, durante los dos últimos años, el IPC ha crecido de forma exponencial.

¿Para qué se usa el IPC?

La función principal del IPC es la de actuar como indicador, es decir, darnos una medida que sea sencilla de interpretar para explicar qué está sucediendo con la inflación. Así, nos permite evaluar la tendencia de los precios para poder tomar mejores decisiones de ahorro, inversión o consumo.

Sin embargo, en muchas ocasiones el IPC se utiliza como punto de partida para actualizar los precios, salarios u otras rentas, como por ejemplo las pensiones. Esta idea sigue una lógica clara: hacer que las cantidades monetarias se ajusten teniendo en cuenta la pérdida del valor del dinero.

Ejemplos de cantidades sujetas a actualizaciones según el IPC son:

  • El Ingreso Mínimo Vital.
  • Las pensiones contributivas de la Seguridad Social.
  • El coste de los alquileres.

¿Qué es la inflación subyacente?

Aparte de la inflación, existe otra medida, conocida como inflación subyacente que captura la evolución en los precios sin tener en cuenta dos tipos de productos: alimenticios y energéticos.

¿Por qué se excluyen estos productos? Básicamente por dos motivos:

  • Su precio es muy variable. Cambian por estaciones y/o son muy sensibles a ciertos eventos, como por ejemplo los conflictos bélicos.
  • Suponen una proporción alta del consumo total. Por tanto, ocupan mucha parte de la cesta y cuando su precio cambia el IPC cambia en consonancia.

La inflación subyacente permite conocer cómo evoluciona el precio de todos los bienes y servicios que no están sujetos a tanta variación, lo que nos dice si realmente el IPC aumenta de forma esporádica y localizada o si lo hace de forma sistemática. Cuando la inflación subyacente es alta, esto se traduce en una pérdida de poder adquisitivo generalizada y sostenida.

Prof. Julián Óscar Hernández Florindo

Formador de Finanzas para Mortales

Doctor en Economía de la Empresa y Finanzas

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