Invisibles pero Cruciales: Los Creadores de Mercado

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En el complejo universo de los mercados financieros, hay figuras que desempeñan un papel esencial, pero a menudo pasan desapercibidas para la mayoría de los inversores. Entre estas figuras se encuentran los llamados creadores de mercado o market makers en inglés.

Como veremos a lo largo de este post, los creadores de mercado son actores clave que mantienen el flujo y la estabilidad en los mercados financieros. A lo largo del contenido exploraremos quiénes son estos invisibles participantes, cómo operan en el entramado de las transacciones y por qué su labor es vital para el funcionamiento global de los mercados.

¿Quiénes son y cuál es su labor?

Los creadores de mercado son individuos o entidades financieras que actúan como intermediarios en los mercados de activos financieros. A diferencia de la mayoría de los participantes, que buscan comprar y vender para obtener beneficio por el movimiento del mercado, los creadores de mercado actúan de una forma única.

Su labor es similar a la del aceite lubricante en los motores: favorecen el buen funcionamiento del mercado asegurando que las transacciones son fluidas y se reducen las fricciones entre el resto de participantes. Para ello, se encargan de algo tan fundamental como la provisión de liquidez, es decir, ofrecer al resto de inversores la posibilidad de comprar o vender sus activos financieros en todo momento.

La liquidez es un factor esencial de los mercados, siendo una característica especialmente valorada por los inversores, ya que les aporta tanto seguridad como libertad.

¿Por qué aporta seguridad? Porque los inversores siempre tienen garantizada una “vía de salida” del mercado, si por ejemplo tienen una necesidad puntual de liquidez para hacer frente a gastos imprevistos.

¿Por qué aporta libertad? Porque si existe un mercado líquido, un inversor es libre de cambiar su posición en cualquier momento, vendiendo sus activos y comprando aquellos en los que esté interesado, sin que esto le suponga un coste desmedido en comisiones y, sobre todo, en spreads. ¿Te suena el concepto del spread? Quizá sí si ya tienes algo de experiencia en el mercado, pero es probable que para los Mortales éste sea un concepto para los muy cafeteros… Por ello, hablemos con calma sobre él.

El funcionamiento de los mercados y los spreads

Aunque pueda sonar extraño, los mercados financieros no son diferentes en absoluto de cualquier otra negociación de compraventa que podamos imaginar, como por ejemplo la adquisición de una vivienda, un vehículo de segunda mano o en un bazar. Seguro que te has encontrado alguna vez en esta situación:

  • A: Te doy 50€ y me estoy arriesgando
  • B: Por menos de 80€ no te lo puedo dejar
  • A: Ni para ti, ni para mí: 60€
  • B: Venga, por 70€ lo dejamos hecho
  • A: Perfecto

Como vemos, en esta negociación hay tres componentes fundamentales, una parte que quiere comprar (A), una parte que quiere vender (B) y el ingrediente clave: el desacuerdo entre las partes sobre el valor del producto.

En los mercados financieros, sucede exactamente la misma situación: tenemos inversores que quieren comprar el activo, inversores que lo poseen, pero no verían con malos ojos venderlo a un buen precio y un posible desacuerdo en cuanto a dicho precio.

Sin embargo, sí que hay una diferencia fundamental entre los mercados financieros y las compraventas a las que estamos más habituados: el número de participantes en la negociación. En la situación anterior, A quiere comprar y B quiere vender, pero ¿qué sucede si el producto de la transacción es un producto que no es único, sino que hay miles y miles de copias de éste? ¿Y qué pasa si a la vez existen miles de compradores y vendedores dispuestos a realizar las transacciones? Eso son los mercados financieros.

Parece evidente que una negociación directa entre compradores y vendedores no sería suficiente para conseguir que las transacciones puedan llevarse a cabo, o al menos, que sea la mejor forma de realizarlas. Por ello, los mercados financieros se organizan a través de un sistema alternativo mucho más eficiente: los libros de órdenes.

Un libro de órdenes no es más que un registro de las condiciones a las que los diferentes participantes están dispuestos a llevar a cabo una determinada transacción sobre un activo concreto. Así, en el libro los compradores registran su disposición de comprar un número concreto de unidades a un precio determinado, mientras que los vendedores realizan un registro similar: el número de unidades que están dispuestos a vender a un precio determinado. Así, el libro de órdenes presenta en todo momento la siguiente forma:

CompraVenta
VolumenPrecioPrecioVolumen
3002,352,50200
4502,302,74231
5702,202,85357
15302,052,961230

El libro muestra la información remitida por los inversores en forma de órdenes de compra y venta de forma agregada. Las órdenes siguen una jerarquía determinada por el precio de compra (de mayor a menor) o de venta (de menor a mayor).

Así, viendo el ejemplo anterior sabemos que un inversor podría comprar hasta 200 unidades a un precio de 2,50€ o podría vender hasta 300 unidades a un precio de 2,35€. Como vemos, las órdenes reflejan una máxima de los mercados: los inversores quieren comprar barato y vender caro, por eso vemos que la parte derecha del libro tiene precios notablemente superiores.

A esta diferencia entre los precios de compra y venta ofrecidos por el mercado la conocemos con el nombre formal de spread, y representa el coste asociado a la transacción del activo en el mercado, es decir, el valor al que un inversor renuncia con tal de llevar a cabo la operación en la que está interesado. Veamos cómo funciona ese coste:

Supongamos que el último precio del activo al que se ha ejecutado una transacción es 2,43€, por lo que es la cifra más representativa del valor del activo, ya que es el último precio al que se han puesto de acuerdo un comprador y un vendedor.

Imaginemos un inversor que tiene 100 acciones en su cartera y acude a venderlas porque tiene un gasto imprevisto y necesita recuperar su dinero. Si observa el mercado, ve que el mejor precio al que puede venderlas de forma inmediata es a 2,35€, ya que es el precio máximo al que los inversores del mercado están dispuestos a comprar el activo. Si decide llevar a cabo la operación, tan sólo cobraría 235€ por una cartera de acciones cuyo precio real es 243€, lo que supone un coste de 8€. De forma similar, si fuese otro inversor el que estuviese interesado en comprar 100 acciones de forma inmediata, tendría que pagar 250€ por unas acciones cuyo valor es 243€, es decir, tendría que pagar 7€ más de lo que realmente valen.

Quizá en este punto te plantees una idea simple: ¿no pueden esperar un poco? Una alternativa a pagar los spreads sería que nuestros impacientes inversores registrasen una orden de venta o compra al precio que desean. Si, por ejemplo, la registrase el vendedor, el libro quedaría así:

CompraVenta
VolumenPrecioPrecioVolumen
3002,352,43100
4502,302,50200
5702,202,74231
15302,052,85357
  2,961230

Ahora, el vendedor sólo tiene que esperar a que venga otro inversor que quiera comprar las acciones de forma inmediata o, al menos, a ese precio de 2,43€. Claramente, esta espera no parece demasiado compatible con la necesidad que tiene el vendedor por obtener dinero cuanto antes.

El peligro de los spreads

Como hemos visto, los spreads representan un sobrecoste, ya que alejan el precio de la transacción del valor real del activo, y cuando son demasiado altos, esto ahuyenta a los inversores, ya que no están dispuestos a pagar costes tan altos o bien a esperar demasiado tiempo para ejecutar sus transacciones. Entonces, ¿lo mejor es que el spread sea 0?

Tampoco éste sería un escenario excesivamente bueno, ya que entonces no habría incentivo para que determinados agentes emitiesen órdenes y estuvieran dispuestos a comprar o a vender, ya que no obtendrían ningún beneficio. Por tanto, el óptimo está en un término intermedio, cuando el spread actúa como un incentivo suficiente para que haya órdenes en el libro, pero no actúa como barrera para los potenciales compradores y vendedores.

¿Cómo ayudan los creadores de mercado?

Los creadores de mercado proporcionan un flujo constante de liquidez a través de ofrecer simultáneamente la compra y venta de activos. De esta forma, contribuyen a que el mercado siempre pueda ofrecer un libro de órdenes atractivo y cuyo spread sea reducido.

El creador de mercado se marca un objetivo de beneficio mediante la fijación del spread que quiere mantener, registrando posteriormente órdenes de compra y venta que se distancian del precio de mercado en esa misma cifra. Si recuperamos el ejemplo anterior, recordemos que el precio de referencia era 2,43€ y su libro el siguiente:

CompraVenta
VolumenPrecioPrecioVolumen
3002,352,50200
4502,302,74231
5702,202,85357
15302,052,961230

Si surge un creador de mercado cuyo objetivo de beneficio es de dos céntimos de spread, veamos cómo cambia el libro:

CompraVenta
VolumenPrecioPrecioVolumen
1502,412,45150
3002,352,50200
4502,302,74231
5702,202,85357
15302,052,961230

¿Qué consigue el creador de mercado? Ofrecer precios de compra y de venta más ajustados, lo que reduce los costes para los inversores potenciales y ofrece mayor liquidez al mercado, al permitir que cualquier interesado pueda siempre comprar y vender. Esta disposición constante a comerciar crea un entorno de transacción sin obstáculos, lo que a su vez fomenta la confianza y la participación en los mercados.

La recompensa del creador por ofrecer todo este beneficio a los mercados son precisamente los spreads que consigue por cada transacción, ya que, si realiza de forma correcta su actividad, siempre comprará más barato de lo que posteriormente venderá. Por ello, un spread cero es imposible, ya que entonces no habría creador de mercado que estuviese dispuesto a participar.

La actividad del creador de mercado requiere una constante monitorización del mercado y el ajuste prácticamente inmediato de sus órdenes a medida que evoluciona el precio del activo. Por ello, requiere una infraestructura y especialización que son sólo alcanzables por grandes participantes del mercado, como las entidades financieras. En el caso de la Bolsa española, la entidad bancaria Société Générale es quien actúa como creador de mercado para las acciones del IBEX 35.

Como hemos visto hoy, los creadores de mercado, a menudo eclipsados por los titulares más llamativos, son claves para la liquidez y la estabilidad de los mercados financieros. Su labor se traduce en un entorno propicio para los inversores y el funcionamiento fluido de las finanzas globales, aunque no es sencillo comprender al 100% cómo actúan. Hoy hemos arrojado luz sobre ellos para seguir conociendo aquellos detalles de los mercados que más desapercibidos pasan, pero que son sin duda los más interesantes.

Prof. Julián Óscar Hernández Florindo

Formador de Finanzas para Mortales

Doctor en Economía de la Empresa y Finanzas

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