Biografía
El 11 de marzo de 1931 nacía como sociedad anónima una de las empresas más importantes en el sector de la construcción de nuestro país, Entrecanales y Távora, S. A. Un ingeniero de caminos, José Entrecanales Ibarra, y un constructor, Manuel Távora Barrera, fueron sus fundadores. Ya en 1928 habían comenzado a ejecutar conjuntamente algunas obras. La primera de ellas, el proyecto reformado del sevillano puente de San Telmo, vino a realizarse a sugerencia del rey Alfonso X, quien deseaba que la citada construcción no ocultase la vista de la Torre del Oro y poder así ofrecer las mejores galas de la capital andaluza durante la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929. Casi al mismo tiempo se les encargaron otras obras, entre ellas la construcción de unos depósitos de petróleo en el puerto de Pasajes y los cajones para el dique seco de Nuestra Señora del Rosario, además de otras instalaciones del puerto de Cádiz.
El cada vez mayor número y volumen de las obras encargadas hizo que José Entrecanales y Manuel Távora considerasen necesario constituir una sociedad anónima. Y como ya hemos indicado, así lo hicieron tres años después de iniciar su colaboración. Hasta que en el mes de diciembre de 1940 falleciera Manuel Távora, la dirección de la entidad estuvo encomendada de forma conjunta a los dos socios. Desde ese momento y hasta 1969, José Entrecanales permaneció como único director gerente de la empresa constructora, manteniendo dentro de su denominación social el apellido de su socio y amigo como homenaje a éste.
Pero mucho antes de que esto ocurriera, el 16 de diciembre de 1899, nacía en Bilbao José Entrecanales Ibarra. De padre cántabro —médico pediatra— y madre bilbaína, vivió su infancia y juventud en la ciudad que le vio nacer. Tras cursar los estudios primarios en el Instituto Vizcaíno de Bilbao, a los 16 años se trasladó a Madrid para preparar su acceso a la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la capital, la única existente por entonces en nuestro país. La selección del alumnado se realizaba a través de un difícil examen de ingreso, que José Entrecanales aprobó a los dos años de su llegada a Madrid.
En 1917, con 18 años, José Entrecanales comenzó sus estudios de Ingeniería, estudios que concluiría en enero de 1924 como número 1 de su promoción. Los alumnos que conseguían aprobar todos los cursos, al obtener su título de ingeniero, pasaban a formar parte del cuerpo de funcionarios de Ingenieros de Caminos o del de Ayudantes de Obras Públicas. Podían pedir la excedencia y pasar al sector privado sólo cuando conseguían un puesto de trabajo en una empresa que justificase su actuación como de interés nacional.
Nada más obtener el título de ingeniero de Caminos, José volvió a su Bilbao natal para comenzar allí su andadura profesional. Ese mismo año se incorporó a la Junta de Obras del Puerto de Bilbao. Sólo dos años después, en 1926, abandonó, aunque no totalmente, el sector público para incorporarse a la sociedad privada Construcciones Hidráulicas y Civiles (Hidrocivil) como jefe de su oficina técnica. Pronto dejó también esta firma, pues como ya dijimos, en 1928 se le podía ver inmerso en la obra del puente de San Telmo, asociado a Manuel Távora, empresario que había ejecutado las primeras construcciones con hormigón armado de Andalucía.
En 1931 Entrecanales y Távora, S. A. se constituyó como una empresa ejecutora de proyectos y obras de construcción, que intentaba ofrecer a sus clientes un servicio de máxima calidad, basado siempre en la “excelencia técnica”. La inmejorable formación de José Entrecanales, que a su faceta de gran empresario unió durante mucho tiempo la de profesor en la Escuela de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos de Madrid, le permitió desarrollar con éxito esta política. Consideraba que el secreto primordial de la competitividad radicaba en dicha excelencia, que todo lo demás se daba por añadidura. Su preocupación por la formación continuada del personal, no fue sino una parte de esta filosofía. Hasta tal punto le preocupaban la mejora técnica y la formación de sus trabajadores que D. José enviaba continuamente a los jefes de obra de su empresa notas y extractos de revistas y libros técnicos, en los que se hacía referencia a los métodos utilizados en los trabajos en curso.
A lo largo de seis décadas, José Entrecanales estuvo al frente de la sociedad, primero como director gerente en compañía de Manuel Távora (1931-1940) y más tarde en solitario (1940-1969); después como consejero y presidente de honor, hasta jubilarse a los 75 años (1969-1974); y finalmente como asesor, puesto que dejó para retirarse definitivamente con 82 años (1974-1981). Durante todo este tiempo Entrecanales y Távora, S. A. intentó evolucionar para adaptarse a la situación económica nacional e internacional, para satisfacer la demanda de nuevas construcciones cada vez más grandes y complejas.
Así, en los años cuarenta, cuando el Gobierno puso en marcha el Plan de Recuperación del Ferrocarril, la sociedad llevó a cabo muchos de los proyectos en él incluidos. Puso a punto equipos que pudieron sustituir tramos de puentes metálicos ya agotados por otros de hormigón armado, aprovechando la noche y las horas muertas entre el paso de los trenes para evitar interrumpir el tráfico.
En la década siguiente surgieron otros planes de desarrollo en los que el papel de Entrecanales y Távora, S. A. fue, de nuevo, muy significativo. Por ejemplo, el Plan de Industrialización de Empresas Españolas, que intentaba facilitar la modernización de sus plantas productivas, permitió a la compañía entrar con fuerza en el sub-sector de las obras civiles. Para conseguirlo creó una gran oficina técnica especializada en la construcción y mejora de plantas siderúrgicas, que con el tiempo fue la encargada de proyectar y construir el 90% de la obra civil puesta en marcha dentro del Plan Avilés.
Por esos mismos años, la firma de los acuerdos entre España y Estados Unidos, por los que nuestro país aceptaba que los norteamericanos construyesen en territorio nacional bases militares, fue aprovechada por José Entrecanales para afianzar aún más su negocio. No fue ni la primera ni la única empresa constructora que participó en el proyecto de construcción de estas bases, pero sí fue la que más proyectos y obras ejecutó.
Y la empresa seguía creciendo con el tiempo. A principios de los años sesenta, el Gobierno franquista decidió atajar los problemas ocasionados por las fuertes sequías de años anteriores lanzando un ambicioso plan hidrológico. José Entrecanales quiso entrar también en los grandes proyectos que se pusieron en marcha dentro de este plan. Para ello preparó un nuevo equipo de técnicos que estudió los métodos utilizados en la construcción de las grandes presas alpinas europeas. Tras dos años de preparación —y formando una agrupación temporal con otras empresas españolas— este equipo fue capaz de acometer la construcción de una de las presas de bóveda más altas del mundo por aquel entonces, la de Almendra, sobre el río Tormes, de 202 m. Y no fue la única.
También las obras marítimas ocuparon un apartado importante de las actividades de la firma. La construcción de muelles interiores y obras de abrigo, diques secos y varaderos para la reparación y construcción de buques, tuvo que adaptarse al cambio en la escala o tamaño medio de las embarcaciones usuarias. En la construcción de diques —como el de Astilleros Españoles en Matagorda—, la empresa buscó adaptarse al aumento del calado de los buques experimentando nuevas técnicas de ejecución de grandes anclajes y haciendo uso de la Hidrogeología. También tuvo que desarrollar los atraques en mar abierto —como el de Empetrol en Tarragona—, en los que tanto el proyecto como los métodos de ejecución eran notablemente diferentes a los utilizados hasta entonces.
Dando nuevas muestras de su capacidad de adaptación, a finales de los sesenta Entrecanales entró de lleno también en el sub-sector de la construcción de centrales nucleares. Buscando como en ocasiones anteriores la “excelencia técnica”, José Entrecanales puso en práctica su método habitual de trabajo. Formó un equipo de técnicos que fue enviado a Estados Unidos y Francia, países punteros en el desarrollo de este tipo de obras, para estudiar sus técnicas de construcción. El éxito fue tal que, de ocho centrales construidas en España, Entrecanales intervino en siete.
También participó Entrecanales en la puesta en marcha del Plan REDIA, que el Gobierno proyectó para mejorar la red viaria del país. En el seno de este Plan la firma llevó a cabo la construcción del tramo de carretera Serín-Gijón-Avilés, en el que se empleó, por primera vez en España, la técnica del pavimentado continuo de hormigón armado.
En el campo de la edificación la compañía también quiso dejar su impronta. Construyó para clientes públicos: nuevas sedes de los Ministerios de Industria y Energía, y de Comercio y Turismo, en Madrid, del arquitecto Antonio Perpiñá; y privados: centros comerciales y empresariales, hoteles y apartamentos en las costas peninsulares y de las islas (Hotel Mencey en Tenerife, del arquitecto Marrero Regalado, o el Santa Catalina en las Palmas, sobre proyecto de Ángel Martín Fernández de la Torres), sedes oficiales e institucionales (el edificio diseñado por Sáenz de Oiza que sirve de sede al BBV, o la madrileña Torre Europa de Miguel Oriol, entre muchos otros), instalaciones deportivas, ciudades sanitarias, complejos residenciales, etcétera.
Todas estas grandes obras permiten asegurar que Entrecanales y Távora, S. A. fue desde el momento de su creación y lo es aún hoy —desde 1997, tras su fusión con Cubiertas y MZOV, como Acciona— una de las principales empresas del sector de la construcción español. Creció con el país, supo ir respondiendo a la demanda de nuevas instalaciones, demanda nacida de las necesidades propias de una nación que se está industrializando. Sin embargo, no se conformó con esto, también quiso salir fuera, acometer proyectos en el exterior que le hicieran menos dependiente de la actividad siempre cíclica del sector de la construcción en un solo país.
En 1948 inició su aventura exterior, en Portugal y Marruecos concretamente. En el país vecino construyó, entre otras, las obras del dique de abrigo del puerto de Villa Sanjurjo, los viaductos de acceso al puente 25 de Abril en Lisboa y el túnel bajo el Seminario en Oporto. No es, sin embargo, hasta finales de la década de los sesenta, cuando ante la fuerte recesión del mercado interno español, José Entrecanales apuesta fuerte por expandir su actividad en el exterior, en concreto, en América del Sur (Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, Argentina o Colombia), África (Argelia, Guinea o Libia) y Europa (Francia).
Más allá del sector de la construcción, el Grupo Entrecanales fue extendiendo sus actividades hacia otros sectores, en algunas ocasiones relacionados con el anterior, pero no siempre. En la actualidad está presente en actividades tan diversas como la ingeniería civil, la promoción inmobiliaria, la explotación de aparcamientos, la prefabricación industrializada de viviendas, la fabricación de tuberías de alta presión y piezas especiales, la producción y comercialización tomates y plátanos de Canarias, o la pesca del atún. Iberinsa; Infilco Española, S. A.; Sepisa, S. A.; Viviendas modulares; Fábrica de Tubos Eytasa; Comunidad Agrícola Entrecanales y Larrarte; Entrerríos, S. A.; y Cessa, son algunas de las empresas del grupo que desarrollan estas actividades.
Una biografía de José Entrecanales no estaría completa si, además de sus aventuras empresariales, no recogiese su faceta de profesor universitario. Desde 1929 hasta 1957 D. José compaginó su actividad empresarial con la docencia en la Escuela de Caminos de Madrid. Primero fue profesor auxiliar en la cátedra de Puertos y desde 1931, catedrático de Cimientos y Puentes de Fábrica. En 1957 pidió la excedencia voluntaria para poder dedicarse por entero a sus empresas.
Durante 28 años José Entrecanales llevó a las aulas sus conocimientos sobre Geotecnia, ciencia que introdujo en España. Enseñó a sus alumnos las nuevas doctrinas de autores suecos y austríacos sobre lo que hoy se denomina Mecánica del Suelo.
Como reconocimiento a su labor en la promoción de las ciencias, cuando en 1957 solicitó la excedencia fue nombrado profesor honorario; y en 1983 recibió la Medalla de Colegiado de Honor del Colegio de Ingenieros de Caminos de Madrid. Además, José Entrecanales recibió la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y la Gran Cruz del Mérito Civil.
El cariño y la admiración entre la Escuela y José Entrecanales eran mutuos. Al abandonar la Escuela D. José no se olvidó de ella, pues dotó un premio para la mejor tesis doctoral realizada sobre temas relacionados con la Cimentación y los puentes de fábrica, además de becas para doctorandos que decidiesen realizar sus tesis sobre estas materias. En 1999, nueve años después de que falleciese José Entrecanales, se constituyó la Fundación José Entrecanales Ibarra, con una dotación fundacional cercana a los 1.500 millones de pesetas (unos nueve millones de euros), que fue provista por las donaciones y legados de D. José y de su esposa, María de Azcárate Flórez.
Resumiendo otra de sus facetas profesionales, a pesar de que estuvo sólo dos años al servicio directo del Estado, D. José desarrolló en varias ocasiones actividades para la administración. En 1929 fue nombrado miembro de la Comisión Mixta de Marina y Obras Públicas, y en 1937, ingeniero director de la Oficina Municipal de Bilbao de Reconstrucción de los Puentes.
Queda aún algo muy importante que decir sobre José Entrecanales: que además de ingeniero, profesor y empresario, fue un gran humanista. Se casó con María de Azcárate Flórez, con quien tuvo cinco hijos: Delfina, Cruz, José María, Juan y Teresa. Este enlace le acercó a personas notables dentro de la Institución Libre de Enseñanza. Su afición a la lectura y su amplia cultura le llevaron a mantener relaciones de amistad con José Ortega y Gasset y Javier Zubiri, y a acudir a tertulias en el Casino de Madrid y el Café Gijón, famosos por congregar a la flor y nata de la sociedad capitalina. Además, su interés por la pintura le llevó a reunir una importante colección de obras de Sorolla, Beruete, Regoyos y Cecilio Plá.
El 12 de febrero de 1990, a los noventa años, falleció en Madrid José Entrecanales Ibarra. Había levantado un auténtico emporio empresarial, que dejó en manos de sus dos hijos varones, José María y Juan Entrecanales de Azcárate, y que hoy está dirigido por uno de sus nietos, José Manuel Entrecanales Domecq.
Acciona es hoy más que una gran constructora. Es un grupo cotizado en bolsa, parte del selecto Ibex-35, es una multinacional española presente en varios sectores de actividad. Según recoge su página web, su misión es “promover el desarrollo sostenible y el bienestar social” trabajando fundamentalmente en cuatro sectores de actividad: “energías renovables, construcción, agua y servicios”. Y el orden de los sectores no ha sido escogido por la autora de esta breve semblanza de José Entrecanales Ibarra.
Begoña Moreno Castaño (Universidad Nacional de Educación a Distancia)