José Pastor Horta (I)

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José Pastor Horta fue un empresario de la segunda generación de una familia de comerciantes y banqueros que logró que su actividad económica traspasase las fronteras del siglo XX. Puede tomarse como un ejemplo de la evolución experimentada por un amplio grupo de empresarios españoles que iniciaron su actividad económica en Cuba durante la primera mitad del siglo XIX y que, a su regreso a la Península Ibérica, desarrollaron actividades como comerciantes-banqueros o banqueros. Pastor Horta sentó las bases de una institución financiera gallega que tendría una vida longeva, el Banco Pastor (fusionado en el año 2012 con el Banco Popular).

Comenzando con unos breves apuntes biográficos, señalaremos que José Pastor Horta nació en A Coruña en 1820, y murió en Vichy (Francia) a consecuencia de una enfermedad en 1877. Sus progenitores eran de origen catalán, aunque su madre, Gertrudis Horta Galcerán (1801-186), había nacido en Miño y residía en A Coruña desde 1807. Su padre, José Pastor Taxonera (1789-1853), se había afincado en la ciudad en 1813. José Pastor Taxonera se casó dos veces. Con su primera esposa, Juana Galcerán, tuvo un hijo, Juan Ventura Pastor Galcerán (1814-1868). Su segunda esposa, Gertrudis, pertenecía también a la familia Galcerán, y era sobrina de la anterior. Con ella tuvo cinco vástagos: tres hombres (José, Pedro y Francisco 1830- 1866), y dos mujeres (Gertrudis 1822 -1874 y Rosa 1826 -1904).

José Pastor Horta, al igual que su padre, se casó en dos ocasiones. Primero, en Cuba; pero esta esposa, cubana, Emilia Bebosa, fallecería en 1857, a los pocos días del parto de la que fue la única hija de José Pastor, Ernesta, quien tampoco le sobrevivió mucho tiempo, ya que murió en A Coruña en 1869. La segunda mujer, Adelaida Fernández de Luanco Barrié, aun siendo mucho más joven que él, fallecería igualmente de modo prematuro, al año de su boda, celebrada en 1870. Era nieta del empresario francés y residente en A Coruña Pedro Barrié de Abadie. Con este segundo matrimonio José Pastor estrechó vínculos con la familia Barrié; su hermana Gertrudis se había casado con Pedro María Barrié Marchesi (segunda generación Barrié) y, a la muerte de este, José se hizo cargo de la educación y formación de su sobrino Pedro Barrié Pastor (tercera generación de la familia Barrié y de la familia Pastor), así como de la gestión del patrimonio heredado.

Sus hermanos varones no le sobrevivieron ni dejaron descendencia. Solo su hermana Rosa le sobrevivió. La línea sucesoria se prolongaría pues a través de los hijos de sus dos hermanas: Pedro Barrié Pastor y Ricardo Rodríguez Pastor (tercera generación de los Pastor), que serían los que continuaron y ampliaron los negocios que José Pastor Horta dejó tras su fallecimiento.

Podría destacarse de la saga Pastor el particular énfasis en la educación y de nuestro personaje cabría señalar, además, la posición favorable al acceso a la educación de la mujer que puso de manifiesto en sus escritos, haciendo explícito su deseo de que su herencia sirviese de auxilio a cualquier asociación que facilitase a la mujer “carreras literarias, científicas y profesionales y la obtención de títulos académicos y universitarios”. En general, se mostró muy sensible a la importancia de la instrucción en el proceso de formación de las personas, como revelan las indicaciones dejadas a su heredero para el apoyo a la financiación de la biblioteca popular en A Coruña. De este modo, podemos considerar que sus propuestas continúan materializándose en la actualidad a través de la política socioeducativa seguida por la Fundación Barrié, creada por Pedro Barrie de la Maza a mediados del siglo XX (cuarta generación de Barrié y de Pastor).

José Pastor Horta comenzó su escolarización muy temprano. Su instrucción se continuó con profesores particulares en francés, latín y dibujo. Siguió estudios oficiales en las Escuela de la Junta Provincial de Comercio de A Coruña, donde aprendió matemáticas y dibujo lineal; a los catorce años consiguió su certificado de estudios. En 1834 completó su proceso educativo en Alemania: residió dos años en un centro educativo en Oldesloe (Schleswig-Holstein), adquiriendo conocimientos de alemán, inglés, historia, geografía y física.

Una vez completado su ciclo de educación formal, con dieciséis años, partió a finales de 1836 hacia la Habana para trabajar en la casa comercial Nicolás Galcerán (tío suyo, emigrado también, dedicado a negocios de importación exportación, propietario de la Fábrica de Tabacos Lord Byron). Permaneció en este trabajo hasta 1848, año en que falleció su pariente. En la Habana desarrolló una nueva fase de su aprendizaje: experiencia práctica en actividades mercantiles relacionadas con el comercio exterior y con la economía cubana, pero también reunió un pequeño capital con el que pudo emprender nuevos negocios de modo autónomo.

Antes de establecerse por cuenta propia, José decidió dar perspectiva a su nueva etapa realizando un gran viaje por América y Europa de un año de duración. Partió hacia Nueva Orleans y continuó por Ohio, Nueva York y Boston; cruzó el Atlántico dirigiéndose a Liverpool, Manchester y Londres, desde donde pasó a España. Llegó a Vigo y siguió hasta Cádiz, donde rechazaría una asociación para realizar negocios con Filipinas. El viaje continúo por los principales puertos españoles del Mediterráneo; conectó con su familia catalana y, posteriormente, visitó Madrid. En A Coruña residió varios meses con su familia, y puesto que había abandonado la ciudad a la edad de dieciséis años, la estancia le permitió retomar contactos directos con comerciantes y armadores, y conocer de modo directo la actividad y las posibilidades de su puerto. Coincidió este viaje a Europa con la liquidación de la empresa de su padre, Dalmau y Pastor. El patrimonio que a esa altura ya había conseguido José, le sirvió para apoyar financieramente a su padre, a fin de que este pudiese hacer frente a la liquidación de cuentas con sus socios. Para su regreso a Cuba, se dirigió desde A Coruña a los puertos de Hâvre y Hamburgo; en Odesloe visitó a sus profesores de la etapa de estudiante en Alemania, y salió desde Liverpool hacia Nueva York, desde donde llegaría a la Habana en mayo de 1849. A lo largo de este largo periplo, conoció diferentes procesos de producción textil (el americano y el inglés). Así como las fundiciones inglesas. Posiblemente estableció además contacto personal con casas comerciales de los puertos de su interés, tanto ingleses como alemanes y españoles, con los que posteriormente daría amplitud a su actividad mercantil.

El interés explícito por la formación profesional puede considerarse una constante en la vida de José Pastor Horta, que haría extensiva a sus familiares directos: primero, a su hermano Francisco, en cuya formación se involucraría tan pronto llegó este a la Habana en 1841 para trabajar en la casa de Galcerán, impulsándolo a trasladarse a Nueva York con el fin de que pasase a trabajar en una casa comercial propiedad de un corresponsal y antiguo conocido suyo, y adquirir así experiencia en los negocios internacionales. Cuando regresó definitivamente a A Coruña en 1859, viudo y con una hija pequeña, José se hizo cargo de la educación de su sobrino Pedro, y lo envió a formarse en Comercio al País Vasco, en el Real Seminario Científico e Industrial de Vergara, posteriormente a Hannover y, cuando terminó sus estudios, a Londres, para que adquiriera experiencia como meritorio en una casa comercial. De ese modo su sobrino obtendría conocimiento de idiomas, de Europa y del comercio internacional. Antes de morir, José Pastor, encomendó a Pedro Barrié Pastor, con el que había formado sociedad mercantil, que se encargase de sus otros sobrinos varones: Ricardo (1865-1939) y Francisco Rodríguez Pastor (1861-?), hijos de su hermana Rosa, viuda de Antonio Rodríguez Fernández, con la previsión de que en el futuro trabajasen en la sociedad, si bien previamente debían adquirir experiencia en otras empresas. Ricardo se educó y formó en Alemania e Inglaterra, donde obtuvo el título de ingeniero ferroviario y trabajó en varias casas comerciales, y Francisco obtuvo el título de perito mercantil.

Las relaciones sociales de José Pastor Horta fueron amplias. A tenor de su cartera de inversiones en la Habana, dichos vínculos debieron ser importantes; sirva como ejemplo su participación en la creación del banco de Pinar del Río. En A Coruña tuvo una vida social intensa: formaba parte del círculo de amistades de la condesa de Espoz y Mina; ocupó cargos en la Junta de Sanidad, en la Comisión de Teatro de la Beneficencia, en la Escuela Gratuita de Agricultura creada por la condesa, en la Sociedad de Seguros Mutuos de Incendio de Casas, en la Junta Provincial de Beneficencia, en la Junta Económica del Presidio y en la Junta Provincial de Agricultura, Industria y Comercio. Era académico de número de la Academia de Bellas Artes de A Coruña, y fue nombrado Caballero de la Real Orden de Carlos . Su actividad comercial internacional le llevó a ser nombrado también cónsul de Prusia en 1871 y de Alemania en 1873, y vicecónsul de Rusia.

Fijaremos ahora la atención en la actividad económica desarrollada por la familia Pastor antes de que José Pastor Horta fuese autónomo en sus negocios. El padre de nuestro protagonista había iniciado su carrera empresarial en Galicia en 1813, asociado en A Coruña con su yerno Juan Ventura Galcerán en Galcerán e Hijos, empresa dedicada al comercio interior y exterior, propietaria de varios barcos mercantes, con inversiones en las industria de la sardina y en del curtido, y con una amplia red de corresponsales en Ultramar. En 1819 su padre se asoció, en la misma ciudad, a Dalmau y Compañía, sociedad constituida en 1776 por catalanes y orientada al negocio de la salazón, así como al comercio tanto interior como exterior. En 1826, se puso al frente de la dirección de esta última ampliando su gama de actividades, con una fábrica de jabón y negocios inmobiliarios, transformándola en Dalmau y Pastor, compartiendo ahora la propiedad con los nietos de sus antiguos socios. En 1848 los socios liquidaron cuentas y regresaron a Cataluña. Para hacer frente al pago de las cuentas, José Pastor Taxonera hipotecó y vendió parte de las propiedades y negocios de la sociedad, y pidió ayuda a José y Francisco, que ya estaban haciendo su capital propio en Cuba. A la muerte de su padre, la herencia y sus negocios se distribuyeron entre su madre, hermanos y hermanas, reconociéndose en la misma una amplia deuda con los dos hijos emigrados. Entre los bienes que trasmitió se encontraba una fábrica de salazón de sardina, una fábrica de jabón, y un negocio dedicado a la fabricación de guantes de cuero, mercería y coloniales, aunque también numerosas activos incobrables por importes elevados procedentes de Dalmau y Pastor. La historiografía gallega sobre la familia Pastor y el propio Banco Pastor fijan el origen del banco en 1776, fecha de constitución de Dalmau y Compañía, aun cuando Pastor se incorporó a la misma ya en el siglo diecinueve.

La madre de nuestro protagonista, Gertrudis Horta, en unión con su hijo Pedro Pastor, abrió en 1840 una mercería (cintas y quincalla) bajo la razón social Juana Caballero; a la muerte de Pedro en 1852, la tienda continuó regentada por Juana Caballero, y su participación se distribuyó entre sus progenitores; posteriormente a la muerte de estos el negocio sería distribuido entre los hermanos y hermanas Pastor.

Mª Jesús Facal Rodríguez. Universidad de Vigo.

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