José Pastor Horta (II)

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La etapa empresarial en solitario de José Pastor Horta se inició en la década de 1840 en la Habana, compaginándolo con su trabajo en la casa comercial de Nicolás Galcerán, aunque algunas de sus primeras travesías como empresario independiente no le llevaron a buen puerto, como le sucedió con su inversión en la comercialización de tabaco. Según el propio Pastor cuenta en sus memorias, fue engañado por uno de sus socios que abusó de su inexperiencia. Es de suponer que este fracaso forjaría su experiencia empresarial, extrayendo de él advertencias para sus asociaciones futuras. Después de la muerte de Galcerán en 1848, por encargo de la viuda, primero se hizo cargo de la dirección y de la liquidación de los activos y pasivos de la casa comercial, y con posterioridad se independizó y estableció contacto, directo y bajo su propia firma, con los corresponsales de esa casa.

En la Habana, en 1849, instaló su escritorio en una céntrica calle, e invirtió en la comercialización del tabaco, azúcar, cacao, aguardiente de caña y su exportación, bien por cuenta propia bien en comisión. Sus rutas principales además de las de cabotaje en la Isla de Cuba, eran Puerto Rico y A Coruña. Parte del cacao y azúcar fue destinado a la fábrica de chocolate de su hermano Juan Ventura en A Coruña, y desde este puerto importó productos tales como salazón, cera o chocolate. Los negocios fueron brillantes, coincidieron con la buena coyuntura de la economía cubana favorecida por el impulso del tabaco, de modo que a finales de 1851 su capital ascendía a setecientas cincuenta mil pesetas (30 mil pesos de diez).

En 1853, después del regreso de su hermano Francisco de su aprendizaje neoyorquino, ambos hermanos constituyeron en la Habana José Pastor y Compañía, con un capital de un poco más de un millón de pesetas (41.423 pesos); obviamente el peso de José en la misma era el más alto (93,29%). Esta sociedad, además de los negocios mencionados, participó también en la propiedad de varios vapores (Isabel, Cárdenas, Pelayo), destinados al cabotaje en la Isla, y en 1857 en la corbeta española Gertrudis, dedicada al negocio del azúcar con A Coruña y al trasporte de emigrantes de Galicia-Habana cuya propiedad compartiría con el armador y amigo coruñés Augusto José de Vila. A la actividad comercial y naviera de la empresa se añadió la bancaria, y a medida que el negocio se expandió fue necesario incorporar más personal, acogiendo en su empresa a jóvenes varones procedentes de la Coruña.

José Pastor participó en la fiebre especulativa que acompañó al auge de la economía cubana hasta 1858, invirtiendo en la compra de acciones de diversas empresas: el Banco del Pinar del Río (posteriormente La Alianza, Compañía de Crédito y Seguros), Almacenes de Depósito de la Habana, Compañía Internacional de Banco y Seguro, Caja de Seguros Marítimos y contra Incendios, y en minas de cobre. Antes del estallido de la burbuja y de la crisis experimentada por la economía cubana afectada por la subida de aranceles norteamericanos al azúcar y al tabaco, los Pastor vendieron la mayor parte de sus participaciones, logrando un importante beneficio un poco más de dos millones seiscientas mil pesetas (105.000 pesos).

En agosto de 1858 José y Francisco decidieron retornar definitivamente a A Coruña, pero antes contribuyeron a la constitución en la Habana de Rigal, Dardet y Cª, sociedad a la que encomendaron la liquidación de sus negocios. Formaban parte de esta empresa Rafael Sentenat, gaditano y representante de los Pastor en la sociedad, el vasco Segundo Rigal y el catalán Pablo Dardet. La nueva sociedad debería entregar a los Pastor una parte de las comisiones obtenidas en la liquidación de los activos pertenecientes a José Pastor y Compañía. A finales de 1858 el capital de José Pastor se elevaba a casi un millón novecientas setenta mil pesetas (78.781 pesos); el 93,5% del mismo procedía de lo logrado en José Pastor y compañía en liquidación, el resto se correspondía con lo recibido por herencia de su padre.

Además del capital procedente de los beneficios de sus negocios cubanos, los hermanos Pastor llevarían consigo A Coruña numerosos contactos e información sobre la economía americana que les sería muy útil para consolidar su posición en la economía gallega en los años posteriores. En su regreso a Europa procedentes de la Habana, los hermanos inician desde A Coruña una gira de contactos comerciales, visita de fábricas, ocio y cultura por Europa y distintas ciudades y puertos de España. Primero visitan el interior de la península, permaneciendo en Madrid casi mes y medio, y salieron para el País Vasco para recoger a su sobrino Pedro que ya había finalizado sus estudios. En Alemania visitaron Bremen, Hamburgo, Berlín, Dresde, Leipzig, Colonia, Frankfurt, Heidelberg, Baden Baden, y dejaron a su joven sobrino en Hanover para que continuase sus estudios. También visitaron Holanda (Ámsterdam, La Haya, Rotterdam), Bruselas (Amberes, Bruselas), y cruzaron Francia de Norte a Sur (Burdeos, París, Lyon, Ruan, Marsella, Tolon). En París, José Pastor se sometió a una operación. Regresaron a España por Cataluña, Valencia y Andalucía, visitando a sus familiares catalanes y las fábricas significativas de cada una de las ciudades. En diciembre de 1859 estaban de regreso en A Coruña. Esta gira cumplió varios objetivos además del turístico y familiar, al poner en contacto directo a los Pastor con la realidad económica europea y sus posibilidades.

José Pastor Horta y su hija Ernesta Pastor Bebort se instalaron junto a su familia, ocupando uno de los tres pisos del nº 22 de San Andrés; José compró a Juan Ventura parte de los bienes procedentes de la herencia de su padre, de modo que se hizo con la propiedad de la fábrica de jabón, de salazón y los tres ranchos (casitas de un solo cuerpo) en Monte Alto, una zona periférica de la ciudad, próxima a la Torre de Hércules.

Los negocios que su padre, José Pastor Taxonera, dejó al morir, habían permanecido gestionados por Juan Ventura, hermano mayor de nuestro personaje, pero una vez que los recién retornados se instalaron en la ciudad, entre los tres hermanos varones decidieron constituir a finales de 1860 una sociedad mercantil regular colectiva bajo la denominación de Pastor Hermanos. Su capital social era de medio millón de pesetas, con una duración de diez años; José Pastor contribuyó con el 60%, que aportó en efectivo, fincas, créditos, enseres, derechos y acciones; los tres hermanos eran socios colectivos capitalistas. Esta sociedad se dedicaría, según condiciones firmadas en su constitución, a todo tipo de operaciones de comercio y dejaban abierta la posibilidad de la actividad manufacturera (excluyeron en las condiciones, la aplicación el artículo 315 del Código de Comercio, en donde se aclaraba que por la voz genérica de comercio no se entendía incluida las manufacturas). El negocio se estableció en el edificio de residencia familiar (San Andrés nº 22 o posteriormente Espoz y Mina 43) adquirido años atrás por Juan Ventura. Dos de los hermanos murieron entre 1866-1868, y José Pastor Horta, que continuaba viudo en 1868, constituyó la sociedad regular mercantil colectiva José Pastor y Compañía, incorporando a su hermana Gertrudis como comanditaria (7,5%), y a su sobrino Pedro (17,9); el capital era de seiscientos setenta mil pesetas, consistente en efectivo, créditos, buques, enseres, derechos y acciones procedente de la liquidación de Pastor Hermanos. La nueva sociedad continuó con la misma estructura de negocios (comercio, transporte marítimo, negocios de banca).

A la muerte de José Pastor Horta en 1877, su sobrino Pedro quedó como su heredero universal e único socio de José Pastor y Cia. La vida de esta sociedad se prolongó catorce años, hasta 1891, valorándose en quinientas una mil trescientas cincuenta pesetas. Antes de su disolución, y para dar continuidad y amplitud a los negocios, Pedro Barrié Pastor constituyó, en diciembre de 1889, en unión con su primo Ricardo Rodríguez Pastor, la sociedad mercantil colectiva Sobrinos de José Pastor. Su capital ascendía a trescientas setenta y cinco mil pesetas, en parte procedente de la liquidación de José Pastor y Compañía; el 80 % se reconoció a Pedro Barrié, y el 20 % restante a su primo. La participación de Ricardo fue una cesión para que pudiese formar parte de la sociedad, al carecer de capital propio, pues recién llegado de su formación en el extranjero apenas había comenzado a trabajar en José Pastor y Compañía, aunque ya contaba con amplios poderes para gestionar la empresa.

La actividad económica que José Pastor inició en Galicia bajo la denominación Pastor Hermanos comenzó dedicándose al negocio marítimo, como armador de buques y al comercio. Las corbetas que adquirieron hacían el comercio con América y el transporte de emigrantes, y los vapores el comercio de cabotaje. Como armadores organizaron viajes para el transporte de pasaje, iniciándose con el destino a la Habana. En la actividad del transporte, además de la venta del pasaje, la otra parte del negocio era la financiación del mismo, donde se llegaron a cobrar intereses del 14 al 28%. En su actividad de importación y exportación: ganado, cueros, cacao, café, azúcar y sardina salada, cebollas, jamón, chocolate y harina de Santander. Sus rutas americanas con Cuba, Puerto Rico y las Repúblicas de la plata. Además de los negocios relacionados con el transporte de emigrantes realizaron el de consignación de buques de compañías internacionales, el abastecimiento de agua de los buques o en los trámites y operaciones de salvamiento y seguros de los buques. Durante la década de 1860 este negocio se realizaba con sus propios barcos, pero desde 1870 se hicieron consignatarios y agentes en Galicia de The Pacific Steam Navegations Company y de Hamburg- Amerikanische Packetfahrt Actien Gesellschaft, compañías especializadas en el transporte de viajeros a América.

La actividad comercial y el negocio del transporte de emigrantes permitieron a José Pastor y Compañía conformar una amplia red de contactos y corresponsales sobre los que va a asentar su actividad bancaria y de negociación de letras de cambio. Dicha red fue consolidándose, de modo que la compañía se convirtió en el principal receptor gallego de órdenes de pago procedente de emigrantes gallegos en América. Estas órdenes de pago consistían en remesas a favor de familiares residentes en diferentes pueblos y ciudades de Galicia que J Pastor y cia les hacía llegar, para lo cual le fue imprescindible crear una red de agentes y corresponsales diseminados por el territorio, que se hiciesen cargo de los pagos correspondientes. Para la empresa, las remesas significaron, además de canalización y captación de ahorro gallego, saldos a su favor en libras esterlinas y pesetas, remitidas por banqueros americanos, y a su disposición en diferentes casas mercantiles o banqueros nacionales e ingleses. Estos saldos le otorgaron un importante poder de negociación, reconocimiento y credibilidad (confianza) en el mundo financiero español, inglés y americano.

La actividad industrial de José Pastor fue poco significativa: las fábricas de salazón y jabón heredadas de su padre fueron perdiendo importancia. No obstante, participó en el impulso de proyectos modernizadores de Galicia, no todos con éxito. Así, fue impulsor de la conexión ferroviaria de Coruña con Madrid, de un proyecto de banco de emisión en Vigo, invirtió en la empresa de vidrios Español y Cia, en la empresa productora de gas en la ciudad Menéndez Valdés y Cia, y en el proyecto fracasado de fabricación de papel continuo presentado por el francés Alfred Motteau.

Pastor hermanos fue accionista del banco de emisión de la Coruña, aunque ninguno de los Pastor ocupó cargos en la dirección de esta institución, y cuando el banco de la Coruña tomó la decisión de desaparecer, como consecuencia del decreto Echegaray de 1874 que eliminó el derecho de emisión a los bancos provinciales, José Pastor y su familia formaron parte de los accionistas que prefirieron recibir directamente las acciones del Banco de España, a convertir sus participaciones dicho banco en acciones de la nueva institución Sociedad Crédito Gallego. A pesar de esta actitud, la familia Pastor decidió formar parte del accionariado de Crédito Gallego, institución financiera creada por la mayoría de accionistas del Banco de la Coruña en 1875 para dar continuidad a las actividades financieras del banco emisión. Uno de sus miembros, Pedro Barrié Pastor, fue consejero de la institución (1877-1905), formó parte de su Junta Permanente (1893-1905), e incluso ocupó su Presidencia en 1901.

Si al volumen de recursos ajenos a disposición de José Pastor y compañía, consecuencia de su intermediación en las remesas (de emigrantes) y captación de ahorro, le añadimos el negocio del descuento y negociación de letras, sus propias actividades comerciales y la inmersión en proyectos e inversiones industriales, obtenemos las bases sobre las que se proyectaron las sociedades que le sucedieron. La extensión hacia la inversión industrial de la familia Pastor sería obra inicial de Sobrinos de José Pastor (1889-1924), impulsada por Ricardo Rodríguez Pastor, y continuada y ampliada por el sobrino nieto de José Pastor, Pedro Barrié de la Maza (1888-1971), quien había comenzado a trabajar en la sociedad en 1912 e integrando como socio en 1915. Después del fallecimiento de Pedro Barrié Pastor, Ricardo Rodríguez y Pedro Barrié decidieron disgregar las actividades de la sociedad, dando lugar a dos empresas, por un lado el Banco Pastor (1925-2012) S.A, que se hizo cargo de la división bancaria y de la que Barrié era socio mayoritario y presidente, y por otro Sobrinos de José Pastor (1925-1977) S.L. que pasó a gestionar la actividad marítima.

Mª Jesús Facal Rodríguez. Universidad de Vigo.

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