Juan Faustino Bruil y Olliarburu

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El comerciante, político y banquero zaragozano Juan Faustino Bruil y Olliarburu (1810-1878) fue durante el tercer cuarto del siglo XIX una de las personalidades aragonesas más destacadas de su tiempo.

De padres franceses de origen bearnés asentados en Zaragoza, Juan Bruil nació en esta ciudad el 25 de febrero de 1810, en plena ocupación francesa. Continuó el comercio familiar regentado inicialmente por su progenitor, ampliando su tamaño. En 1832 se casó con Angela Mur y Mendoza, y no tuvieron descendencia. Durante los años de aplicación de la Desamortización de bienes eclesiásticos de Mendizábal (1836) hizo importantes negocios adquiriendo una notable cantidad de propiedades, entre ellas una antigua finca de los Agustinos en Zaragoza, la Torre Bruil, que renovó en un hermoso jardín que rodeaba su casa de campo, así como un extenso soto en el próximo municipio de El Burgo de Ebro.

Estuvo muy vinculado a las entidades económicas (Económica Aragonesa de Amigos del País) y mercantiles (Tertulia y Junta de Comercio) locales. Desde esas plataformas impulsó importantes proyectos económicos. En el contexto expansivo de las décadas centrales del siglo XIX, desde la presidencia de la asociación zaragozana Tertulia de Comercio (1839), Juan Bruil, promovió en dicha ciudad el 1 de agosto de 1845 una novedosa sociedad anónima bancaria, la Caja de Descuentos Zaragozana (CDZ, capital social inicial de 5 millones de reales). Recordemos que solo un año antes se había aprobado en España la constitución de dos bancos emisores, el Isabel II y el de Barcelona, que se unían a la pionera labor financiera desempeñada desde 1829 por el Banco de San Fernando. Los promotores de la CDZ fueron junto con el comerciante Juan Bruil (presidente y director permanente de la CDZ, siempre reelegido por unanimidad), el propietario Manuel Diego-Madrazo y el comerciante banquero catalán, afincado en Zaragoza, Manuel Garriga. Este nuevo banco moderno se unía a la tradicional actividad bancaria desarrollada en la ciudad por diversos comerciantes banqueros, entre los que destacaba la sociedad Villarroya y Castellano (1839). La expansión de la actividad de la CDZ fue muy notable. Aunque tenemos poca información sobre su funcionamiento, su pasivo experimentó un importante crecimiento en sus doce años de vida (sus depósitos de ahorro pasaron de algo menos de 800 mil reales en 1846 a más de 10 millones en 1857). La CDZ tuvo a su cargo la recaudación de contribuciones en las tres provincias aragonesas.

En este periodo, Bruil desarrolló una intensa actividad pública impulsando importantes proyectos de mejora del transporte de mercancías. En 1850 presentó al Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas un Proyecto de navegación del Ebro desde el Bocal de Tudela al puerto de los Alfaques, que facilitase el tránsito fluvial para barcos planos. El proyecto de canalización del Ebro fue estudiado por una comisión, si bien fue finalmente desestimado ante la dura competencia del ferrocarril. En esos años Bruil también formó parte de la comisión que presentó en 1853 a su Majestad la Memoria Los aragoneses a la Nación española. Consideraciones sobre las ventajas del ferrocarril del Norte por Zaragoza y Canfranc, al objeto de impulsar dicha línea férrea, Zaragoza-Canfranc, hacia la frontera francesa.

Así, durante la década moderada, se afianzó en la ciudad el protagonismo social y político del presidente y director de la CDZ. Bruil a finales de los cuarenta –junto a la sociedad local de comerciantes banqueros Villarroya y Castellano– era el segundo más importante contratista de la ciudad. Ejerció, asimismo, como Comisionista del Banco de San Fernando.

Este protagonismo se consolidó políticamente con su incorporación a las filas del esparterismo en el Partido Progresista y desarrollando un relevante papel en la Revolución de 1854. La Junta revolucionaria de Zaragoza estuvo inicialmente presidida por el propio Espartero, acompañado de Bruil que actuó como vicepresidente, Junta en la que estaban presentes otros accionistas de la CDZ. El éxito del pronunciamiento militar -Zaragoza fue una de las primeras ciudades en movilizarse- propició el nombramiento del general Espartero como presidente del Consejo de Ministros. Bruil fue elegido ese año diputado progresista al Congreso por Zaragoza y a los pocos meses, en junio de 1855, Ministro de Hacienda, cargo que ejerció hasta el 7 de febrero de 1856. A finales de 1858 fue designado por la Corona Senador por haber sido Ministro. En esos años, Juan Bruil financió a su costa la construcción en Zaragoza de una puerta exterior de la ciudad, denominada del Duque de la Victoria, en homenaje al general Espartero, que fue inaugurada en octubre de 1861.

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El ascenso al gobierno de Espartero y del partido progresista tras los sucesos de 1854, posibilitó mejorar las restricciones institucionales de la economía española de la década moderada mediante el impulso durante el siguiente bienio (1855-56) de un nuevo marco legal más liberal. Entre las principales novedades del bienio destacaron las leyes bancarias, de sociedades de crédito y de bancos de emisión, promovidas por el ministro Bruil. El debate sobre el libre establecimiento de bancos de emisión chocó con la oposición de los tres ya existentes (el de San Fernando en Madrid, el de Barcelona y el de Cádiz), y la reclamación por el Banco de San Fernando (desde entonces Banco de España) del monopolio de emisión. La nueva Ley de Bancos de Emisión (1856), propiciada por el ministro Bruil, en abierta oposición a la propuesta del director del Banco de San Fernando –Ramón de Santillán- posibilitó finalmente la existencia al año siguiente de nueve bancos locales de emisión –uno por plaza– en lugar de sucursales de aquél (recordemos que en 1858 creó sus dos primeras sucursales en Valencia y Alicante). Entre ellos, el correspondiente a Zaragoza, el Banco de Zaragoza (BZ, capital social de 6 millones de reales), surgido de la transformación de la CDZ en nuevo banco de emisión. Entre sus principales accionistas destacaba el protagonismo inversor de su permanente director, Juan Bruil, que contaba con el 18,4 % de las acciones suscritas.

La actividad del BZ reflejaba la continuidad de la expansiva coyuntura económica y del negocio bancario hasta mediada la década de los sesenta. Así los depósitos del BZ se triplicaron, pasando de 14,8 millones de reales en 1857 a 45,6 en 1865, ofreciendo el BZ en estos años a sus accionistas el mayor dividendo de los repartidos por los nuevos bancos de emisión locales.

A partir de 1866 se produjo una fuerte crisis bancaria que fue reduciendo los depósitos a 2,6 millones de reales en 1870. Ese año se produjo la reconstitución del banco con la creación de un nuevo, un segundo, capital social. El desdoblamiento de capitales continuó hasta 1874, año de la conversión del Banco de España en el único banco emisor del país. De los 15 bancos de emisión activos ese año en España, once se fusionaron con el Banco de España, entre ellos el Banco de Zaragoza. En 1875 el Banco de España ya contaba con una red de 17 sucursales, entre ellas, la de Zaragoza (surgida en 1874).

La Junta del BZ, presidida por Bruil, acordó en 1875 convertir el banco en liquidación en una nueva sociedad de crédito, el nuevo Banco de Crédito de Zaragoza (con un inicial capital social de medio millón de pesetas), existiendo una clara continuidad en los componentes del Consejo de Administración del BCZ respecto de su antecesor. Juan Bruil continuó siendo su Director 1º hasta su fallecimiento en 1878.

La presencia pública de Bruil continuó en esta difícil coyuntura. Tras la Revolución de 1868, durante el sexenio revolucionario, Bruil fue elegido senador por Zaragoza en 1871 y 1872 y tras el lapsus republicano –que suspendió el Senado- retomó su presencia en etapa de la Restauración como senador electo por Zaragoza en 1876 siendo designado senador vitalicio en 1877, poco antes de su muerte en marzo de 1878.

Zaragoza recuerda su nombre en el callejero. Su lujosa finca de recreo –vendida en el crítico año 1868- ocupaba el espacio del actual Parque Bruil de dicha ciudad.

BIBLIOGRAFIA

-Fernández Clemente, Eloy (2006) “Juan Faustino Bruil, un banquero esparterista”, en F. Comin, P. Martin Aceña y R. Vallejo, La Hacienda por sus Ministros. La etapa liberal de 1845 a 1899, PUZ, Zaragoza, pp. 209-228.
– German, Luis (2015): “Banco de Zaragoza (1857-1875): de la Caja de Descuentos Zaragozana (1845) al Banco de Crédito de Zaragoza (1875)”, en Blasco, Y.; Castañeda, Ll. y Sudria, C. (eds.) La banca emisora provincial y la formación del sistema financiero español (1844-1874), Fundación BBVA, Madrid.
-Gracia, Mariano (2013): Memorias de un zaragozano (1850-1861), IFC, Zaragoza.
– Navarro y Marco, Ignacio (1945): Banco de Crédito de Zaragoza. Memoria del centenario, 1845-1945, Zaragoza.

Luis German. Universidad de Zaragoza.

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