La Fed desvela su Plan B para pinchar la burbuja de la QE09/11/2013 | Michael Mackenzie – Financial Times Español
El mercado de bonos se ha agitado esta semana después de la publicación de dos informes del personal de la Reserva Federal que proporcionan a sus directivos una posible salida de la trampa de la flexibilización cuantitativa (QE). Los documentos que se presentaron esta semana en una conferencia del Fondo Monetario Internacional sugieren una tasa de desempleo más baja del 5,5 por ciento antes de desencadenar una política más restrictiva, y proponen que se tolere una tasa de inflación más alta de alrededor del 2,5 por ciento. Es un marco operativo que significa que la Fed mantendrá la tasa de interés interbancario cerca del 0 por ciento hasta el año 2017 para estimular la economía. Tal compromiso de mantener los tipos interbancarios más bajos durante más tiempo, lo que se conoce como “orientación futura” en el lenguaje del banco central, en teoría debe anclar la rentabilidad de los bonos a largo plazo y facilitar la reducción de la QE. ¿Pero, funcionará? No es ningún secreto que quiénes establecen las políticas de la Fed están preocupados que su práctica masiva de crear dinero de la nada está alimentando una burbuja inmensa. Algunas señales de burbuja se veían esta semana con el debut espectacular de Twitter, una red social que aún no es rentable. En otras partes, el S&P 500 sobrepasó (en dólares) los avances del Nikkei 225 de Japón este año, mientras los títulos en los Estados Unidos siguen desafiando sus ya generosas valoraciones. Esta historia se parece en algunas áreas a la del mercado de crédito: esta semana se lanzó un nuevo tipo de título – valor hipotecario que recoge los ingresos de alquileres y vienen con el sello de triple-A para algunas de las deudas senior. El problema para la Fed ha sido cómo empezar a pinchar ligeramente la creciente burbuja en los precios de los activos en un momento en el que todavía no hay una recuperación amplia en la economía en términos del empleo bien remunerado y un aumento en la renta. Este verano, el mercado de bonos estaba viendo cualquier tipo de reducción de las compras masivas de bonos, llamado “taper”, de 85 mil millones de dólares mensuales por parte de la Fed como una manera de confinar sus políticas abiertas e hizo subir la rentabilidad de los bonos a largo plazo de forma destacada. La posterior venta masiva en el mercado de bonos hizo que la Fed desafiara a las expectativas en el mercado y demorara el “taper”. Después de tomar la decisión de que la economía de los EE. UU. no puede aguantar una rentabilidad por encima del 3 por ciento en los bonos a 10 años, la Fed está probando un nuevo método antes de que Janet Yellen coja las riendas del banco central el año que viene. La gran duda para la Fed es si el mercado de bonos escuchará y respetará lo que se ha denominado “control óptimo”. Yellen describió la idea el año pasado en algunos discursos sobre cómo el banco central puede utilizar un modelo para calcular los tipos óptimos a corto plazo que, a lo largo del tiempo, permitirá a la economía alcanzar sus objetivos de desempleo e inflación. Dada la tasa de inflación moribunda con perspectivas a la baja con precios de petróleo decrecientes en los EE. UU., es posible que la Fed se las arregle durante una temporada. Es difícil empujar la rentabilidad de los bonos a largo plazo hacia arriba de manera notable con la falta de inflación. El verdadero peligro, sin embargo, es que mantener los tipos bajos durante más tiempo sólo fomenta la formación de una gran burbuja en los activos. En diciembre la Fed ya habrá mantenido su política del tipo de interés de emergencia durante 5 años. Después de una expansión masiva de su balance gracias a múltiples rondas de QE, la única cosa que tenemos es un crecimiento económico muy lento. La inquietante preocupación es que realmente no hay un plan para corregir a una economía de poco crecimiento que coquetea con la desinflación y la ausencia de un crecimiento salarial sólido. “Yo estoy bastante de acuerdo con que la Fed se ha arrinconado con su política monetaria”, dice Ian Lyngen, de CRT Captial. “El siguiente paso no es obvio si la naturaleza de los datos económicos no mejoran”. Por lo mucho que se habla de planes, Mike Tyson dio en el clavo cuando dijo: “Todo el mundo tiene un plan hasta que le dan un puñetazo en la boca.” |
Fed unveils Plan B to let air out of the QE bubble11/09/2013 | Michael Mackenzie – Financial Times English
The bond market has been buzzing The papers, presented at a conference this week hosted by the International Monetary Fund, suggest a lower unemployment rate of 5.5 per cent before triggering a tightening of policy, while also tolerating a higher rate of inflation of about 2.5 per cent. It is a framework that entails the Fed keeping its key overnight rate near zero into 2017 in order to get the economy moving. Such a commitment to keeping overnight interest rates lower for longer, known as forward guidance in central bank speak, should in theory anchor long-term bond yields and facilitate a taper of QE. But will it work? It´s no secret that policy officials are worried that their hefty money printing is stoking an almighty bubble. Bubble-like signs were on display this week with the spectacular debut of Twitter, a social media platform yet to generate a profit. Elsewhere, the S&P 500 in dollar terms eclipsed this year´s gain in Japan´s Nikkei 225, as US equities continue to defy some already weighty valuations. It´s a similar story in areas of the credit market: this week saw the debut of a new real estate securitisation that harvests rental income and comes with a triple A stamp for the most senior slice of the deal. The problem for the Fed has been how to gently let the air out of a growing asset price bubble at a time when a recovery in the broad economy, led by decent paying jobs and rising income, is missing in action. This summer, the bond market looked at any reduction in the Fed´s $85bn of monthly bond purchases, dubbed the taper, as a form of policy tightening and duly sent long-term bond yields sharply higher. The ensuing sell-off in the bond market ultimately prompted the Fed in September to defy market expectations and delay the taper. Having decided that the US economy cannot handle a 10-year bond yield north of 3 per cent, the Fed is now floating its new approach ahead of Janet Yellen assuming leadership of the central bank next year. The big question for the Fed is whether the bond market will listen to and respect what is known as Optimal Control. Last year, Ms Yellen outlined the idea in various speeches about how the central bank can use a model to calculate the optimal path of short-term rates that over time will enable the economy to hit unemployment and inflation targets. Given the moribund rate of inflation with further downward pressure expected from sliding US petrol prices, there is scope for the Fed to pull this off for a while. It is hard to push long-term bond yields significantly higher in the absence of inflation. The real danger, however, is that keeping rates low for longer only stokes the formation of the ultimate asset bubble. By December, the Fed will have already maintained its emergency zero interest rate policy for 5 years. After a massive expansion of its balance sheet thanks to multiple rounds of QE, all we have is a sluggish economy. The nagging concern is that there really is no plan to arrest a low-growth economy flirting with disinflation and the absence of solid wage growth. “I´m very sympathetic to the view that the Fed is in a monetary policy corner,” says Ian Lyngen, at CRT Capital. “There is no obvious next step if the nature of the economic data doesn´t improve.” For all the talk of plans, Mike Tyson nailed it when he said: “Everyone has a plan ´til they get punched in the mouth.” |
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