Los vaivenes de la factura eléctrica07/01/2014 | FxM – Alexandra Helguera
Hace más de 10 años que se liberalizó el mercado energético español y los ciudadanos apenas lo hemos notado. Las principales eléctricas del país conforman el llamado oligopolio energético de forma que al ciudadano le da casi igual contratar la electricidad de su casa con una comercializadora que con otra. Según las organizaciones de consumidores ésta escasez de competencia y los impuestos, que ocupan casi la mitad del importe de la factura eléctrica, son los causantes de que el pasado año el país sufriera cuatro subidas en la tarifa de la luz y de que empecemos 2014 con la amenaza de una quinta y situados entre los países que más pagan por este servicio en la Unión Europea. Pero parece que el cambio está en proceso. Durante esta década el gobierno llevó a cabo la separación por ley de las empresas transportadoras y las empresas comercializadoras de la energía eléctrica. Trabajó en la unificación y nacionalización de la red de transporte de la energía, consiguiendo que las cooperativas y las pequeñas comercializadoras, ajenas al oligopolio, obtengan el suministro de energía de la misma red que las grandes, por lo que tanto el servicio como la energía tienen la misma garantía y calidad. Y desde el gobierno también, se han realizado diferentes intentos para acabar con el déficit tarifario, el último la ley del sector eléctrico aprobada en diciembre de 2013. Según las grandes comercializadoras oligopolistas, la energía en España cuesta más de lo que los consumidores pagamos por ella, y dado que hace años eran prácticamente únicas en el mercado energético de nuestro país, el gobierno llegó a un acuerdo con ellas. Para que el consumidor no tuviera que pagar el “supuesto valor real tan elevado” en el que dichas empresas sitúan la energía eléctrica, el gobierno acordó pagar una parte. A esto se le da el nombre de déficit tarifario; la diferencia entre lo que las grandes eléctricas dicen que cuesta la energía, precio que acuerdan con el gobierno, y lo que pagan los clientes de dichas compañías por la energía eléctrica. La comercializadora sitúa el valor en 12, al gobierno le parece mucho para que pague el consumidor y acuerda que pague 8. Los 4 restantes les va pagando el gobierno aplazadamente. Resultado, una deuda reconocida por el gobierno de 28.000 millones de euros. Conocido esto y aprobadas las constantes subidas de la luz, en la actualidad el descontento en España con las grandes compañías energéticas y con la actitud con la que el gobierno enfrenta la situación, es generalizado. Esta desconformidad ha generado algunas nuevas alternativas. Cooperativas de energía, organizaciones de consumidores y pequeñas comercializadoras eléctricas trabajan para lograr un mercado competitivo y sin precios desorbitados. En octubre de 2013 la OCU, Organización de Consumidores y Usuarios, propuso y llevó a cabo la primera subasta de energía eléctrica en España bajo el lema “Quiero pagar menos luz”. Más de 477.000 consumidores se apuntaron a lo que consistió en una compra colectiva de energía. Fue curioso que las empresas que conforman el oligopolio rechazaran la propuesta no presentándose a la subasta. Pero todo tiene su explicación. Las compañías comercializadoras, con afán por demostrar su transparencia dotan sus webs de apartados específicos explicando facturas tipo. Pero no es suficiente. La población además de transparencia clama precios justos que actualmente considera desorbitados para un bien básico. La subasta, novedosa en nuestro país pero basada en los buenos resultados de otras realizadas con anterioridad en países de la Unión Europea como Portugal o Bélgica, fue ganada por HolaLuz.com, una pequeña comercializadora online de energía verde de las que intenta abrirse camino en el mercado energético español. Su filosofía se basa en una atención cercana y un servicio transparente, sin olvidar la lucha por un precio justo de la energía. Desde la OCU señalan que la subasta ha sido un éxito, pero lo cierto es que el ahorro medio anual ronda los 50 €. Sin embargo, el planteamiento de la OCU ha gustado, la idea de intentar frenar la subida de la luz desde la sociedad es posible que haya marcado un punto de inflexión. ¿Estaremos empezando a dar valor a otros factores? Lo cierto es que los consumidores están tan descontentos que aunque el ahorro no sea notable, romper el oligopolio, favorecer una competencia de mercado energético, y valorar la atención al cliente comienzan a ser elementos a tener en cuenta de cara al cambio. Quizás el gobierno también está empezando a cansarse. En diciembre de 2013 la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, anulaban la última subasta eléctrica del año alegando posible manipulación y abriendo una investigación para aclarar las causas de que resultara una subida del 11%, que afortunadamente parece que no será llevada a cabo al menos a principios de este año 2014. Desde luego, seguiremos alerta a las noticias y vaivenes entorno a la energía eléctrica |