Más caminos, más miseria – cómo nos mata el desplazamiento al trabajo

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Más caminos, más miseria – cómo nos mata el desplazamiento al trabajo

16/12/2014 | Daniel Newman – The Conversation

El desplazamiento al trabajo siempre ha sido un tema candente. Esta semana fui de invitado a una emisora de radio regional de la BBC para hablar acerca de por qué encuentro el desplazamiento al trabajo tan estresante: un oyente había llamado a los productores para quejarse de las obras en los caminos locales que estaban haciendo de su recorrido diario un infierno.
La llamada llena de ira era algo usual – el 91% de los trabajadores del Reino Unido hacen un largo desplazamiento al trabajo y la mayoría lo describe como un suplicio. Nosotros los británicos amamos quejarnos, así que ¿qué mejor que quejarse de esto?
Respecto a este tema, en el informe de otoño del canciller, el anuncio de 15 mil millones de libras para mejorar las carreteras a todo lo largo y ancho de Inglaterra promete una situación que puede provocar todavía mayores disgustos para los que realizan largos desplazamientos a su trabajo. Mientras que George Osborne dice que sus inversiones reducirán los atascos y unirán las áreas urbanas más grandes, el simple hecho de los largos desplazamientos al trabajo es malo para todos nosotros.
Al favorecer los largos desplazamientos al trabajo, y mediante un mayor fomento de la permanencia del coche junto con la propiedad privada, sólo veremos más de lo mismo: una legión de viajeros estresados desplazándose miserablemente al trabajo y de vuelta a casa a lo largo de la semana.
Ahora nos desplazamos al trabajo a una mayor distancia que antes, en promedio más de 14,5 kilómetros, una tendencia que refleja la presión por encontrar y mantener un trabajo en tiempos de austeridad.
Esto tiene previsiblemente consecuencias negativas. Una investigación reciente sobre los desplazamientos al trabajo ha demostrado que nos hace infelices y ansiosos mientras que reduce nuestro sentido de autoestima y reduce también fundamentalmente los niveles de satisfacción vital. La duración del viaje al trabajo de más del 80 por ciento de los trabajadores en promedio es de una hora diaria, lo que afecta negativamente tanto a su salud física como mental.
Justo lo que no hacía falta.
El viaje al trabajo incrementa la incidencia de dolores de espalda, cuello y articulaciones, que dos tercios de los conductores achacan a sus viajes en coche.
Al igual que sufren altos niveles de insomnio, los que realizan largos recorridos al trabajo es más probable que no realicen ejercicio de manera regular y son más proclives a preferir comidas precocinadas y para llevar sobre las preparadas en casa.
Un estudio realizado en California encontró que el realizar largos recorridos al trabajo era el factor más importante del estilo de vida que estaba detrás de la obesidad – habiendo correlación directa entre la cantidad de kilómetros viajados y el peso ganado. Cuando no estamos en forma, nuestra imagen personal sufre y hay una fuerte relación entre obesidad y una pobre salud mental.
Viajando solo.
El realizar largos viajes al trabajo también tiende a hacernos más solitarios. Por cada diez minutos de viaje se dice que se reduce el capital social – la red de amigos y conocidos que podemos desarrollar – en un 10 por ciento. Tenemos así menos gente que nos tranquilice.
Ésta es la soledad de las masas. Mientras que los desplazamientos al trabajo significan inevitablemente estar rodeados por otros, normalmente en el mejor de los casos son desconocidos – o, más a menudo, rivales con quienes se antagoniza.
De hecho la investigación sugiere que un aumento en los viajes en coche ha incrementado la atomización social y ha suplantado la idea de comunidad por un alto nivel de desapegado individualismo.
El realizar largos viajes al trabajo no sólo está relacionado con una disminución en el espíritu cívico sino que incluso puede atribuírsele ser una importante causa de rupturas matrimoniales, siendo aquellos que viajan durante más de tres cuartos de hora, un 40 por ciento más proclives a divorciarse. La falta de control durante el viaje es otro factor de estrés, mientras los atascos y el clima impredecible significan que estamos constantemente al límite.
Algunos de los peores efectos se pueden encontrar en las mujeres. Mientras las mujeres tienden a trabajar menos horas y hacer menos desplazamientos largos al trabajo, estos desplazamientos largos al trabajo les afectan de manera negativamente a su salud. Se ha sugerido que esta tendencia puede deberse a que generalmente las mujeres tienen una posición laboral más frágil, que puede ser el resultado de tener que tomar más responsabilidades en las labores diarias del hogar tales como el cuidado de los hijos y las labores domésticas.
En especial, esto puede encontrarse en la práctica denominada “viaje encadenado” ya que las mujeres tienden a hacer más paradas intermedias en su ruta al trabajo, recogiendo a los hijos del cole o realizando la compra, lo que significa que tienen menos flexibilidad y están bajo más presión para incluir más actividades extras.
El futuro del desplazamiento al trabajo.
Un estudio reciente encontró que caminar o ir en bici al trabajo incrementa el bienestar mental, así como los obvios beneficios para la salud física. Aquellos que van al trabajo utilizando sus piernas son capaces de concentrarse mejor y sentirse menos presionados cuando viajan en coche.
Incluso optar por el transporte público en lugar de conducir hace sentirse mejor a los que realizan largos desplazamientos al trabajo, así que parece ser que el mensaje es salirse del coche si se quiere uno sentir mejor.
Por supuesto, la gente más feliz es la que trabaja en casa así que, con los avances en el teletrabajo y los horarios-flexibles, no ir para nada a la oficina sería lo ideal. Pero para aquellos que deben realizar largos desplazamientos al trabajo, los planes pre-electorales del gobierno para facilitar realizarlos en coche pudieran parecer buenas noticias pero, en realidad, solo atarán a los conductores a la práctica que lentamente los está matando.
Este editorial tiene como origen el blog «The Conversation«. Ha sido traducido por el equipo de FxM.

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