En los últimos 15 años la factura de la luz se ha incrementado un 85,7%. Es decir, el recibo medio ha pasado de costar 43 euros en 2003 a 80 euros en 2018. Además, en esta segunda mitad de septiembre el precio del megavatio-hora vuelve a tocar techo con 75,93 euros, siendo así el tercer máximo en lo que va de mes, según los datos ofrecidos por el Operador del mercado Ibérico (OMIE).
Las principales causas que han condicionado esta subida de precio han sido la baja aportación de las energías renovables respecto a periodos anteriores y, por otro lado, el incremento en el precio de los derechos de emisión de CO2. Otro hecho que ha afectado indirectamente ha sido el encarecimiento del barril de petróleo.
En este sentido, las energías renovables son muy importantes. El pasado marzo el precio medio del megavatio hora fue de 40,18 euros y esto se debió a que las energías renovables proporcionaron el 62% para la producción de la luz.
Ante esta realidad, el Gobierno ha actuado suspendiendo el impuesto del 7% a la generación eléctrica que había que pagar cada mes en la factura. Esto supondrá un ahorro mensual de aproximadamente el 3% para las familias y un 5% para la industria. Por su parte, el Gobierno dejará de ingresar 1.500 millones de euros anuales.
Por otro lado, la organización FACUA (consumidores en acción) ha visto la medida como insuficiente. La paralización del impuesto del 7% es una medida que proporcionará un ahorro mensual de “poco más de lo que cuesta un café”, según FACUA. Afirman que si se quiere disminuir la factura de la luz se debería bajar el IVA del 21% al 4% (superreducido), lo cual permitiría ahorrar a las familias 130 euros anuales de media.
Mucho impuesto
Estas últimas subidas han abierto un fuerte debate en torno a una regulación más concreta para evitar así el perjuicio que asumen las familias por el alto precio de la luz. Del coste total que supone la factura, un 25% son impuestos (IVA e Impuesto de Electricidad), un 40% son peajes (precio que se paga por el acceso a la red y por su transporte hasta la vivienda) y un 35% es el precio en sí de la electricidad.
La suspensión del impuesto del 7% a la generación eléctrica es la principal medida que el Gobierno quiere poner en marcha para rebajar la factura de la luz a las familias e industrias. No obstante, hay otras propuestas para combatirlo, como la ampliación del bono social eléctrico (en vigor el 8 de octubre) y una estrategia, para el próximo año, que trate de combatir a los 4 millones de hogares a los que afecta la pobreza energética.
Asimismo, se llevarán a cabo reformas para fomentar el autoconsumo, poniendo fin al famoso “impuesto al sol”. Para ello, se permitirá compensar los excedentes producidos en instalaciones solares de menos de 100 kilovatios.
España tiene uno de los precios de la luz más caros de Europa, con una media de 0,1249 euros kilovatio-hora. En Francia el precio medio del kilovatio-hora es de 0,0865 euros. Es decir, un 30% más barato.
De momento septiembre se está posicionando como el mes con la factura de la luz más cara del año. No obstante, aún queda el último trimestre del año para ver cuánto se acaba pagando por el kilovatio-hora.
Autor: Daniel Moreno (25 septiembre 2018)