El desempleo o paro es la situación laboral en la que se encuentra una persona que no trabaja deseando hacerlo.
El desempleo surge cuando se produce un exceso de oferta de trabajo. Es decir cuando la demanda de trabajo es inferior a la oferta de trabajo para el salario que se esté pagando en el mercado de trabajo.
Medición del desempleo:
En España existen dos formas de medición del desempleo. Cada una de ellas utiliza una fuente de datos y una definición distintas. Por una parte, está el paro EPA que se da a conocer trimestralmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por otra parte, el paro registrado que se difunde mensualmente por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)
Como no comparten ni definición, ni fuentes de datos, estas dos medidas estadísticas del desempleo no coinciden. El paro registrado es en la actualidad menor que el paro EPA. Por ejemplo, una persona que demande un empleo de forma coyuntural (por menos de tres meses) o por una jornada a tiempo parcial reducido (de menos de 20 horas), no será considerado como parado registrado pero si que puede serlo como parado EPA.
Causas y tipos de desempleo:
Existen varios tipos de desempleo, según las diversas causas que lo originan. Desde el desempleo estructural que surge cuando existe un desajuste permanente entre la oferta de trabajo y la demanda de trabajo, hasta el desempleo friccional que se puede producir durante el proceso de rotación laboral o cambio de puesto de trabajo. Una situación de desempleo puede coexistir con los denominados «cuellos de botella», es decir, un exceso de demanda de trabajo, cuando las empresas no encuentran trabajadores con el capital humano necesario para cubrir un determinados puestos de trabajo.
Remedios:
Uno de los principales objetivos de las políticas de empleo es intentar aportar soluciones a los problemas originados por el desempleo. Existen dos grandes grupos de políticas de empleo: las políticas activas y las políticas pasivas. Las primeras pretenden mejorar la inserción laboral de las personas desempleadas, mientras que las segundas se refieren al seguro de desempleo, en formas de prestación por desempleo o subsidio de paro, que pretenden aliviar los problemas generados por las pérdidas de rentas que surjen cuando una persona se encuentra sin empleo.
La regulación laboral también se puede considerar como una política de empleo, aunque destinada a establecer las normas bajo las cuales funciona el mercado de trabajo. En ocasiones, esta regulación laboral puede ser a su vez causante del desempleo. Por ejemplo, un salario mínimo por encima del salario que se fije en un mercado de trabajo competitivo, porque se considere por razones de equidad que este salario sea demasiado pequeño, puede ser causante de un exceso de oferta de trabajo, es decir, gener paro. La regulación de la negociación colectiva también puede dar lugar a que surjan una estructura de convenios colectivos que, al igual que pueden mejorar las relaciones laborales, también pueden imponer rigideces en el mercado de trabajo que reacciona generando más desempleo en las fases recesivas de los ciclos. |