Probablemente has oído hablar en los últimos meses sobre la locura por las Letras del Tesoro: “son una gran oportunidad”, “son una inversión segura”… Éstas son solo algunas de las bondades que se comentan de ellas, pero aún hoy son un gran desconocido para muchos pequeños ahorradores que quieren hacer algo más con su dinero que tenerlo almacenado en su cuenta corriente.
Por ello, hoy las analizaremos en detalle, para que conozcas todo lo que debes saber acerca de las Letras, su funcionamiento y sus mercados.
¿Qué son?
Las Letras del Tesoro son productos de inversión (valores) que representan un título de deuda, lo que convierte a su poseedor en el acreedor de un pago concreto en el futuro. ¿Quién es el deudor que pagará esa cantidad? Es el Estado español, representado por el Tesoro Público, que es el organismo que se encarga de la financiación estatal a través de la emisión de este tipo de títulos, así como de hacer frente a los pagos correspondientes.
Formalmente, a este tipo de inversiones, que representan una deuda, se las conoce como inversiones de renta fija, un nombre que remite a la certeza que existe sobre los pagos que percibirá el inversor, ya que se conocen incluso desde el mismo momento en el que se emiten.
Por el contrario, otros activos como por ejemplo las acciones, se conocen como renta variable, ya que los inversores desconocen cuáles serán los diferentes ingresos que pueden obtener por su inversión.
¿Cuáles son los pagos de las Letras del Tesoro?
Seguramente conoces muchísimos productos de deuda diferentes, aunque probablemente desde el punto de vista del deudor: préstamos, hipotecas, tarjetas de crédito… Todos ellos comparten una naturaleza similar: al inicio de la operación, un agente económico, generalmente un banco o una entidad de crédito, nos entrega un determinado capital, ya sea en forma de dinero o de bienes, y, a cambio, nosotros nos comprometemos a ir pagando una cierta cantidad de dinero cada cierto tiempo: cada mes, cada año…
El funcionamiento de una Letra del Tesoro como inversión es razonablemente similar, aunque debemos invertir los papeles: ahora, nosotros como inversores somos los que adelantamos un capital, algo que realizamos cuando acudimos a la emisión de las Letras y le entregamos nuestro dinero al Tesoro Público.
A cambio, el Tesoro se compromete a pagarnos dinero en el futuro. A diferencia de otros productos de deuda, las Letras del Tesoro son realmente sencillas en cuanto a su estructura de pagos: sólo hay un pago, que se hace en una fecha futura predeterminada, conocida como la fecha de vencimiento. Incluso, sabemos a ciencia cierta de cuanto es el pago, ya que siempre será de 1.000 euros.
El Tesoro Público no emite las Letras de forma aleatoria, sino que existen unos plazos predeterminados. Actualmente, las Letras se emiten a 3, 6, 9 o 12 meses. Estas emisiones se realizan con periodicidad mensual, por lo que, en la práctica, podemos encontrar en circulación Letras con vencimientos desde incluso un solo día hasta 12 meses.
¿Cómo se gana dinero con las Letras del Tesoro?
La respuesta a esta pregunta es muy sencilla: ganamos dinero al igual que con cualquier producto de deuda, es decir, recibiendo más dinero del que estamos prestando. Así, un banco está dispuesto a prestarnos hoy 20.000€ si nosotros nos comprometemos a pagar 600€ al mes durante tres años, ya que el banco ingresará 21.600€ (600 x 12 x 3 = 21.600€), por lo que su beneficio es de 1.600€.
En el caso concreto de las Letras, el funcionamiento es similar: los inversores las adquieren por un precio inferior a 1.000€, por ejemplo 930€, y luego esperan unos meses hasta la fecha de vencimiento para cobrar los 1.000€ de la Letra. Por ello, se conocen como emisiones a descuento, ya que los inversores compran las Letras a un precio inferior a la cantidad que aparece denominada en la Letra. Formalmente, a esta cantidad se la conoce como el valor nominal de la Letra.
Comprender cómo se gana dinero con las Letras no es excesivamente complicado, pero ¿qué precio estamos dispuestos a pagar por ellas? Su valoración es un problema bastante más complejo que implica varias dimensiones que debemos analizar en detalle.
¿Cómo se valoran las Letras?
La valoración de una Letra implica entender qué está dispuesto a pagar un inversor hoy por el derecho de cobrar 1.000€ en la fecha de vencimiento por parte del Tesoro español. Este valor depende fundamentalmente de tres factores:
- La fecha de vencimiento. Cuando la fecha de vencimiento se encuentra muy alejada los inversores están dispuestos a pagar menos dinero por ella, ya que deben esperar más para poder disfrutar de su dinero. Como podemos ver, esto se relaciona directamente con la idea del valor temporal del dinero, uno de los pilares de toda la teoría financiera.
Y es que, ante la misma cantidad de dinero, cualquier agente económico prefiere disfrutar de ella lo antes posible. Piénsalo: si sabes que te van a dar 1.000€, qué prefieres, ¿que sea hoy o mejor mañana?
Probablemente responderíamos que hoy, ya que nunca se sabe qué puede pasar en 24 horas. Imaginemos si el plazo lo alargamos a 3 meses o 12 meses… Incluso, podríamos estar dispuestos a cobrar hoy 990€ en lugar de esperar a mañana para tener los 1.000€. Esta misma lógica es la que aplican los inversores a la hora de valorar estos productos. Por ello, cuando aún falta mucho para el cobro de la Letra, ésta suele valer menos, subiendo de precio a medida que se acerca la fecha de vencimiento, cuando su valor es exactamente de 1.000 €.
Sin embargo, no sólo tienen en cuenta este efecto temporal, ¡aún hay más!
- El nivel de inflación. Si algo hemos aprendido en los últimos meses es que la inflación es un factor muy a tener en cuenta en nuestras decisiones de ahorro o consumo. Si quieres conocer más sobre ella, te invitamos a consultar nuestro post en FxM aquí.
En cuanto a la valoración, el nivel de inflación es un aspecto que los inversores integran, ya que proyectan cuál será el valor, en términos de capacidad adquisitiva de los 1.000€ de la Letra en la fecha de vencimiento. Así, cuando se prevé una inflación mayor, los inversores valoran las Letras con precios inferiores, ya que exigen una compensación por el menor poder adquisitivo de los 1.000 € futuros.
- El riesgo percibido. Generalmente, las Letras del Tesoro se consideran activos tremendamente seguros, ya que de ellas responde todo el crédito del Estado. Por ello, los inversores no exigen recompensas demasiado altas por el riesgo. No obstante, debemos recordar que las Letras compiten con todo un mercado de activos similares, como las letras alemanas, francesas, italianas o norteamericanas.
Por ello, cada Estado se esfuerza en proyectar seguridad y solvencia económica, compitiendo con los demás estados para atraer inversión hacia su deuda y hacerlo a un coste más competitivo.
Aquellos estados considerados más seguros por los inversores tienen una gran acogida en el mercado, lo que hace que sus precios aumenten. Por el contrario, aquellos que se perciben como más arriesgados ven como los inversores exigen una mayor recompensa por asumir dicho riesgo y no están dispuestos a pagar un precio tan alto.
¿Dónde puedo adquirir una Letra del Tesoro?
A la hora de adquirir Letras, un inversor cuenta con dos opciones, estructuradas en dos mercados diferentes:
- Mercado primario. En este mercado, los inversores adquieren las Letras directamente del Tesoro público a través de un procedimiento de subasta. Las subastas se hacen una vez al mes, asignando los diferentes títulos de deuda de forma progresiva a los mejores postores, es decir, aquellos dispuestos a pagar más por las Letras. Por ello, se conoce como un mecanismo de subasta competitiva, ya que los inversores compiten entre sí ofreciendo un mejor precio para conseguir obtener las Letras que quieran.
A la subasta competitiva sólo acuden grandes inversores, mientras que los inversores minoristas no pueden pujar, sólo indicar la cantidad de deuda que desean adquirir. Así, un inversor solicita al Tesoro comprar una cierta cantidad de Letras, siempre expresando el valor nominal deseado en múltiplos de 1.000 €. Por ejemplo, si el inversor quiere comprar siete Letras, deberá solicitar 7.000 €. El precio de adquisición vendrá determinado por el resultado de la subasta competitiva, calculando un precio medio en base a las pujas emitidas y a las que se han adjudicado títulos.
Por su parte, el Tesoro emite en cada subasta un determinado objetivo nominal de deuda, por ejemplo, 10 millones de euros, que después se trocean en el número de Letras necesario para cubrir esa cantidad. Con el ejemplo de un objetivo de 10 millones, sería necesario emitir 10.000 Letras (10.000 Letras a 1.000 € de valor nominal = 10 mill. €).
- Mercado secundario. En el mercado secundario, los inversores no compran las Letras al Tesoro, sino que las adquieren de otros agentes económicos que las ofrecen en venta. Funciona por tanto de una forma muy similar a la Bolsa, determinando el precio de las Letras por un mecanismo de oferta y demanda.
Así, un inversor puede adquirir una Letra determinada que no se ofrece en la emisión (como por ejemplo una Letra con un vencimiento a dos meses) o liquidar su inversión de forma anticipada si necesita recuperar su dinero.
Este mercado secundario es clave para el buen funcionamiento del mercado de deuda, ya que aporta liquidez y seguridad a los inversores acerca del valor de sus posiciones.
Prof. Julián Óscar Hernández Florindo
Formador Finanzas para Mortales
Doctor en Economía de la Empresa y Finanzas