Sir Richard Stone, discípulo directo de Keynes, recibió en 1984 el premio Nobel de Economía por sus contribuciones fundamentales para el desarrollo de las Cuentas Nacionales. Seis años antes, en 1978, fue nombrado caballero por la reina Isabel II de Inglaterra.
Hoy no nos extrañamos cuando nos anuncian que la economía ha crecido un x%, que la inflación se ha mantenido en el y% durante el pasado trimestre, o que la renta disponible, el consumo y el ahorro de los ciudadanos de nuestro país han alcanzado determinadas cifras. Sin embargo, el haber podido llegar a determinar estas magnitudes, así como que los mismos datos relativos a diferentes países puedan ser comparables, constituyen logros de una importancia que a primera vista puede pasarnos desapercibida.
Antes de que existieran los potentes instrumentos de cálculo actuales y de que se hubiesen definido las variables representativas de la marcha de la economía, ésta se tenía que estimar subjetivamente, basándose en el estado de ánimo de la población, la evolución de la delincuencia, sobre todo los robos o el número de matrimonios celebrados. Algo que diese idea sobre el grado de confianza de la gente en su futuro, las ventas de los grandes almacenes, el descontento de los ciudadanos con la situación y poco más.
Más tarde, las peticiones de subsidio de desempleo, en los países que lo tuvieran, el aumento o disminución de los depósitos bancarios, la propia evolución de las cotizaciones bursátiles y los anuncios de los beneficios empresariales, fueron indicadores importantes de la marcha de la economía. Lo que intentaron Meade y Stone en Inglaterra, y Kuznets en los Estados Unidos, iba mucho más allá, pues intentaban agregar las cifras aisladas de la microeconomía, para establecer un sistema integrado de Cuentas Nacionales, abriendo el paso para la llegada de la nueva macroeconomía.
Las Cuentas Nacionales
La gran aportación de Stone consiste en reunir las diferentes magnitudes aisladas, relativas a la economía de un país, en un sistema coherente, aplicando estrictamente el principio contable de la partida doble y vinculando los distintos datos dentro de un marco único de referencia. Así, los gastos salariales de las empresas eran al mismo tiempo ingresos de las familias y la producción nacional se convertía en consumo de los ciudadanos del país o se exportaba al extranjero.
Stone hace una primera estimación del Producto Interior Bruto de Gran Bretaña en 1950 y colabora con la OCDE para establecer una metodología uniforme para todos los países que la componen, de forma que se pudiesen realizar comparaciones homogéneas y seguir la evolución temporal de sus cifras. Seguimos estando en la década de los cincuenta.
PIB, PNB, RN, RD, IPC, ETC.
Todas estas siglas nos suenan a conocidas, pero, insisto, sin ánimo de abordar en profundidad el tema, sí vamos a comentar algunos de los aspectos que han tenido que superar economistas como Stone, para legarnos estos indicadores.
PIB
El PIB, el Producto Interior Bruto, como su propio nombre indica, es el conjunto de bienes y servicios producidos en el “Interior” del país, ya sea por nacionales o extranjeros. El hecho de que sea “Bruto” indica que no se ha descontado la amortización o disminución del capital que se ha consumido para generar ese “Producto”.
PNB
Ahora bien, el PNB distingue que parte de ese producto debe ser descontada por haber sido obtenida por extranjeros o por multinacionales con sede en otros países, que repatriarán sus beneficios, pero añadiendo los ingresos de nuestros nacionales conseguidos fuera del país. Por ejemplo, los rendimientos de la Champions obtenidos por el Real Madrid, o los premios de la Roland Garros conseguidos por nuestros tenistas en París se computarían en nuestro PNB, aunque no formen parte de nuestro PIB.
Determinados países con un gran nivel de actividad económica pueden presumir de un gran PIB, pero si esa actividad está producida por empresas extranjeras, la diferencia entre sus PIB y PNB puede dar una idea del grado de dependencia y de vulnerabilidad de su economía.
Renta Nacional
La Renta Nacional, RN, es otro indicador importante obtenido a través del PNN calculado según el coste de los factores. Vemos que aquí hemos añadido una segunda N de Neto, y que el Producto Nacional se ha obtenido al coste de los factores, en lugar de según los precios del mercado, para indicar la incidencia de los impuestos indirectos y las subvenciones. Las precisiones anteriores, que interesan en realidad a los especialistas, no pretenden complicar las cosas, sino simplemente ponderar los trabajos de Stone y sus colegas.
Renta Disponible
La RD, o Renta Disponible, es lo que al final le importa al sufrido consumidor, que después de obtener su Renta Personal tendrá que deducir sus impuestos directos y sus contribuciones a la Seguridad Social, aunque, si tiene suerte, podrá añadir las transferencias y subvenciones que reciba, para determinar de lo que en definitiva dispone. Estas cifras son siempre agregadas y si quisiéramos distribuir estas rentas, tendríamos que ver quién se ha comido ese pollo, que teóricamente nos corresponde a cada uno y que algunos no han visto ni en pintura.
IPC
El IPC, o Índice de Precios al Consumo; dicho en menos palabras, la Inflación, también es otra variable macroeconómica que hemos introducido en este apartado para visualizar, una vez más, la necesidad de introducir planteamientos teóricos en la realidad práctica de cada día. Pero ¿Qué precios? y ¿Qué consumo?
Naturalmente en un periodo de tiempo unos precios se mueven más que otros, por lo que lo primero que hay que determinar es la “cesta” de bienes y servicios a investigar, para a continuación ponderar la cantidad de cada producto que consume una muestra de los presupuestos familiares representativos de la población. Finalmente se tiene que determinar los puntos de venta de los que se extraerán los precios de cada producto o servicio. De vez en cuando habrá que modificar la cesta, pues de lo contrario seguiríamos computando las velas de sebo en lugar del consumo de electricidad, e incluir costes de WiFi, plataformas de servicios, así como tener en cuenta los precios de las compras por internet.
Finalmente hemos añadido ETC. que significa efectivamente etcétera, pues la evolución de la macroeconomía demanda cada vez más indicadores. Ahorro interno, endeudamiento de las familias, inversión en viviendas, o grado de escolarización de la población, una variable, esta última, especialmente grata para la forma de pensar de Stone.
Para conocer un poco más a fondo sobre cada uno de los galardonados recuerda que puedes consultarlo todo en el libro ‘Una corona de laurel naranja’ o entrando al siguiente blog. José Carlos Gómez Borrero