Las bondades de la temporada de rebajas
Tras el festín navideño y la visita de nuestros queridos Reyes Magos, el año comienza con uno de los eventos más apreciados por los consumidores: las Rebajas.
La temporada de Rebajas supone una de las épocas más dinámicas en sectores como el vestido, el calzado o la electrónica, que se ha incorporado en los últimos años con mucha fuerza a esta política de promociones temporales. Para los clientes, las Rebajas suponen una gran oportunidad de ahorro, algo realmente valioso en los tiempos de inflación que nos rodean.
Sin embargo, para los distribuidores, las Rebajas son una época clave en el desarrollo de su negocio ya que les permiten:
- Realizar promociones que atraigan a nuevos clientes.
- Dar salida a stocks y reducir costes de almacenaje.
- Incrementar su base de clientes, el número de ventas y su beneficio.
Incluso, las rebajas suponen un evento razonablemente bueno en términos medioambientales: permiten la circulación del stock de productos ya fabricados y reduce la demanda de productos nuevos por fabricar, por lo que se reduce la contaminación y el gasto de energía asociado a esa nueva producción.
¿Son las Rebajas realmente los mismos productos, pero con un precio inferior?
Es probable que alguna de las veces que hayas acudido a tu tienda favorita en época de rebajas te parezca que ese producto al que tenías echado el ojo ya no está a la venta. O, incluso, que el stock que la tienda presenta en rebajas ya no es el mismo. ¿Es esto posible?
La respuesta es simple y podemos encontrarla en nuestras leyes, en concreto, la Ley 7/1996 del Comercio Minorista, que regula específicamente todos los aspectos de la venta al por menor, entre ellos, las rebajas.
Así, en los artículos 24 y 26, la Ley 7/1996 especifica unas reglas estrictas sobre cómo deben ser los productos ofertados en las rebajas:
- Deben ponerse a la venta siempre objetos ya ofrecidos con anterioridad y a un precio menor al que hubieran estado a la venta. (Art. 24)
- Está prohibido ofertar como rebajas aquellos productos deteriorados. (Art. 26)
Por tanto, si la Ley se cumple, deberíamos realmente ver cómo los precios de los productos en rebajas muestran realmente una caída pronunciada. ¿Sucede esto? Lo vemos a continuación.
Las Rebajas como anomalía en el IPC
Si queremos conocer qué sucede con una serie de precios, existe una referencia de cabecera a la que acudir: el Índice de Precios al Consumo o IPC. Seguro que has oído hablar antes de este indicador, pero si quieres conocer más sobre él, te animamos a que eches un vistazo a nuestro post sobre el IPC.
A modo de resumen, podemos decir que el IPC nos permite conocer de un vistazo qué está sucediendo con los precios en la economía española a través de un índice que nos explica como varía mes a mes el coste de una cesta de bienes y servicios que son representativos de toda España. El Instituto Nacional de Estadística es el organismo encargado de elaborar esta estadística mes a mes y lo hace de dos formas diferentes:
- IPC Agregado o General. Representa la evolución de toda la cesta de productos, siendo el indicador más representativo del nivel medio del aumento de los precios en toda la economía.
- IPC por Grupos. Representa la evolución de los precios diferenciando entre todos los grupos de productos que componen el IPC. Esto nos permite saber cómo evoluciona cada sector por separado.
En el siguiente gráfico interactivo puedes ver la evolución tanto del IPC general (en azul) como de una serie de grupos durante los últimos 20 años:
¿Qué te parece este gráfico? Como puedes ver, algunos grupos crecen en coste (es muy notable la subida de la vivienda y energía en los últimos dos años), otros se mantienen estables (como el ocio y la cultura) y el IPC general muestra una subida sostenida especialmente inclinada desde 2021.
Pero aún hay algo más curioso en estas series del IPC, y es que, sin duda hay un grupo de productos que tienen una forma muy curiosa: el de vestido y calzado. Prueba a seleccionar sólo esta serie en el gráfico y echa un vistazo a su forma. ¿A qué te recuerda?
Esta forma de onda se conoce con el nombre de sinusoidal, y es una forma que seguro te recuerda a otras series tan diversas como una onda de sonido o un electrocardiograma. Cuando una serie se comporta de esta forma, lo que observamos es una evolución cíclica: la serie sube, luego baja, luego sube y así sucesivamente. En otras palabras, la serie oscila de forma más o menos suave y muestra picos y valles que se producen siempre con una frecuencia similar.
En el caso de la serie de vestido y calzado podemos ver como estos picos y valles se corresponden con unos meses específicos. Tal y como puedes ver en el siguiente gráfico, la onda repite un patrón similar: el IPC del vestido y el calzado aumenta siempre antes de los periodos de rebajas y luego sufre una caída notable:
En otras palabras, podemos decir que existe un componente de estacionalidad en este IPC, ya que podemos asociar directamente el cambio en la serie con momentos específicos del año, que lógicamente, coinciden con los periodos habituales de rebajas: a inicios de año, tras la campaña de Navidad y en verano, en los meses de julio y agosto.
Por tanto, las rebajas no son una campaña estética o vacía, sino que realmente tienen un impacto importante en los precios de ciertos bienes, particularmente en el sector de la moda. En los meses de rebajas, de acuerdo con los datos que hemos podido visualizar sobre el IPC, este grupo acumula descuentos de media de hasta el 16% en la campaña de enero y del 14% en la campaña de las rebajas de verano.
¿Cuál es la mejor fecha para ir de compras? ¿Y la peor?
Aprovechándonos de esta estacionalidad podemos fácilmente predecir cómo se comporta la serie de precios y utilizar esta información para ajustar de forma inteligente nuestro consumo. En otras palabras, saber cuándo es más barato comprar para que nuestro dinero sea más valioso.
Así, los meses de febrero y agosto son aquellos en los que el IPC de la moda toca fondo a lo largo del año, por lo que son los mejores períodos para comprar desde un punto de vista estadístico. Por el contrario, los meses de mayo y noviembre son donde la serie alcanza sus picos máximos de precio y son aquellos meses donde es menos “útil” nuestro dinero, ya que podemos adquirir menos bienes.
¿Y al final qué? ¿Han aumentado los precios de la moda? ¿O han caído? Al tener una forma sinusoide, la serie del IPC de la moda no es tan sencilla de analizar para ver su tendencia. Por ejemplo, el IPC agregado sí que muestra una clara evolución positiva, pero la sucesión de picos y valles de la serie de vestido y calzado hace más difícil saber “a dónde va”. Por ello, y para que sea más sencillo de visualizar la tendencia, queríamos mostrarte de forma dinámica cómo ha ido evolucionando el IPC tanto agregado como el de la moda desde el año 2002. Tal y como puedes ver en el siguiente gráfico, la serie roja (vestido y calzado) rebota periódicamente pero se mantiene bastante estable, mientras que la serie azul va creciendo poco a poco pero sin detenerse.
¡Este gráfico es completamente interactivo! Puedes pausar la progresión temporal y detenerte en cualquier punto que lo desees o ir hacia atrás en el tiempo.
Así podrás ver cómo mientras que la serie de vestido y calzado sigue su tendencia de picos y valles, en realidad crece a un ritmo mucho menor que el IPC agregado, el cuál se sitúa en un nivel un 58% más alto en 2022 que en 2002. Por el contrario, la serie de precios de la moda “sólo” ha subido un 38% en el mismo periodo de tiempo.
Prof. Julián Óscar Hernández Florindo
Voluntario FxM
Doctor en Economía de la Empresa y Finanzas