Superé la Selectividad pero… ¿encontraré trabajo al graduarme?10/07/2013 | FxM – Hugo Vázquez
Según el Instituto Nacional de Estadística, en su encuesta de Población Activa 2012, quienes casi no están en el paro son los que estudiaron Veterinaria y quienes tienen como especialidad la Informática, ya que “presentan tasas de actividad por encima del 90 por ciento”. Tampoco fue mala elección el haber estudiado “Matemáticas, Estadística o Ciencias de la Vida” porque su tasa de paro ronda el 10 por ciento. En el otro extremo se encuentran quienes sólo tienen formación básica, ya que sufren un paro de alrededor del 50 por ciento. La situación se empieza a complicar para quienes estudiaron Derecho, Ciencias Sociales y del comportamiento, alguna de las carreras de Salud o Humanidades, ya que el paro en estas áreas va del 11 al 15 por ciento. Así que de aquí a cuatro o cinco años, cuando se gradúen los chicos que este otoño inician su preparación profesional encontrarán un mercado laboral que si bien es cierto que valora el tener educación superior, todavía no se habrá recuperado de la crisis iniciada en 2008. Y para tener una idea de cómo estamos ahora recordemos que hay 6,2 millones de parados, lo que supone una tasa de paro del 27%; más de la mitad de los parados son de larga duración (más de 1 año) y tienen un bajo nivel educativo (ESO como máximo). Gemma Muñoz, quien obtuvo la mejor nota de selectividad en Cataluña, decía al ser entrevistada por El País: “Supongo que cuando acabe mi formación, tal y como están las cosas tendré que emigrar para encontrar trabajo”. (El País, 29 de junio 2013). El emigrar para encontrar empleo y/o mejorar el nivel de vida no es nuevo ni extraño para los españoles, tampoco para los europeos ni para los latinoamericanos; a través de la historia antigua y reciente los movimientos migratorios en uno u otro sentido han moldeado a lo que ahora conocemos como identidad nacional. Es más, Argentina, Brasil, Cuba, México, Estados Unidos y Francia son países que en las dos últimas décadas tienen o han tenido presidentes que son hijos de inmigrantes. Entonces ¿qué deben hacer estos jóvenes para mejorar sus expectativas laborales, tanto locales como foráneas? Lo primero que recomiendan los expertos es elegir la carrera por la que se sienta vocación, y que esa vocación esté apoyada por habilidades y capacidades; así se “amará lo que se hace y se hará bien” o en otras palabras “el curro será productivo y placentero”. No porque una profesión tenga un alto factor de empleabilidad (ingenierías relacionadas con las telecomunicaciones y el mundo digital), todos tienen las habilidades y capacidades para estudiarlas. En España la tasa de deserción escolar a nivel universitario ronda el 25%. Lo segundo es no cerrarse a la posibilidad de trabajar fuera de su lugar de residencia; ya que las oportunidades laborales no siempre están al lado de casa. En 2011 un 20% de los arquitectos había emigrado para escapar del paro; y el paro de los ingenieros de caminos colegiados pasó del 3,17% en 2009 al 10,61% en 2011. Lo tercero, y muy importante, será estar al día en cuanto al uso del software utilizado en el área laboral que les interese. Estos chicos podrán ser nativos digitales pero la mayoría son sólo usuarios básicos de redes sociales. Lo cuarto, saber inglés, la lengua franca que si acaso no abre puertas por lo menos disminuirá la posibilidad de que se cierren. Lo quinto, adquirir experiencia laboral mientras se estudia. España está a la zaga de los países de la OCDE en porcentaje de estudiantes, de entre 20 y 24 años, que trabajan: Holanda encabeza la lista con un 35,9%, la media de la OCDE se sitúa en el 13,4%, la UE21 tiene un 12% y España solo un 6,8%. (Datos de 2011). A manera de conclusión diremos que el mundo laboral que encontrarán estos chavales en 2017 será complicado porque el crecimiento de la economía apenas dará abasto para integrar a los que durante la crisis se han ido al paro, además la oleada de avances tecnológicos que está por llegar (más automatización, miniaturización, inmigración de personal muy cualificado, etc.), les obligará a no dejar de estudiar a lo largo de su vida para seguir siendo competitivos y, ¿por qué no?, ser flexibles y tener un plan B o C por si al madurar se dan cuenta que la elección tomada a los 18 años no era la adecuada a sus capacidades, habilidades y gustos. |