¿Te vas de viaje? Consejos para ahorrar a la hora de viajar

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Llega la Semana Santa y, con ella, unos días para descansar. Después de la crisis, parece que los españoles vuelven a disfrutar de las vacaciones. De hecho, la patronal hotelera (CEHAT) acaba de anunciar sus buenas expectativas de cara a la ocupación que subirá un 18% más respecto al año anterior, y en parte, gracias al aumento del mercado turístico interno o nacional. Los empresarios turísticos españoles esperan una ocupación del 75%, una cifra nada desdeñable sobre todo porque muchas agencias de viajes y turoperadores habían anunciado que, este año, al caer la Semana Santa en marzo, las reservas serían casi todas de última hora.

Según Accceso, compañía de inteligencia de medios que analiza las “conversaciones” de los internautas, el 41% de los españoles realizará algún viaje esta Semana Santa, bien por ocio, por visitar a la familia o por las procesiones religiosas ¿Y a dónde viajan? El 49% de los usuarios de redes sociales ha elegido Andalucía, un 11% a Madrid y otro 11% a Castilla y León, mientras que el 5% visitará la Comunidad Valenciana. También según Acceso, los españoles hacen sus reservas, fundamentalmente, a través de tres plataformas: Trivago (32%), Toprural (24%) y TripAdvisor (12%). En la primera, comparan ofertas de hoteles; en la segunda, buscan destinos rurales; y en la tercera, consultan las opiniones de otros usuarios sobre distintos lugares. En cuanto a la hora de volar, la misma compañía ha detectado que el 52% de los españoles apuesta por Iberia, seguida de Ryanair (19%) y Easyjet (11%). Es una radiografía perfecta de las vacaciones de los españoles en esta época del año.

Pero ¿cómo se resiente la economía doméstica por culpa de unas vacaciones? ¿Cómo disfrutarlas sin gastar mucho dinero? El panorama ha cambiado desde la introducción de las nuevas tecnologías en nuestras vidas. Si antes se dependía de una agencia, hoy en día es posible encontrar vuelos baratos, alternativas al hotel tradicional y ofertas gastronómicas y de ocio simplemente rastreando en la red. Seis de cada diez españoles ya lo hacen, según la Consultora Nielsen.

La diferencia entre gastarse mucho o sólo lo justo, depende de muchos factores. Lo primero, y más importante, es saber con qué presupuesto contamos y, a partir de él, ir ahorrando en costes de transporte, alojamiento, comidas, atracciones y, si es el caso, en el cambio de divisa. Lo mismo que organizamos el viaje, hay que organizar los dineros. Lleva tiempo pero el bolsillo lo agradece. No es lo mismo viajar en grupo, en familia o en pareja; y además, hay que tener en cuenta el destino y las expectativas. La crisis ha empujado a buscar alternativas, veamos cuáles:

1) Transporte: ¿Cómo ahorrar en transporte? Aunque en un período de vacaciones tan corto como es la Semana Santa es difícil ser flexible, lo ideal es no ceñirnos a fechas concretas para evitar los días punta y sacar los billetes, de avión o tren, con una antelación de entre cuatro meses o seis semanas. Los chollos de última hora existen, pero son arriesgados, sobre todo si se viaja en grupo. Si utilizamos el coche, hay que saber que el precio de los carburantes sube los viernes, así que hay que intentar llenar el depósito a principio de semana. El autobús o los coches compartidos son una opción muy barata, ideales sobre todo para la gente joven que, en esos aspectos, es menos exigente. Una vez en el destino, hay que tener en cuenta los desplazamientos locales y ahí, la opción más barata en el transporte público, en el que incluimos las bicicletas de pago, habituales ya en muchos destinos. Así se evita, tener que pagar en parkings o taxis, mucho más caros.

Si nuestro viaje requiere de vuelo, la compra por Internet también tiene sus secretos: comprar con antelación; ser flexible en las fechas; estudiar la conveniencia o no de aeropuertos secundarios; viajar ligero de equipaje para no tener que facturar maletas; paga con la tarjeta que tenga la menor comisión; asegurarse de que el billete de ida y vuelta es más económico que por separado; y estimar un seguro de viaje y cancelación son algunas cosas a tener en cuenta para ahorrar.

2) Alojamiento: Para no gastar mucho en el alojamiento, también hoy en día existen muchas alternativas online. Se debe estudiar la posibilidad de elegir un hotel céntrico, que nos permitirá ahorrar en transporte, o a las afueras. Internet cuenta con muchas plataformas donde se comparan precios y se encuentran ofertas de hasta el 70% en alguno de los casos. Entre un hotel de cinco estrellas y un albergue hay muchas alternativas interesantes, se trata de elegir la que más nos convenga, bien por número de personas que viajamos o bien por las actividades que vamos a realizar: turismo rural, urbano, cultural, familiar, gastronómico….

Si nuestro objetivo es visitar sitios de interés, el alojamiento sólo nos servirá para descansar por lo que sería conveniente elegir un hotel sencillo. Si vamos en pareja y queremos disfrutar de grandes comodidades, iremos a un hotel que nos ofrezca servicios complementarios que hagan inolvidable nuestra estancia.

El alquiler es una de las opciones más valoradas por los españoles, según Trip Advisor. Un 69% lo ha hecho alguna vez por la libertad, la comodidad y el ahorro en comidas. Por eso, elegir una casa rural también es buena alternativa si se viaja en grupo y con niños. La oferta es tan amplia que merece la pena dedicar tiempo a buscar la que más nos convenga. Lo mismo ocurre con los albergues, una opción que, por rara que parezca -dormir en habitaciones colectivas- cada vez está más en auge. Las personas que han hecho el Camino de Santiago lo saben bien y, la verdad, es que actualmente se pueden encontrar albergues casi “de lujo”, simplemente hay que rastrear en Internet. Otra opción en boga que nos ofrece la red es el intercambio de casas: hay muchas plataformas dedicadas a poner en contacto a gente de todo el mundo para “prestarse” la casa. En los dos últimos casos, hay que tener una mente abierta.

3) Comidas: El dinero que gastamos en comer también es una partida importante a la hora de planificar las vacaciones. Lo más habitual es que un alojamiento incluya, en el precio, el desayuno o la cena. De nuevo, hay que tener en cuenta el plan a realizar: si vamos a la playa a descansar y a tomar el sol, un hotel con todo incluido puede resultar bastante económico; pero si nuestra idea es hacer varias rutas para conocer diferentes puntos de interés, lo más barato será comer en casas de comida o platos del día. Otra opción para los que eligen apartamento o casa rural, es llevar la compra del “super” en el maletero del coche o hacer la compra en las tiendas locales, lo que permitirá hacer el desayuno y la cena en casa. Todo dependerá de cuántos seamos y de lo que queramos hacer.

4) Cambio de divisa: Si viajamos al extranjero, es importante saber cómo nos pagan el cambio de moneda, otra partida interesante a la hora de gastar menos en las vacaciones. El valor de las divisas frente a otras es el tipo de cambio, también llamado cotización. Existe un tipo de cambio vendedor (lo que recibes cuando cambias euros) y otro comprador (lo que recibes cuando cambias la moneda extranjera de nuevo a euros). El de venta siempre es superior al de compra, lo cual podría traducirse en que cuando quieras deshacerte del dinero que te ha sobrado al final del viaje, en general, recibirás menos euros. El mejor sitio para cambiar moneda no es el aeropuerto, seguro pero no rentable. Tampoco en las casas de cambio en el país de destino ya que, debido a la competencia, no todas son fiables. Ya que no es posible saber cómo se va a comportar una moneda en el corto plazo, lo mejor es cambiarlo con tiempo en tu propio banco.

Muchos destinos turísticos internacionales aceptan el dólar o el euro aunque lo más aconsejable es llevar algo de dinero del país para pagos pequeños. Utilizar tu tarjeta de crédito o débito en el país de origen es una buena opción siempre que conozcas las comisiones, que suelen rondar en torno al 4%. Cuando más dinero saques, mejor, ya que si sacas en pequeñas cantidades, te aplicarán mayor interés. Y por último, pagar con la propia tarjeta es otra opción muy recomendable. Eso sí, si cambias moneda, intenta cambiar solo lo que vayas a necesitar: si no, corres el peligro de que a la vuelta ya no te lo cambien y lo tengas que guardar de recuerdo.

Sea como sea, ¡pasa unas buenas vacaciones!

Autora: Elvira Calvo (22 de marzo de 2016)

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