Prácticas de economía en el laboratorio
A Vernon Smith se le considera el padre de la economía experimental. Son miles los experimentos realizados por él y sus seguidores, hasta el extremo de que hoy existen cátedras específicas de economía experimental y una Fundación dedicada a este fin, creada por el propio Smith y donde todavía, a sus 97 años, se permite dictar algunas lecciones y participar en alguno de sus seminarios. De hecho, cuando le concedieron el premio Nobel un periodista le preguntó qué haría con su importe. Smith contestó que lo destinaría íntegramente para financiar su Fundación. El periodista insistió y se interesó por si guardaría algo para él, a lo que respondió de inmediato que ya lo estaba haciendo, pues la investigación económica era su vida.
Experimentos
Solo comentaremos algunos de los experimentos que hemos extraído de sus múltiples trabajos. Para descubrir los verdaderos criterios seguidos por algunos departamentos de selección de personal, Smith y sus colaboradores enviaban diferentes curriculums a los demandantes de empleo, o para ser admitidos en ciertas universidades, en los que los contenidos eran prácticamente idénticos, salvo alguna particularidad, como que la fotografía correspondía a una mujer, en lugar de a un hombre, o que el candidato era de raza negra en vez de blanca, o se modificaba alguna característica relevante. En base a las respuestas recibidas se deducían determinadas discriminaciones por razón de sexo, de raza, o se descubrían ciertos sesgos favorables respecto a los candidatos que parecían menos conflictivos.
Los experimentos en presencia eran realizados con personas que podían recibir incluso beneficios en metálico. Las pruebas se repetían varias veces con el fin de que los participantes hubiesen comprendido bien el mecanismo de la negociación o de la subasta de la que se tratase, de tal forma que, aparte de la fiabilidad de los datos obtenidos, éstos respondiesen al comportamiento lógico del papel que tuviese asignado el sujeto en cuestión dentro de la trama que se estaba representando.
No todos los economistas comulgaron inicialmente con “los juegos” de esta economía experimental, pero la contundencia de los resultados obtenidos ha ido decantando el interés y la utilidad de esta nueva forma de acercarse a los problemas económicos y sociológicos, apoyados por la psicología.
Subastas
Dentro del fértil campo de la asignación de recursos, Smith no ha permanecido ajeno, y destacaremos dos aplicaciones específicas, cuyos algoritmos están siendo adoptados por todo el mundo.
En los aeropuertos de mucho tráfico, la congestión de aterrizajes y despegues a determinadas horas hace que la concesión de los permisos respectivos, o “slots”, se constituyan en cuellos de botella imposibles de superar, estableciéndose una reñida y costosa pugna por conseguirlos. Sin embargo, esta lucha no siempre está justificada. Por ejemplo, de poco sirve tener un permiso de aterrizaje a una determinada hora en Chicago, si para dos horas y cuarto antes no se dispone de otro permiso de despegue en Nueva York para un vuelo con destino Chicago. Las combinaciones posibles de miles de aeropuertos de destino con otros tantos de partida, hace más racional la subasta de permisos conjuntos, aplicándose un algoritmo de difícil diseño, pero de evidente utilidad.
Otro de los algoritmos establecido debido a las necesidades cambiantes de suministro y consumo de energía eléctrica, corresponde a la elección en cada momento de la que estén produciendo unas u otras centrales, con diferentes costes de generación y situadas en distintos lugares geográficos. La facilidad de parada y puesta en marcha de cada central, su versatilidad, su coste unitario y en general toda la problemática que implica la administración de una demanda de energía caprichosamente cambiante, es otra de las aplicaciones fundamentales para la explotación eficiente de los recursos disponibles.
Si estos ejemplos no fuesen suficientes, el camino abierto por la economía experimental se ha adentrado en los terrenos donde las asignaciones no responden a criterios mercantiles, introduciéndose en temas tan variados como la asignación de plazas académicas en función de proximidad, calificaciones previas, recomendaciones creíbles, o preferencias individuales. No es menor la discusión de criterios para la asignación preferente en los trasplantes de órganos, así como la determinación de dotaciones presupuestarias entre diferentes atenciones sociales.
El mundo de la economía utiliza continuamente la definición de Lord Robbins y sus aplicaciones se extienden cada vez más allá, hacia donde haya elementos limitados, susceptibles de ser utilizados para fines o aplicaciones alternativas. La economía experimental está consiguiendo acercar una ciencia social al terreno de la Física o de la Química, algo que Paul Samuelson lamentaba que no pudiese hacer la economía. Esto era cierto hasta que Vernon Smith ha podido demostrar que es una ciencia que también puede estudiarse en los laboratorios.
Para conocer un poco más a fondo sobre cada uno de los galardonados recuerda que puedes consultarlo todo en el libro ‘Una corona de laurel naranja’ o entrando al siguiente blog. José Carlos Gómez Borrero