Wassily Leontief

Wassily Leontief
Premio Nobel de Economía del año 1973.

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Biografía

Wassily Leontief (San Petersburgo, 5 de agosto de 1905 – † Nueva York, 5 de febrero de 1999) fue un economista estadounidense, de origen ruso. Inició sus estudios superiores en las universidades de Leningrado y se doctoró en la de Berlín en 1928, tras investigar un nuevo método, basado en estudios intersectoriales, para determinar un completo sistema de Economía Nacional.

En 1973 fue galardonado con el premio Nobel de Economía por “el desarrollo del método input-output y su aplicación a los más importantes problemas económicos”. Su análisis supuso la introducción del álgebra matricial al tratamiento de los problemas del equilibrio general, desarrollando un modelo estático muy operativo para estimar los niveles productivos sectoriales y las relaciones intersectoriales.

Un ruso en Harvard

Wassily Leontief nace en 1906 y a los quince años ingresa en la Universidad de Leningrado, donde realiza estudios de filosofía y de sociología, antes de decantarse definitivamente por la economía. En 1925 se gradúa, al mismo tiempo que se le diagnostica un tumor maligno. En ese momento pide a las autoridades un permiso “para hacer un viaje a Alemania antes de morirse”. El tumor maligno era realmente benigno, con lo que el viaje a ninguna parte se convirtió en el principio de una nueva vida. En Berlín, e inspirándose en el Tableau de Quesnay, realiza su tesis doctoral. En 1927 se incorpora como investigador al Instituto de Economía Mundial de la Universidad de Kiel y en 1929 es contratado como asesor del Ministerio de Ferrocarriles de China. Como él señala, “ese viaje me cambió mi horizonte mental y desde entonces me interesé de forma profunda por los problemas de los países en desarrollo”. En 1931 da el salto a Estados Unidos y en 1932 se incorpora a la Universidad de Harvard y se casa con la poetisa Estella Marks, con la que vivió hasta su muerte. Su vida académica la termina en la Universidad de Nueva York. Entre otros honores ha sido, además de Premio Nobel, presidente de la Sociedad Econométrica y de la Asociación Americana de Economía, y maestro de figuras de la talla de Paul Samuelson.

Las TIO y la paradoja

En 1941 publica un libro fundamental: La estructura de la economía americana, en el que desarrolla sus famosas tablas input-output (TIO). La idea básica es mostrar las interdependencias económicas intersectoriales, para lo que construye una tabla de doble entrada en la que se indican las ventas y compras existentes entre los distintos sectores de la economía. A pesar del éxito que tuvieron ya desde sus inicios, lo cierto es que no eran aquellos tiempos buenos para la lírica, por lo que se encontró sin fondos para seguir investigando. Dado que lo que entonces se llevaba era la guerra, se le ocurrió proponer al Congreso la aprobación de una partida “para financiar la construcción de una tabla input-output en Cambridge, Massachusetts, para luego ser transportada a Washington”. Debido a lo novedoso del equipo militar propuesto, Leontief consiguió los fondos que precisaba. Pasados algunos meses, la transportó a la capital en su maleta y, de acuerdo con lo estipulado, la entregó a las autoridades. Desde entonces las tablas input-output, las TIO, han llegado a todos los países.

Las tablas sirven para analizar las interrelaciones intersectoriales y, en general, para conocer la división del trabajo, tanto desde un punto de vista regional como interregional o internacional. A él le sirvieron, además, para enunciar lo que ahora se denomina la paradoja de Leontief. A grandes rasgos, la paradoja consiste en que, contrariamente a lo que postulaba la teoría del comercio internacional, Estados Unidos exportaba bienes producidos empleando mucha mano de obra e importaba bienes intensivos en capital, cuando teóricamente debería hacer lo contrario (de ahí la paradoja), habida cuenta de que se suponía que el recurso más abundante en Estados Unidos era el capital. Un ejemplo puede servir para aclarar la cuestión: ante la pregunta de por qué España vende turismo al resto de Europa, la respuesta tradicional es que lo hace así porque tiene abundancia de sol y playas, los recursos clave para producir dicho servicio. Por ello, nos extrañaría que fuera el Reino Unido el que vendiera paquetes turísticos. Pues bien, eso fue lo que descubrió Leontief: que, paradójicamente, Estados Unidos vendía lo que teóricamente no debía vender y compraba lo que teóricamente no debía comprar.

Supuestos teóricos y hechos no observados

En general, puede decirse que la tarea que se ha propuesto Leontief ha sido la de tender puentes entre lo teórico y lo empírico. Efectivamente, en la época en la que él inicia sus estudios de las tablas input-output, la ciencia económica no se sometía a la prueba del algodón, es decir, se suponía que su validez no dependía de la contrastación empírica. A su juicio, a principios de los setenta seguía habiendo “un desequilibrio fundamental en el estado actual de nuestra disciplina. Es claro que la fundamentación empírica débil y de muy lento desarrollo no puede sustentar la proliferante superestructura de la teoría económica pura o, debería decir, especulativa”. Así lo señalaba en el discurso presidencial (Supuestos teóricos y hechos no observados) dirigido a la Asociación Americana de Economía en 1970. Desde entonces las cosas han cambiado notablemente, pero no está de más recordar la receta que Leontief proponía ante tal diagnóstico: “Un avance cierto sólo puede ser alcanzado mediante un proceso iterativo en el cual la formulación teórica no probada haga surgir nuevas preguntas empíricas y las respuestas a esas preguntas, a su vez, conduzcan a nuevos conocimientos teóricos”.

La mano invisible y la mano visible

Para terminar, quizás sea oportuno mostrar las creencias básicas de Leontief en el gran asunto que debe ocupar a todo economista: el relacionado con el papel de la iniciativa privada y de la pública en la economía. A este respecto, Leontief huye de las dos posiciones extremas y, por ello, no le convencen los puros y duros experimentos a la chilena: “En ese país los asesores económicos vienen de Chicago, donde creen solamente en las bondades de la mano invisible. La producción en ese sistema, que supuestamente funciona muy bien, sube, pero los salarios reales bajan. Puede que el sistema funcione pero sólo a nivel global. No a nivel individual, el del trabajador común”). En este contexto, la pregunta que surge inmediatamente es ¿dónde se ubica usted?. A ella responde de la siguiente manera: “…La economía es como un velero. Así como el viento es la fuerza propulsora, los intereses privados hacen que la economía avance. El papel del gobierno es dirigir el velero para que vaya en la dirección adecuada. Es decir, la mano invisible de Adam Smith tiene que ir acompañada de la mano visible del estado”. Y cuando se le argumenta que también el estado tiene fallos, responde: “Por supuesto. Por ejemplo, si se tiene un velero, y éste tiene timón y quilla, pero no tiene vela, pues no irá a ningún lado. Debe haber una buena combinación de ingredientes. Esta es a veces difícil de conseguir… (pero) se deben establecer unas metas, que deben ser pautadas por el pueblo en un país democrático. Así se debe decidir hacia dónde debe dirigirse la economía”. Así sea, o sea amén, tío Leontief.

Cándido Pañeda, Catedrático de la Universidad de Oviedo

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