PRÉSTAMO

Es un producto financiero a través del cual el beneficiario adquiere la cantidad que solicita, integra, tras la firma del contrato, es decir, al inicio de la operación.

Intervienen dos partes y puede haber una tercera; el prestamista concede un capital al prestatario. El prestamista es la persona o entidad que proporciona el capital y el prestatario es quien solicita la cuantía, por tanto, el prestatario es también el titular y beneficiario del préstamo. El tercer interviniente puede ser el avalista, la persona que responderá por el prestatario en caso de que éste no pueda hacerse cargo de devolver la deuda.

La cantidad de dinero solicitada se denomina principal, pero el prestatario devolverá el préstamo (el principal) más los intereses, pagando cuotas regulares durante un plazo de tiempo variable (corto o largo plazo) previamente acordado con el prestamista, y recogido en el contrato.

También es posible que haya una comisión de apertura y te informen de cuánto sería la comisión en caso de cancelación anticipada. Infórmate bien de todo ello y de la TAE, para conocer exactamente cuánto pagarás y poder comparar las condiciones con las de otros préstamos.

Existen varios tipos de préstamos:

– Préstamo al consumo: hace referencia al objetivo de la compra, pudiendo ser bienes de consumo como electrodomésticos, por ejemplo.

– Préstamo personal: hace referencia a la garantía que el cliente ofrece al banco ya que responderá con sus propios bienes, y el préstamo va destinado a cubrir necesidades personales.

– Préstamo hipotecario: generalmente dirigido a la compra o rehabilitación de un inmueble. Se responde con el bien hipotecado.

Hablamos de “Periodo de carencia” o “Carencia de un préstamo” cuando durante un periodo determinado se exime al prestatario del pago de la deuda. Generalmente, el “Periodo de carencia” es parcial; durante determinadas cuotas el deudor paga únicamente los intereses correspondientes, sin amortizar el principal.