¿Y si Oxfam se equivoca?26/01/2015 | Hugo Vázquez
El pasado 19 de enero la organización internacional Oxfam dijo que en 2016 el 1% más rico de la población mundial tendrá más riqueza que el restante 99%. Estos datos muestran que en el mundo hay una desigualdad económica impresionante, pero… ¿Reflejan la realidad de manera objetiva? ¿Debemos creernos todo lo que nos dice una ONG? ¿Tenemos la educación financiera suficiente como para poder analizar los datos que nos hacen llegar los medios de comunicación? Si hiciéramos un símil con los salarios de los futbolistas quizás podríamos ver este tema desde otra perspectiva: en la temporada 2011-12 cada uno de los 22 equipos de la segunda división española de futbol tuvo un promedio de ingresos equivalente a 9,14 millones de euros, lo que equivalía al sueldo anual de Gareth Bale cuando fue contratado por el Real Madrid en 2013. Si sumáramos los ingresos de todos los futbolistas que ganan cantidades similares o mayores, y comparáramos esa cifra con la suma de los ingresos del resto de los jugadores profesionales del mundo (incluyendo la segunda y tercera división) seguro encontraríamos una desigualdad casi tan impresionante como la que menciona Oxfam. Pero no olvidemos que aunque la comparación puede ser matemáticamente correcta puede estar sumando cantidades que no deberían compararse directamente. Empecemos por no confundir ingresos con riqueza. La mayoría de los trabajadores y de la población mundial (ese 99%) gasta la mayor parte de sus ingresos en mantener un nivel de vida correspondiente al país en el que vive, y por lo tanto no suele acumular “riqueza”; mientras que quienes forman parte de esa minoría que ahora llamamos “el 1%” solo gastan una pequeña parte de sus ingresos en mantener su nivel de vida y reinvierten el resto para seguir generando y acumulando riqueza. Esto ha sido así desde siempre, y los sistemas impositivos modernos sirven para “ayudar a quienes menos tienen cobrando más a quienes más tienen o ganan”. Luego recordemos que no toda la población mundial está completamente integrada a la economía global. ¿Hay que hacer algo para combatir estas desigualdades? Veamos antes algo: Volviendo al ejemplo de Gareth Bale, sus ingresos se corresponden a los beneficios que genera su desempeño que, por su calidad, es vendido en la economía global; mientras que un jugador de un equipo de segunda o tercera división percibe los ingresos correspondientes al tamaño del mercado en el que se desempeña, y que es eminentemente local. Esto manifiesta la clásica teoría de la oferta y demanda. Pero así como nadie que no asista al estadio Santiago Bernabeu es obligado a ver un partido del Real Madrid tampoco es obligado a comprar un producto Apple o Inditex, ni a tener un perfil en Facebook o utilizar Google. Así que una de las razones por las que ese 1% acumula y concentra tal cantidad de riqueza es porque parte del 99% restante utiliza o compra sus servicios. El que una organización como Oxfam dé a conocer tal concentración de la riqueza sirve para: Sin duda un 1% de la población mundial concentra una gran cantidad de la riqueza global pero parte de ese 99% hemos cooperado en que esto suceda. |