Fue un banquero bolsista nacido en Barcelona en 1820. Nieto de un notario de origen francés e hijo del comerciante Andrés Arnús Pujol, se ha dicho que a causa de la muerte prematura del padre, tuvo que empezar a trabajar desde muy joven. Sin embargo tenía estudios, al igual que los tuvo su hermano mayor Manuel (Tremp 1813-Madrid 1879) que fue un médico destacado en el campo de la hidroterapia. Aunque se asegura que en 1840 empezó a trabajar como ayudante de archivero en el Ayuntamiento de Barcelona, consta que en 1839 empezó las prácticas de corredor de cambios. Ya formado en esta profesión, en 1845 alquiló una correduría por cuatro años y así pudo examinarse en el colegio de corredores en marzo de 1846, obteniendo una plaza. Arnús entró en el oficio en el momento oportuno puesto que pocos meses antes de alcanzar esta titularidad se había empezado a activar el proyecto de abrir una Bolsa en Barcelona.
La compra–venta de acciones de las sociedades anónimas que se fueron creando en la ciudad a partir de 1847, creó un nuevo y activo campo de negocio en el que Arnús pronto alcanzó una posición preeminente. Según la contribución industrial de la ciudad, en 1854 Arnús, junto con otros siete corredores de los 33 que entonces había, pagaba la cuota más alta del sector y en 1861 con gran diferencia era el que pagaba la más alta, en solitario (cuando ya había 49 corredores).
Su profesión consistía no sólo en comprar y vender acciones sino en asesorar a sus clientes sobre el mercado de valores y facilitar los medios para hacer este tipo de inversiones. Además gestionaba los valores de los clientes y vigilaba por la obtención de una alta rentabilidad de las carteras de sus clientes. El prestigio personal, reforzado con un patrimonio sólido, era el principal avalador de las operaciones que hacían estos banqueros ya que respondían con el peculio propio de las posibles pérdidas. En el caso de Arnús es claramente perceptible esta condición puesto que en 1891, tras su defunción, su patrimonio inmobiliario representaba el 60% de los activos del negocio bursátil que manejaba, si bien se trataba de una coyuntura especial a causa de la crisis que entonces atravesaba la casa de banca E. Arnús. Se ignora a qué proporción podía haber ascendido esta fracción de bienes cuando no existían tales circunstancias.
La profesión de Arnús explica que entre 1851 y 1866 fuera socio fundacional de unas 25 empresas –casi todas barcelonesas– en distintos ámbitos, sin embargo en 1863 fue uno de los nueve accionistas que fundaron el Banco de Reus, del que adquirió el 50% de las acciones. Parece que inicialmente actuaba por libre en esta esfera financiera, pero a mediados de los años 1860 se integró incondicionalmente al grupo articulado entorno de Antonio López y López, el indiano de origen santanderino que se instaló en Barcelona a mediados de los años 1850 y alcanzó el título de marqués de Comillas. Esta vinculación explica que fuera socio fundador de las empresas del grupo: Crédito Mercantil, Cía. Trasatlántica, Banco Hispano Colonial, Cía. General del Tabaco de Filipinas, Norte, La Previsión, Sociedad Hullera Española, Crédito General de Ferrocarriles… Por ejemplo, Arnús suscribió 1.875.000 pesetas del empréstito (de 75 millones de pesetas) al estado español que dio lugar a la creación del Banco Hispano Colonial en 1874, la segunda institución financiera de España en el último cuarto del siglo XIX.
Como dinamizador de la economía española, en 1868 ya gozaba de una gran reputación y se le reconoció su beneficioso papel en la creación de empresas por lo que en este año recibió la cruz de Carlos y en 1877 recibió la Gran Cruz de Isabel la Católica. Un campo donde destacó fue en la inversión inmobiliaria. En esta actividad se pueden distinguir tres etapas. En primer lugar, a finales de los años 1850 y primeros 1860 Arnús adquirió fincas importantes en Barcelona y Badalona. En segundo lugar hizo importantes inversiones inmobiliarias en el Ensanche. Como accionista y miembro de la Junta directiva de la Sociedad de Crédito Mercantil se aprovechó de la compra que esta sociedad hizo de una gran extensión de terreno en el centro del Ensanche, tocando al Paseo de Gracia, en 1864. Se trata de la finca llamada Campos Elíseos, el principal parque de ocio, privado –debía pagarse una entrada–, de la ciudad. Esta sociedad de crédito parceló el terreno siguiendo el plan Cerdá y empezó a vender los solares en el mismo año de su compra. Se trataba de una operación especulativa que pronto quedó paralizada por la crisis de 1866. Arnús adquirió una de las parcelas más grandes situada en la calle Mallorca –lado montaña–, tocando al Paseo de Gracia, en 1864, donde se construyó su palacete. En 1876 adquirió todo el terreno que quedaba por vender dentro de esta misma isla. Por último, en los años 1880 –es decir durante y tras la Febre d’Or– adquirió dos tipos distintos de propiedades inmobiliarias: un conjunto de fincas rústicas y urbanas próximas a las que ya poseía y otro conjunto de fincas fuera de Barcelona (destacan, según Cristian Keim, el edificio adquirido en Madrid a Claudio López, segundo marqués de Comillas, el cual no consta en el inventario post-mortem de Arnús, y la propiedad de unas casas de gran valor en París, adquiridas en fecha desconocida). Su vida política no fue muy activa. Simpatizó con la Unión Liberal pero cuando se desintegró y se definió el sistema político de la Restauración se vinculó al Partido Liberal siendo amigo personal de Práxedes Sagasta y de Víctor Balaguer. Fue diputado provincial por Badalona en 1874, 1875 y 1880. Más adelante fue senador por Barcelona en las Cortes de 1881-1884, y después senador vitalicio, a partir de marzo de 1887 hasta su muerte. Según Cristian Keim, en este tiempo sólo intervino tres veces en el hemiciclo. En junio de 1883 lo hizo en contra del recargo del 10% en los billetes de ferrocarril. Al mes siguiente intervino de nuevo para desvanecer los rumores que ligaban a la Compañía Trasatlántica con irregularidades sanitarias y actividades de contrabando. La última intervención la hizo en mayo de 1887 a fin de que el estado contratara de nuevo el servicio de correos a las Antillas con la Trasatlántica. Como dice Keim, Arnús estaba en aquella Cámara para defender los intereses del grupo Comillas. Estando en el Senado participó en comisiones para la construcción de carreteras en Cataluña tres veces: en la de Sort a Berga, la de Balaguer a Tremp y en la de Parlaba. Arnús era librecambista y se opuso al tratado de comercio con Francia para lo cual se desplazó expresamente a Madrid, al igual que el marqués de Comillas, para votar en su contra en el Senado
Su actividad pública se mostró en múltiples campos: como socio, impulsor, benefactor y mecenas. Consta que fue miembro de diversas asociaciones como la Asociación de Amigos de las Bellas Artes y socio del Círculo del Liceo (un club a la inglesa de carácter extremadamente elitista) del que fue presidente en 1878. También fue socio del Fomento de la Producción Española, del Instituto Agrícola Catalán de San Isidro,… Formó parte de la sociedad para el Fomento de la Cría caballar en España. También destaca por haber sido vocal de la Junta de la Construcción de la Prisión de Barcelona y por haber presidido la de la Casa de la Caridad de la misma ciudad. Así mismo fue uno de los promotores de la Exposición Universal de Barcelona, de 1888. Arnús, que por diferentes razones no fue socio fundador del Banco de Barcelona, pasó a formar parte de la Junta de Gobierno del mismo en 1887, lo que constituye una prueba más de hasta donde había llegado su prestigio. Por otro lado, dotó a Badalona de diversas instituciones y financió la publicación de una historia de la población, por lo que fue nombrado hijo predilecto de la misma. De estas actividades filantrópicas destaca que fuera el propulsor del Ateneo Obrero. Hay que destacar dos más: por un lado, que fue el principal impulsor del Casino Mercantil, la asociación de los corredores de cambio, banqueros y hombres de negocios que intervenían en bolsa y el organismo en el que se liquidaban este tipo de operaciones, cuyo magnífico edificio se inauguró en 1890, el mismo año de la muerte de Arnús. Por otro, su vinculación con la música. Sus primeros biógrafos destacaron, con un marcado carácter panegírico, su afición a la música y que por ello levantó el Teatro Lírico, subrayando que llegó a sufragar actuaciones que generaron pérdidas.
El inventario postmortem de Arnús permite conocer cuáles eran los activos de su banca en este momento. Destacan tres campos de actuación: las inversiones en bolsa, los préstamos y las participaciones en bolsa (Rosés y Solà, 1992: 217, 221). Su cartera de valores tenía más de un millón y medio de pesetas, e, indirectamente, casi dos millones ochocientas mil pesetas más. Es decir que controlaba capitales cerca de los cuatro millones de pesetas, aunque parece que antes había controlado más. El segundo campo de acción del banco eran los préstamos, básicamente créditos hipotecarios (85% del total). La principal partida de préstamos correspondía a cuentas corrientes. Un gran porcentaje era sin garantías (46,2%) y el resto con una garantía escrita –la firma de un pagaré- o/y la garantía de un depósito de valores. Estos últimos principalmente correspondían a operaciones directamente ligadas a la compra de valores en bolsa. Esta estructura de los préstamos permitía que muchas personas dispusieran de crédito abierto para efectuar pequeñas operaciones sin tener que contratar créditos hipotecarios. La tercera partida de los activos de la banca Arnús eran las participaciones en sociedades, destacando las que tenía de las minas de Aller, propiedad del grupo Comillas.
Al fallecer, en 1890, su casa de banca pasó a manos de su sobrino Manuel Arnús Fortuny y de José Garí Cañas, seguramente también un sobrino –en este caso por parte de su primera esposa– o bien un primo de ésta, que se habían formado trabajando a su lado. Sin embargo se trató de una empresa nueva que se formalizó ante el notario en este mismo año con el nombre de Manuel Arnús y Cía., que contó con una base mucho menos sólida que su precedente al no disponer del gran patrimonio que había sustentado la confianza de la casa. Cuando el nieto de Evaristo, Gonzalo Arnús Pallós (heredero de su patrimonio), fue mayor de edad quiso entrar en la sociedad bancaria de sus parientes, pero los desacuerdos entre los tres provocaron la creación de dos bancos. Manuel Arnús y José Garí constituyeron el Banco Arnús-Garí, mientras Gonzalo Arnús fundó la Banca Arnús S.A. en 1910. En los dos casos hubo una participación mayoritaria de capital francés.
Bibliografía
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– Cristian KEIM, “Evaristo Arnús y Ferrer, un modelo de empresario y mecenas catalán de la segunda mitad del siglo XIX”, trabajo de fin de DEA dirigido por Àngels Solà, Universitat de Barcelona, curso 2007-2008. (www.ub.edu/dphc/evaristoarnus/htm)
– Joan HORTOLÀ, La Borsa de Barcelona, Servicio de Estudios de la Bolsa de Barcelona, 2006.
– Joan PALOMAS, “El rerafons econòmic de l’activitat dels parlamentaris catalans, 1876-1888”, Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona, Departament d’Història Moderna i Contemporània, 2002, fol. 517-518.
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– SOLÀ, Àngels “Evarist Arnús i Ferrer: un banquer barceloní amb propietats a Badalona”, Carrer dels Arbres, núm. 8, Badalona, 1997, pp. 23-32.
– SOLÀ, Àngels, “Evarist Arnús y Ferrer (1820-1890)”, en Francesc Cabana (coord.), Cien empresarios catalanes, Madrid, Editorial LID, 2006, pp. 121-125.
Angels Solá Parera. Universitat de Barcelona.