Pere Duran i Farell (I) – Gas Natural

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En enero del 2000 la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) se sumó a la sucesión de homenajes organizados en memoria del industrial catalán Pere Duran Farell, fallecido repentinamente en julio del año anterior a la edad de 78 años. La gran cantidad y diversidad de los asistentes al acto, que la prensa destacó de manera unánime, simbolizaba perfectamente la trayectoria vital y profesional del homenajeado. Ingeniero, empresario, académico, promotor cultural y hombre de consenso, emprendió numerosas iniciativas y consiguió tender puentes de diálogo entre personas, instituciones y tendencias a menudo contrapuestas.

Pere Duran Farell nació en Caldes de Montbui (Barcelona) el 27 de febrero de 1921, en el seno de una familia de pequeños propietarios oriundos de la comarca del Vallès. Estudió primero en los Escolapios de Caldes (1927-31) y después en los de Sabadell (1932-36), moviéndose de un núcleo rural de apenas 4.000 habitantes a una ciudad industrial, líder textil, con una población que rebasaba las 70.000 personas. Huido a Barcelona durante la Guerra Civil, realizó un curso de practicante en el Hospital Clínic y trabajó en la enfermería de la empresa de construcciones mecánicas La Maquinista Terrestre y Marítima, cuya presidencia ejercería 25 años más tarde. Finalizado el conflicto bélico, el joven Duran acabó el Bachillerato y se desplazó a Madrid a estudiar Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. Realizó además labores de tornero y profesor particular para contribuir al pago de su formación, y entró en contacto con el servicio de Estudios del Banco Urquijo, entidad que marcaría toda su carrera empresarial posterior.

Recién titulado, Pere Duran hubo de abrirse camino en la España autárquica de la “pertinaz sequía” y las restricciones eléctricas. En 1947 se incorporó como ingeniero a Hidroeléctrica de Cataluña S.A. (HECSA), constituida el año anterior por la sociedad Catalana de Gas y Electricidad y los Bancos Urquijo e Hispanoamericano. Duran se desmarcaba así de los ingenieros de su especialidad, que entonces ingresaban en masa en la administración pública. En la empresa privada repartió su dedicación entre la construcción de infraestructuras hidráulicas en la cuenca pirenaica y la investigación teórico-práctica de las posibilidades de la “lluvia artificial”. Enseguida accedió a puestos de responsabilidad, sucesivamente ingeniero jefe y director general de HECSA, y consejero delegado y presidente del consejo de administración de Catalana de Gas. Durante aquellos primeros años de actividad profesional, la ingeniería fue dejando paso progresivamente a la gestión empresarial, ámbito en el que Duran hizo gala de una acertada combinación de espíritu emprendedor, por su capacidad de iniciativa, eficacia y asunción de riesgos, y de empresa, dada su habilidad para transformar las ideas en actos. De la mano de Juan Lladó, consejero delegado del Banco Urquijo, y de Enrique Becerril, catedrático de la Escuela de Caminos de Madrid y presidente de la empresa de ingeniería EPTISA, Duran continuó su relación privilegiada con el Urquijo, que le proporcionó una magnífica atalaya para observar la evolución de la industria española. En el ámbito personal, se casó con Montserrat Vall-Llosera Vilaplana, originaria de Manresa, con quien tuvo 6 hijos.

Pere Duran i Farell

Al comenzar la década del desarrollismo, Pere Duran se encontraba al frente de dos de las más destacadas empresas del tejido industrial catalán: Catalana de Gas y HECSA. En ambas había acometido un intenso proceso de reestructuración y modernización, que entre otros aspectos implicó la informatización administrativa (tras la llegada de los primeros ordenadores IBM), la compra de pequeñas fábricas distribuidoras de gas manufacturado en Cataluña, y la adquisición de la sociedad Gas Lebón y sus posiciones en otras ciudades del Levante, Norte y Sur peninsular. Se preparaba así Duran para recibir una nueva fuente de energía, el gas natural, hidrocarburo gaseoso desconocido en España pero muy utilizado en el resto de Europa occidental tras ser descubierto en Argelia (entonces colonia francesa) en 1956. Para ampliar sus conocimientos y contactos, Pere Duran consiguió integrarse, en nombre de Catalana de Gas y el Urquijo, en el comité de la Association Eurafricaine Minière et Industrielle (ASSEMI), del que formaban parte varias grandes empresas europeas interesadas en el gas argelino, como la alemana Ruhrgas, la italiana Montecatini y la francesa Gaz de France.

La llegada de Gregorio López Bravo al Ministerio de Industria (1962), unida a la dimisión de Juan Antonio Suanzes de la presidencia del Instituto Nacional de Industria-INI (1963), allanaron el camino a Pere Duran y la iniciativa privada para la introducción del gas natural en España. López Bravo entendió que el liderazgo privado era la fórmula más eficaz para avanzar en el desarrollo de fuentes energéticas que, como el gas natural y la energía nuclear, se estaban imponiendo con fuerza en otros países. La independencia de Argelia obligó, no obstante, a buscar nuevas fuentes de aprovisionamiento, optándose finalmente por Libia en asociación con la Standard Oil estadounidense (Esso). En 1965 Catalana de Gas creó la filial Gas Natural S.A., encargada de la recepción, almacenamiento y regasificación de gas natural licuado en el puerto de Barcelona, así como de su posterior distribución y venta en Barcelona y alrededores. El capital social quedó repartido entre Catalana de Gas (36%), la petrolera Esso (35%), el grupo bancario Urquijo-Hispanoamericano-Popular (15%) y los accionistas de Catalana (14%), confiriéndose la presidencia a Pere Duran. La inestabilidad instalada en Libia tras el golpe de estado de Gadafi y la política de nacionalizaciones obligó a volver la vista al gas argelino para completar el libio. En 1972 gas natural firmó con la empresa pública argelina Sonatrach un contrato que aseguró el suministro durante 15 años, convirtiendo a la sociedad española en el tercer cliente de Argelia, después de la americana El Paso y la francesa Gaz de France. Argelia y el desierto del Sahara pasaron a ser elementos clave en la vida de Pere Duran, al que fascinó especialmente el desierto, un espacio “mágico” al que viajó con frecuencia y donde pidió que al final de sus días se esparcieran sus cenizas.

El primer buque metanero, equipado con tecnología criogénica para el almacenamiento del gas, llegó al puerto de Barcelona en 1969. Enseguida varias centrales de la red catalana, entre ellas Besòs I y Besòs II, comenzaron a utilizar gas natural como combustible para la generación de electricidad. Paralelamente, previa adaptación de redes y quemadores, el gas natural fue poco a poco desplazando al gas envasado tanto para usos industriales como domésticos.

Pere Duran había irrumpido con fuerza en una actividad que, por su condición de servicio público e industria estratégica, se asociaba generalmente al estado. La oposición de los sectores contrarios a la presencia de capital privado en la industria del gas resurgió con brío a principios de los setenta, especialmente tras la llegada de José María López de Letona al Ministerio de Industria. El INI, que en la década anterior había optado por el butano, reclamó sus derechos sobre la importación y distribución de gas natural en España, consiguiendo que el gobierno le transfiriese las riendas del sector a través de una sociedad creada a tal efecto, la Empresa Nacional del Gas S.A. (Enagas). Duran Farell hubo de ceder a Enagas la planta de regasificación de Barcelona y los contratos con Libia y Argelia, y aceptar que Catalana de Gas se mantuviese únicamente como empresa distribuidora en el mercado catalán del gas comprado a Enagas. Para afrontar este nuevo escenario, Duran propuso a los accionistas cambiar el nombre y la estrategia empresarial de gas natural. Nació así Corporación Industrial Catalana (CIC), un holding que llegó a controlar más de una veintena de empresas, en su mayoría relacionadas con sectores en crecimiento como la química y la electrónica. Pero CIC surgió en un mal momento. Los efectos del shock energético mundial, la incertidumbre política española y los requisitos de innovación crecientes en un mercado dominado por las tecnologías alemanas y japonesas, llevaron al grupo a suspender la cotización de sus acciones en bolsa y a liquidar una tras otra sus empresas. Los tentáculos de la crisis alcanzaron a otros negocios de Pere Duran: dejó a HECSA en números rojos y se llevó consigo al primer banco industrial del país, el Urquijo.

Bibliografía

– Ballestero, Alfonso (2017), El gas natural en España, Madrid, LID.

– Cabana, Francesc (2006), “Pere Duran Farell”, en Francesc Cabana, coord., Cien empresarios catalanes, Madrid, LID, pp. 619-624.

– Cabana, Francesc (2016), Deu èxits de l’economia catalana, Barcelona, Pòrtic, cap. 5.

– Fàbregas, Pere A. (2014), Gas Natural Fenosa, de Barcelona al mundo. Los primeros 170 años de historia, Barcelona, Laia.

– Fàbregas, Pere A. (2014), Pere Duran Farell, Barcelona, RBA.

– Maluquer, Joaquim (2003), Què pensa Pere Duran Farell, Barcelona, Proa.

– Maluquer, Joaquim, coord. (2001), Pensament, reflexions i escrits de Pere Duran i Farell, Barcelona, Laia

 

Esther M. Sánchez Sánchez. Universidad de Salamanca

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