Cómo afecta a tu dinero y qué puedes hacer para protegerte

Imagen Web FxM (Plantilla)

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La inflación es uno de los fenómenos económicos más importantes que afecta directamente a nuestra vida cotidiana, y entender cómo impacta en el dinero es clave para tomar decisiones financieras inteligentes. La inflación se refiere al aumento generalizado de los precios de bienes y servicios en una economía a lo largo del tiempo. A medida que los precios suben, el valor del dinero disminuye, lo que significa que tu poder adquisitivo disminuye. Pero, ¿Cómo ocurre esto y cómo puedes protegerte de sus efectos? 

¿Cómo afecta la inflación a tu dinero? 

La inflación erosiona el poder adquisitivo, lo que significa que, con el tiempo, puedes comprar menos con la misma cantidad de dinero. Por ejemplo, si la inflación es del 5% anual, lo que comprabas con 100 euros el año pasado ahora te costará 105 euros. Aunque el aumento puede parecer pequeño, su impacto acumulado puede ser significativo, especialmente si los ingresos no crecen al mismo ritmo. 

La inflación también afecta los ahorros. Si tienes dinero en una cuenta de ahorro con una tasa de interés baja, como suele ocurrir en períodos de inflación baja, tu dinero pierde valor real. Por ejemplo, si tienes una cuenta que paga un 1% de interés anual, pero la inflación es del 3%, tu poder adquisitivo en realidad está disminuyendo un 2% al año. 

Además, la inflación puede hacer que los costes de vida suban más rápido que los salarios. Si el coste de alimentos, vivienda y transporte aumenta, pero tu salario no lo hace de manera proporcional, verás cómo tus finanzas personales empiezan a resentirse. Esto crea una sensación de que el dinero «no alcanza», a pesar de no haber un cambio drástico en los hábitos de consumo. Por ejemplo, si la inflación anual es del 5% y tu salario solo aumenta un 2%, en realidad, estás perdiendo poder adquisitivo, ya que los precios de los productos han subido más que tu salario. 

¿Por qué se produce la inflación? 

Existen varias causas que pueden generar inflación. Estas causas se agrupan comúnmente en dos categorías principales: 

  1. Inflación de demanda:

Ocurre cuando la demanda de bienes y servicios supera la oferta disponible. Cuando la gente está dispuesta a gastar más dinero en la misma cantidad de productos, los productores pueden aumentar los precios. Esto suele ocurrir en períodos de crecimiento económico, cuando la gente tiene más dinero disponible para gastar, ya sea por aumentos salariales, mayor crédito o expansiones fiscales. 

Por ejemplo: Si en una economía más personas empiezan a ganar más dinero y el consumo aumenta, los precios de productos como viviendas, alimentos o transporte pueden aumentar debido a que hay más compradores que bienes disponibles. 

  1. Inflación de costes:

Este tipo de inflación ocurre cuando los costes de producción de bienes y servicios aumentan, lo que lleva a las empresas a subir los precios para mantener su rentabilidad. Estos costes pueden subir debido al encarecimiento de materias primas, aumento en salarios o de los costes de la energía. 

Por ejemplo: Si los precios del petróleo aumentan, esto encarece el transporte y la fabricación de muchos productos, como alimentos y mercancías, lo que provoca que las empresas aumenten los precios de los productos finales. 

  1. Expansión monetaria:

Otra causa importante de la inflación es el crecimiento excesivo de la oferta monetaria en una economía. Cuando los bancos centrales imprimen demasiado dinero o permiten que el crédito fluya de manera indiscriminada, hay más dinero en circulación para la misma cantidad de bienes y servicios. Esto genera un aumento de la demanda y, como consecuencia, los precios suben. 

¿Cómo afecta la inflación a la rentabilidad de mis inversiones? 

La inflación también tiene un impacto directo en las inversiones. A continuación, veremos cómo: 

  1. Inversiones en bonos:

Los bonos son instrumentos de deuda en los que el inversor recibe pagos regulares de intereses. Si la inflación es alta, los pagos de intereses que recibes pierden valor en términos reales. Por ejemplo, si tienes un bono que paga un 3% de interés y la inflación es del 5%, estarás perdiendo un 2% en términos de poder adquisitivo. 

  1. Acciones:

La relación entre la inflación y las acciones puede ser más compleja. Por un lado, algunas empresas pueden trasladar los aumentos de costes a sus consumidores subiendo precios, lo que podría proteger su rentabilidad. Sin embargo, si la inflación es alta, los costes de producción también pueden aumentar significativamente, lo que podría reducir las ganancias empresariales y afectar negativamente a los precios de las acciones. 

  1. Inversiones inmobiliarias:

Los bienes inmuebles a menudo se consideran una buena protección contra la inflación. A medida que los precios suben, el valor de los inmuebles también suele aumentar. Además, los arrendamientos pueden ajustarse con la inflación, lo que permite a los propietarios mantener su poder adquisitivo. 

¿Cómo protegerte de la inflación? 

A pesar de sus efectos negativos, hay estrategias que puedes utilizar para proteger tu dinero de la inflación y minimizar su impacto en tus finanzas: 

  1. Inversiones que superen la inflación: Una de las formas más efectivas de protegerse contra la inflación es invertir en activos que generen una rentabilidad superior a la tasa de inflación. Las acciones, los inmuebles y los bonos indexados a la inflación son algunos ejemplos. Las acciones, en particular, pueden ofrecer rendimientos a largo plazo que superen la inflación, ya que las empresas pueden trasladar los aumentos de costes a los consumidores, manteniendo sus márgenes de beneficio. Las inversiones en inmuebles también se consideran una protección contra la inflación. 
  2. Diversificación: Invertir en una combinación de activos es una buena manera de mitigar el riesgo de la inflación. La diversificación te permite repartir el riesgo entre diferentes clases de activos que pueden comportarse de manera diferente en situaciones inflacionarias. 
  3. Bonos indexados a la inflación: Algunos bonos, como los Bonos del Tesoro Protegidos contra la Inflación (TIPS) en EE.UU. o sus equivalentes en otras economías, ajustan el valor principal del bono según el índice de precios, lo que garantiza que el rendimiento esté vinculado a la inflación. 
  4. Revisión y ajuste de presupuestos: Monitorear tus gastos y ajustar tu presupuesto con regularidad es crucial en tiempos de inflación. Prioriza los gastos esenciales y busca formas de reducir costes en áreas no críticas para compensar el aumento en los precios. 

¿Qué indicador miro para saber cómo está la inflación? 

La inflación se mide a través de índices de precios, siendo el Índice de Precios al Consumidor (IPC) el más común. Este índice refleja cómo varía el coste de una cesta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares. Si el IPC aumenta, significa que los precios han subido; si disminuye, significa que han caído. Otro indicador que oímos habitualmente es la inflación subyacente, que es el IPC excluyendo los bienes más volátiles, como alimentos y energía, para reflejar mejor las tendencias inflacionarias a largo plazo. 

Entonces…. ¿Sería bueno que los precios caigan?  

A primera vista, la caída sostenida de precios (o deflación) puede parecer algo positivo. Sin embargo, en la práctica, puede ser muy perjudicial para la economía. Cuando los consumidores esperan que los precios sigan bajando, tienden a posponer sus compras, lo que reduce la demanda agregada. Esto puede llevar a una caída en la producción y a un aumento en el desempleo. 

Por ejemplo, Japón ha experimentado décadas de deflación o inflación muy baja combinadas con bajo crecimiento económico, lo que se conoce como la «década perdida».  

En conclusión… 

La inflación es una realidad económica que afecta a todos. A medida que los precios suben, es esencial que tomes medidas para proteger tu dinero y mantener tu poder adquisitivo. Invertir sabiamente, diversificar y ser consciente de cómo la inflación afecta tus finanzas te ayudará a mitigar sus efectos y asegurarte un futuro financiero más sólido. 

Belén Díaz Díaz 

Profesora de Economía Financiera: Universidad de Cantabria 

 

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