El Blockchain puede reinventar la búsqueda del amor

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El Blockchain puede reinventar la búsqueda del amor

17/05/2018 | Hannah Kuchler (Financial Times)

Cuando me enteré de la aplicación llamada Luna mostré mi escepticismo, la cual ha sido descrita como «el blockchain para encontrar pareja». En Silicon Valley, blockchain, o cadena de bloques, es la tecnología disruptiva de moda; un sinnúmero de empresasstartup” están adoptando la idea de un libro de contabilidad digital. En Wall Street, la Comisión de Bolsa y Valores les advirtió a las compañías que dejen de «promover su uso de blockchain» para impulsar sus acciones.

Por lo tanto, Luna parecía ser un truco. Pero cuando Facebook anunció su plan para adentrarse en el mercado de citas online, decidí echarle un serio vistazo.

Cada vez más personas se juntan online, pero los solteros que usan las aplicaciones de citas se sienten cada vez más frustrados por un sistema que fomenta una «cultura de deslizamiento». Muchos se deslizan a través de fotografías, casi como una actividad deportiva. El proceso puede ser desalentador, ya que muchas personas no responden a los mensajes de las parejas con las que han sido conectadas y con frecuencia no se presentan a las citas «en la vida real».

Las nuevas aplicaciones de citas están probando diferentes tácticas para crear conexiones más duraderas. Facebook les pedirá a las personas que elijan los eventos a los que desean ir antes de seleccionar a posibles parejas de un grupo de otros participantes. La aplicación de citas Waving ha eliminado las fotografías por completo, reemplazándolas con mensajes de voz, en un esfuerzo por evitar perfiles falsos e inspirar un enfoque más imaginativo. Sweatt alienta a los obsesionados con la condición física a establecer fechas para entrenamientos compartidos, con un perfil que incluye la frecuencia con la que haces ejercicio y cuándo te ejercitas.

Luna resulta ser la opción más intrigante, a pesar de que aún no se ha lanzado. Sin embargo, tiene un «libro blanco». Éste comienza con una discusión sobre el desarrollo de rituales relacionados con la exogamia (la costumbre de casarse fuera de tu tribu). Sostiene que los humanos solían dedicar mucho tiempo y energía para encontrar el compañero correcto. Ahora, queremos que sea lo más fácil posible, pero esta facilidad no parece hacer felices a las personas.

En última instancia, Luna quiere «rehacer la cultura de las citas». Usando nuestras interacciones online, le gustaría profundizar en los datos para comprender qué hace que una conexión tenga éxito. «Luna no es un servicio ni un lugar físico, como Tinder o un bar. Luna es un método, y un método que puede mejorarse continuamente utilizando técnicas como las pruebas AB, hasta que realmente esté produciendo mejores vidas para las personas», dice el libro blanco. Mediante el uso de la tecnología blockchain, espera poder compartir los datos anónimos con investigadores, quienes podrán diseñar algoritmos para conectar a los usuarios.

Andre Ornish, fundador de Luna, dice que ya está hablando con psicólogos sociales sobre cómo podrían usar los datos para detectar patrones que podrían conducir a «conexiones más confiables». Tal vez la «era de los grandes datos omnipresentes» nos ayude a conocernos mejor, sugiere. «El noviazgo requiere una gran capacidad introspectiva para saber quién eres, qué quieres y cómo comunicárselo a alguien».

El número de hombres que usan los sitios de cita supera significativamente al de las mujeres y las mujeres atractivas reciben muchos más mensajes que cualquier otro usuario. Según el libro blanco de Luna, si Tinder fuera la economía de un país, con la proporción de deslizamientos a la derecha (indicando que te gusta alguien) en lugar de dinero, tendría un coeficiente de Gini más altola medida preferida por los economistas de desigualdad de riqueza entre los residentes — que 95 por ciento de países en el mundo.

Para tratar de resolver el desequilibrio en los mensajes de la aplicación de citas, Luna creó Star (Estrella), un token que los usuarios podrán comprar a través de intercambios de criptomonedas o ganar mediante acciones tomadas en la aplicación, como responder a mensajes en menos de las 36 horas de haberlos recibido. Un usuario puede limitar el número de mensajes que recibe al día, pero un pretendiente que está realmente interesado en comunicarse puede agregar más estrellas a un mensaje para llegar a la parte superior de la lista del destinatario. Las estrellas pueden guardarse como efectivo o ser donadas a obras de caridad en la aplicación. Si el algoritmo de Luna piensa que una pareja es ideal, ambas personas recibirán un descuento para alentarlas a enviarse mensajes. Las estrellas deberían disuadir a las personas de enviar correos no deseados entre sí con mensajes «copiados y pegados».

Ciertamente es mucho más complicado que Tinder. Pero al usar datos y algoritmos para comprender mejor la compatibilidad de por vida, el corazón de Luna parece estar en el lugar correcto.

A match made in Silicon Valley: can blockchain reinvent dating?

17/05/2018 | Hannah Kuchler (Financial Times)

I rolled my eyes when I first heard about Luna, described as “blockchain for dating”. In Silicon Valley, “blockchain for x” is the new “Uber for y” as start-ups embrace the idea of digital ledgers. On Wall Street, the Securities and Exchange Commission has warned companies to stop “pivoting to blockchain” to boost their stock.

So Luna sounded like a gimmick. But when Facebook announced its plan to enter the online dating market, I took a closer look.

More and more people now meet online, but singles on dating apps are increasingly frustrated by a system that encourages a “swipe culture”. Many swipe through photographs, almost like sport. The process can be dispiriting, with people failing to reply to messages from matches and frequently failing to show up “in real life”.

New dating apps are trying different tactics to create more lasting connections. Facebook will ask people to choose events they want to go to before selecting dates from among a group of other participants. Waving has scrapped the photo altogether, replacing it with voice messages, in an effort to avoid fake profiles and inspire a more imaginative approach. Sweatt encourages the fitness-obsessed to make dates for workouts, with a profile that includes how often you work out and when.

Luna turns out to be the most intriguing, despite the fact it hasn’t even launched yet. It does, however, have a “white paper”. This starts with a discussion of the development of rituals around exogamy (the custom of marrying outside your tribe). It argues that humans used to devote huge time and energy to finding the right partner. Now, we want it to be as easy as possible — yet this convenience does not seem to be making people happy.

Ultimately, Luna wants to “remake dating culture”. Using our online interactions, it would like to dive deep into the data to understand what makes a successful match. “Luna is not a service or a place, like Tinder or a bar. Luna is a method, and a method which can be continually improved using techniques like A/B testing, until it is genuinely producing better lives for people,” the white paper says. By using blockchain technology, it hopes to make anonymised data open to researchers, who will be able to design algorithms to match couples.

Andre Ornish, Luna’s founder, says he is already speaking to social psychologists about how they could use the data to spot patterns that could lead to “higher-fidelity matches”. Maybe the “time of omnipresent big data” can help us know ourselves better, he suggests. “Dating requires a great amount of introspective ability, to know who you are, what you want and how to communicate that to someone.”

Men significantly outnumber women on most dating sites and attractive women receive far more messages than anyone else. According to Luna’s white paper, if Tinder were an economy, with the proportion of right swipes (indicating you like someone) instead of money, it would have a higher Gini coefficient, the economists’ favoured measure of inequality, than 95 per cent of countries in the world.

To try to solve the imbalance in dating-app messaging, Luna has created the Star, a token that users will be able to purchase on cryptocurrency exchanges or earn by actions taken within the app, such as replying to messages within 36 hours. A user can limit the number of messages he or she receives a day, but a wooer who is really keen on reaching them can add more stars to a message to bump him or herself to the top of the recipient’s queue. The stars can either be pocketed as cash or donated to charity within the app. If Luna’s algorithm thinks a pair are a great match, they get a discount to encourage them to message each other. Stars should discourage people from spamming each other with “copy and paste” messages.

It’s certainly a lot more complicated than Tinder. But by using data and algorithms to better understand lifelong compatibility, Luna’s heart seems to be in the right place.

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