El profesor de Econometría Stefan Sperlich de la Universidad de Ginebra (Suiza) concedió una entrevista al equipo de Finanzas para Mortales en una visita a sus instalaciones gracias al programa AGL de acogidas de profesores e investigadores internacionales de la Fundación UCEIF. En la entrevista, habló sobre su visión de algunos campos de economía no tan conocidos y también sobre su punto de vista y experiencias con la crisis económica.
¿Dónde estás ubicado ahora, y cuáles son tus áreas de especialización como profesor y como investigador?
Actualmente, trabajo en la Universidad de Ginebra, Geneva School of Economics and Management, donde ejerzo mis labores como profesor de econometría, pero también imparto clases de estadística.
Esto dice mucho sobre mi área de conocimiento. Por lo general, trabajo en gran parte sobre econometría teórica, aunque también colaboro con economistas y con gente de otras áreas en economía empírica. Por así decirlo, hago las dos cosas: desarrollo teórico de metodología, y luego sus aplicaciones, pero en colaboración con gente del área.
¿Qué es lo que piensa una persona como usted sobre el área de economía teórica y del auge de la economía del comportamiento?
No todos somos “homo economicus”, es decir, no siempre se actúa de forma racional, y ni se maximiza la utilidad personal. Por supuesto, tiene un impacto muy importante sobre la modelización del comportamiento. Pienso que, desgraciadamente o no, veremos en el futuro el desarrollo de la economía del comportamiento que, a día de hoy, todavía está desvinculado de lo que normalmente se hace en la microeconomía o microeconometría.
Sin embargo, es normal que si alguien se da cuenta que con lo clásico ya no se puede avanzar más, y en el caso de verse alguna dirección prometedora, entonces esa área se pone de moda y aumenta mucho. Pero esto lo vemos en otras áreas, no sólo en la economía de comportamiento, sino que también lo percibimos en la economía neuronal, “neural finance”, etc.
Anteriormente, los modelos económicos clásicos se basaban en alguna teoría o hipótesis de comportamiento. En la actualidad, se ha rechazado que ese comportamiento es el que se deba aplicar. Ahora intentan entender qué es el verdadero comportamiento, y creo que no es mucho más que eso. También hay que advertir que en Marketing siempre se ha mirado cómo se comporta el consumidor, y eso no ha cambiado.
Cambiando de tema, ¿cuáles fueron tus primeras ideas cuando el consenso general era que habíamos entrado en una crisis económica en 2008?
Esa es una pregunta compleja y antes de nada, tengo que decir que no soy un experto en finanzas. Últimamente he aprendido mucho porque en la Universidad de Ginebra tenemos un equipo muy bueno de expertos en Banca y Finanzas a nivel internacional. Éstos dan muchas charlas para el público general, lo que vosotros llamáis “para Mortales”, de una forma que incluso yo soy capaz de entenderles. Son muy críticos no sólo en el cómo hemos llegado hasta a la crisi sino también con la forma que de que se está «resolviendo» la crisis. Pero sobre todo son críticos en cómo se ha salvado a los bancos, sin quitarle nada a nadie que se ha forrado durante la burbuja. Todas estas personas se quedan con sus fortunas, se quedan incluso con los intereses que han sacado, y quien se encarga de pagarlo es la gente humilde. Esto no sólo pasa en España sino también ocurre en Alemania, incluso en Suiza. En todos los países se ve que el lobby de los bancos es enorme. Merkel ya ha admitido varias veces en público que le faltan banqueros en quién confiar. Esto ha aparecido en la prensa y ha quedado muy claro.
Volviendo a la pregunta, no me sorprendió cuando comenzó la crisis económica en 2008. De hecho, estaba extrañado porque pasó más tarde de lo esperado. Con esto quiero decir que cuando llegué a Madrid en el año 1998, me dijeron que me esperase un tiempo para comprarme un piso porque ya llevábamos unos cuantos años en la burbuja, que normalmente tendría un ciclo de alrededro de cinco años y que debería terminar pronto. Tres años después, en el 2001 discutimos en el departamento que ya fuera tiempo de que estallara, y que si no lo hiciera, explotaría más tarde y cada año que se alargase peor iba a ser la crisis. Eso era algo que se sabía, no hay que ser experto en economía para saberlo algo así. Entonces discutíamos por qué seguía la burbuja. Llegamos a la conclusión de que la política era la encargada de subvencionar a la burbuja. Tiene una única explicación, ya la podemos llamar «corrupción»: una «corrupción» en los sentidos, la corrupción legal y la corrupción ilegal. “Yo te hago muchos favores y que las cosas sigan así…”. Este asunto nos preocupó porque se sabía que durante esos años el Estado no aprovechó de la burbuja para enriquecerse. Se sabe que cuando tienes una burbuja, el Estado puede ganar mucho dinero. En el caso de España, no lo utilizó lo suficiente para pagar sus deudas y prepararse para cuando viniera la crisis que tarde o temprano acabó apareciendo.
En porcentaje de PIB, la deuda de España era mucho más baja que la de Alemania, pero Alemania la tenía a causa de la reunificación, ellos tenían una excusa. Alemania no tenía una burbuja, sufría crisis por otras razones, sus bancos se metían en todos lados, en Grecia, en Londres, en España. Cuando se hablaba de qué bancos estaban en problemas, los bancos alemanes siempre formaban parte de ellos.
En el año 2006 me fui de España. No lo hice porque iba a haber crisis, fueron razones profesionales las que me hicieron marcharme; saqué una cátedra en Alemania. Cuando me fui no se sabía cuándo iba a explotar. Al enterarme en el año 2008, mi reacción fue “¡Por fin!”. Cuando llegó me dio bastante miedo porque se sabía que iba a ser muy duro y por unos cuantos años.
¿La crisis evolucionó acorde con lo que pensaste que iba a pasar?
Una de las únicas cosas que no imaginaba era que el país más golpeado sería Grecia. Unos griegos me comentaban sobre el problema que tienen con su corrupción, una que resulta completamente destructiva para cualquier economía. En Grecia primero te impiden hacer algo antes de pagar a todo el mundo. Luego cuando tienes el permiso, viene la mafia y debes pagar los impuestos de protección. Por suerte, este problema no lo tenemos aquí.
Si te paras a analizar, tiene gracia que en España se quejaran de la corrupción durante los años de la burbuja porque esa misma corrupción resultaba ser un empuje para la economía. Por ejemplo, si tú pagas a alguien para construir un hotel en una reserva natural, en principio es un empuje para la economía, aunque luego lo tengas que tirar.
En mi caso, puede decir -que no soy experto en cómo se sale de la crisis- que la ventaja que tiene España respecto a Grecia es que durante la burbuja, el país se ha aprovechado de la inversión estableciendo una infraestructura muy fuerte. Cuando viajo por Europa me doy cuenta de que las infraestructuras españolas son de las más modernas. La gente está muy bien formada, mucha gente ha pasado por la universidad. Y no sólo por la universidad, ahora también los aprendices que estudian. Cuando llegué a España, el fontanero «sabía» realizar su trabajo porque «alguien le había contado» cómo se hacía y luego le dejaban solo. Esto está cambiando completamente, ahora los emigrantes españoles que parten hacia Alemania son súper bienvenidos.
En fin, tarde o temprano se va a salir de la crisis, pero mi único miedo es pensar que ni los banqueros ni los políticos hayan aprendido la lección.