José Entrecanales Ibarra (II)

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Por esos mismos años, la firma de los acuerdos entre España y Estados Unidos, por los que nuestro país aceptaba que los norteamericanos construyesen en territorio nacional bases militares, fue aprovechada por José Entrecanales para afianzar aún más su negocio. No fue ni la primera ni la única empresa constructora que participó en el proyecto de construcción de estas bases, pero sí fue la que más proyectos y obras ejecutó.

Y la empresa seguía creciendo con el tiempo. A principios de los años sesenta, el Gobierno franquista decidió atajar los problemas ocasionados por las fuertes sequías de años anteriores lanzando un ambicioso plan hidrológico. José Entrecanales quiso entrar también en los grandes proyectos que se pusieron en marcha dentro de este plan. Para ello preparó un nuevo equipo de técnicos que estudió los métodos utilizados en la construcción de las grandes presas alpinas europeas. Tras dos años de preparación —y formando una agrupación temporal con otras empresas españolas— este equipo fue capaz de acometer la construcción de una de las presas de bóveda más altas del mundo por aquel entonces, la de Almendra, sobre el río Tormes, de 202 m. Y no fue la única.

También las obras marítimas ocuparon un apartado importante de las actividades de la firma. La construcción de muelles interiores y obras de abrigo, diques secos y varaderos para la reparación y construcción de buques, tuvo que adaptarse al cambio en la escala o tamaño medio de las embarcaciones usuarias. En la construcción de diques —como el de Astilleros Españoles en Matagorda—, la empresa buscó adaptarse al aumento del calado de los buques experimentando nuevas técnicas de ejecución de grandes anclajes y haciendo uso de la Hidrogeología. También tuvo que desarrollar los atraques en mar abierto —como el de Empetrol en Tarragona—, en los que tanto el proyecto como los métodos de ejecución eran notablemente diferentes a los utilizados hasta entonces.

Dando nuevas muestras de su capacidad de adaptación, a finales de los sesenta Entrecanales entró de lleno también en el sub-sector de la construcción de centrales nucleares. Buscando como en ocasiones anteriores la “excelencia técnica”, José Entrecanales puso en práctica su método habitual de trabajo. Formó un equipo de técnicos que fue enviado a Estados Unidos y Francia, países punteros en el desarrollo de este tipo de obras, para estudiar sus técnicas de construcción. El éxito fue tal que, de ocho centrales construidas en España, Entrecanales intervino en siete.

También participó Entrecanales en la puesta en marcha del Plan REDIA, que el Gobierno proyectó para mejorar la red viaria del país. En el seno de este Plan la firma llevó a cabo la construcción del tramo de carretera Serín-Gijón-Avilés, en el que se empleó, por primera vez en España, la técnica del pavimentado continuo de hormigón armado.

En el campo de la edificación la compañía también quiso dejar su impronta. Construyó para clientes públicos: nuevas sedes de los Ministerios de Industria y Energía, y de Comercio y Turismo, en Madrid, del arquitecto Antonio Perpiñá; y privados: centros comerciales y empresariales, hoteles y apartamentos en las costas peninsulares y de las islas (Hotel Mencey en Tenerife, del arquitecto Marrero Regalado, o el Santa Catalina en las Palmas, sobre proyecto de Ángel Martín Fernández de la Torres), sedes oficiales e institucionales (el edificio diseñado por Sáenz de Oiza que sirve de sede al BBV, o la madrileña Torre Europa de Miguel Oriol, entre muchos otros), instalaciones deportivas, ciudades sanitarias, complejos residenciales, etcétera.

Todas estas grandes obras permiten asegurar que Entrecanales y Távora, S. A. fue desde el momento de su creación y lo es aún hoy —desde 1997, tras su fusión con Cubiertas y MZOV, como Acciona— una de las principales empresas del sector de la construcción español. Creció con el país, supo ir respondiendo a la demanda de nuevas instalaciones, demanda nacida de las necesidades propias de una nación que se está industrializando. Sin embargo, no se conformó con esto, también quiso salir fuera, acometer proyectos en el exterior que le hicieran menos dependiente de la actividad siempre cíclica del sector de la construcción en un solo país.

En 1948 inició su aventura exterior, en Portugal y Marruecos concretamente. En el país vecino construyó, entre otras, las obras del dique de abrigo del puerto de Villa Sanjurjo, los viaductos de acceso al puente 25 de Abril en Lisboa y el túnel bajo el Seminario en Oporto. No es, sin embargo, hasta finales de la década de los sesenta, cuando ante la fuerte recesión del mercado interno español, José Entrecanales apuesta fuerte por expandir su actividad en el exterior, en concreto, en América del Sur (Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, Argentina o Colombia), África (Argelia, Guinea o Libia) y Europa (Francia).

Más allá del sector de la construcción, el Grupo Entrecanales fue extendiendo sus actividades hacia otros sectores, en algunas ocasiones relacionados con el anterior, pero no siempre. En la actualidad está presente en actividades tan diversas como la ingeniería civil, la promoción inmobiliaria, la explotación de aparcamientos, la prefabricación industrializada de viviendas, la fabricación de tuberías de alta presión y piezas especiales, la producción y comercialización tomates y plátanos de Canarias, o la pesca del atún. Iberinsa; Infilco Española, S. A.; Sepisa, S. A.; Viviendas modulares; Fábrica de Tubos Eytasa; Comunidad Agrícola Entrecanales y Larrarte; Entrerríos, S. A.; y Cessa, son algunas de las empresas del grupo que desarrollan estas actividades.

Una biografía de José Entrecanales no estaría completa si, además de sus aventuras empresariales, no recogiese su faceta de profesor universitario. Desde 1929 hasta 1957 D. José compaginó su actividad empresarial con la docencia en la Escuela de Caminos de Madrid. Primero fue profesor auxiliar en la cátedra de Puertos y desde 1931, catedrático de Cimientos y Puentes de Fábrica. En 1957 pidió la excedencia voluntaria para poder dedicarse por entero a sus empresas.

Durante 28 años José Entrecanales llevó a las aulas sus conocimientos sobre Geotecnia, ciencia que introdujo en España. Enseñó a sus alumnos las nuevas doctrinas de autores suecos y austríacos sobre lo que hoy se denomina Mecánica del Suelo.

Como reconocimiento a su labor en la promoción de las ciencias, cuando en 1957 solicitó la excedencia fue nombrado profesor honorario; y en 1983 recibió la Medalla de Colegiado de Honor del Colegio de Ingenieros de Caminos de Madrid. Además, José Entrecanales recibió la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y la Gran Cruz del Mérito Civil.

El cariño y la admiración entre la Escuela y José Entrecanales eran mutuos. Al abandonar la Escuela D. José no se olvidó de ella, pues dotó un premio para la mejor tesis doctoral realizada sobre temas relacionados con la Cimentación y los puentes de fábrica, además de becas para doctorandos que decidiesen realizar sus tesis sobre estas materias. En 1999, nueve años después de que falleciese José Entrecanales, se constituyó la Fundación José Entrecanales Ibarra, con una dotación fundacional cercana a los 1.500 millones de pesetas (unos nueve millones de euros), que fue provista por las donaciones y legados de D. José y de su esposa, María de Azcárate Flórez.

Resumiendo otra de sus facetas profesionales, a pesar de que estuvo sólo dos años al servicio directo del Estado, D. José desarrolló en varias ocasiones actividades para la administración. En 1929 fue nombrado miembro de la Comisión Mixta de Marina y Obras Públicas, y en 1937, ingeniero director de la Oficina Municipal de Bilbao de Reconstrucción de los Puentes.

Queda aún algo muy importante que decir sobre José Entrecanales: que además de ingeniero, profesor y empresario, fue un gran humanista. Se casó con María de Azcárate Flórez, con quien tuvo cinco hijos: Delfina, Cruz, José María, Juan y Teresa. Este enlace le acercó a personas notables dentro de la Institución Libre de Enseñanza. Su afición a la lectura y su amplia cultura le llevaron a mantener relaciones de amistad con José Ortega y Gasset y Javier Zubiri, y a acudir a tertulias en el Casino de Madrid y el Café Gijón, famosos por congregar a la flor y nata de la sociedad capitalina. Además, su interés por la pintura le llevó a reunir una importante colección de obras de Sorolla, Beruete, Regoyos y Cecilio Plá.

El 12 de febrero de 1990, a los noventa años, falleció en Madrid José Entrecanales Ibarra. Había levantado un auténtico emporio empresarial, que dejó en manos de sus dos hijos varones, José María y Juan Entrecanales de Azcárate, y que hoy está dirigido por uno de sus nietos, José Manuel Entrecanales Domecq.

Acciona es hoy más que una gran constructora. Es un grupo cotizado en bolsa, parte del selecto Ibex-35, es una multinacional española presente en varios sectores de actividad. Según recoge su página web, su misión es “promover el desarrollo sostenible y el bienestar social” trabajando fundamentalmente en cuatro sectores de actividad: “energías renovables, construcción, agua y servicios”. Y el orden de los sectores no ha sido escogido por la autora de esta breve semblanza de José Entrecanales Ibarra.

Begoña Moreno Castaño (Universidad Nacional de Educación a Distancia)

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