Un plan de pensiones, es un producto financiero de ahorro a largo plazo cuyo objetivo es generar una cierta cantidad de dinero de la que dispondremos en nuestra jubilación en forma de rentas o capital íntegro.
Para abrirnos un plan de pensiones, tenemos dos opciones: Por un lado, podremos contratarlo a través de la propia aplicación de nuestra entidad o por otro, acudir a ver a nuestro gestor en la sucursal.
Una vez elegido el plan de pensiones que más nos convenga, realizaremos aportaciones monetarias periódicas que, bajo unos criterios de rentabilidad – riesgo acordados en la política de inversión del plan, nuestro gestor invertirá.
Con dichas inversiones, al rescatar nuestro plan de pensiones, es decir, al recuperar el dinero depositado a lo largo de los años, recuraremos la cantidad metida más la rentabilidad que nuestro dinero haya podido generar.
CARACTERÍSTICAS BÁSICAS:
- Aportación máxima anual de 8.000€
- No existe obligación alguna a realizar aportaciones. Podemos suspender o reanudar nuestro plan en cualquier momento.
- Si nuestro cónyuge no dispone de rendimientos netos en el trabajo, podremos aportar a su plan de pensiones máximo 2.500€ anuales.
- Personas con minusvalía reconocida, mayor al 65%, el límite incrementa hasta los 24.2500€ anuales. De dicha cantidad, un máximo de 10.000€ puede proceder de aportaciones de terceras personas.
A continuación, hablaremos sobre una parte muy importante, la deducción fiscal de las aportaciones realizadas a nuestro plan. Efectivamente, las contribuciones anuales que haremos, podrán ser desgravadas en el IRPF, existiendo una reducción de nuestra base imponible.
La desgravación anual máxima será la cantidad menor entre: los 8.000€ máximos de aportación o el 30% de los rendimientos netos de las actividades económicas.
Finalmente, cuando rescatemos el capital de nuestro plan de pensiones, tributaremos de igual manera en IRPF.