¿Tiene algo que ver las finanzas y el cambio climático? ¿Podemos ser sostenibles financieramente hablando?

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En estos días de verano los incendios forestales ocupan gran parte de la cabecera de las noticias de la televisión, radio, periódicos. Según algunos expertos, este verano está siendo uno de los más complicados, llevándose por delante aproximadamente 100.000 hectáreas, debido, en gran parte, a la ola de calor extrema que ha sufrido el país.

Otro motivo por los que los incendios están creciendo de una manera importante es el cambio climático. Según un estudio realizado por PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), la evolución del cambio climático hará que aumente el riesgo de incendios forestales catastróficos en las décadas que están por venir.

La agenda 2030 plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible junto a 169 metas de carácter económico, social y ambiental. Dentro de esos 17 ODS que puedes ver aquí (Los Objetivos de Desarrollo Sostenible – YouTube), el número 13 hace referencia a la necesidad de “tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”.

La sostenibilidad no es una opción

La sostenibilidad no es una moda, no es algo que está de pasada. En poco tiempo lo que no sea sostenible ni siquiera existirá… y Europa está liderando este tema. Esto es cosa de todos, participando en la construcción de ese futuro con nuestras decisiones de cada día, también con nuestras decisiones financieras.

¿Y dónde encajamos las finanzas en este tema? ¿Qué son las finanzas sostenibles?

Las finanzas sostenibles son aquellas que contribuyen a garantizar el crecimiento de la economía sin comprometer los recursos para generaciones futuras. Incorporan criterios relativos a aspectos medioambientales, sociales y de buen gobierno tanto en la gestión empresarial como en la toma de decisiones financieras, de inversión y de financiación.

En la actualidad, el nivel de inversión del sector privado que respalda el logro de los ODS es bajo, ya que sólo una fracción de los activos invertidos a nivel mundial de bancos, fondos de pensiones, aseguradoras y empresas contribuye al progreso de la Agenda 2030. Pero las finanzas sostenibles crecen más que nunca, principalmente porque inversores y empresas consideran que existen importantes oportunidades de negocio en el ámbito de la sostenibilidad. 

¿Qué papel juegan las finanzas sostenibles en el cumplimiento de la Agenda 2030?

Las finanzas sostenibles tienen por objetivo contribuir a garantizar el crecimiento de la economía sin comprometer los recursos para generaciones futuras.

Para cumplir el objetivo establecido en los ODS es necesario promover la inversión responsable para captar nuevos recursos e involucrar a los agentes económicos, a todos nosotros, favoreciendo la inversión y financiación en productos financieros que cumplan los criterios ESG y que permitían a empresas, familias, a todos nosotros, obtener rentabilidad, pero impactando positivamente en alguno de los ODS.

¿Qué son los criterios ESG?

Cuando hablamos de los Criterios ESG, nos referimos a una serie de consideraciones ajenas a mundo financiero, que se tienen en cuenta a la hora de realizar una inversión.

Según sus siglas en inglés, (ASG en castellano) corresponden a consideraciones relacionadas con el Medioambiente, Sociales y Gobierno Corporativo.

Estos tres factores determinarán el tipo de inversión en función de aspectos como el tratamiento, gestión e impacto medioambiental de una empresa, las condiciones y relaciones internas de una compañía, o la gestión y administración de una empresa de manera global.

¿Cómo definiríamos cada uno de los criterios?

E (enviromental o ambientales). Son aquellos criterios que consideran actividades que afectan de forma positiva al medio ambiente: la no contaminación del aire y agua, la lucha contra el cambio climático, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la eficiencia energética, el respeto a la biodiversidad, el uso de energías renovables, etc.

S (social o sociales). Incluyen aspectos relacionados con la salud, la educación, los derechos humanos, los derechos de los trabajadores (riesgos y condiciones laborales, explotación de niños o inmigrantes o de personas en riesgo de exclusión social…). Los criterios sociales buscan, entre otros objetivos, reducir la desigualdad a través de la inclusión de los colectivos más desfavorecidos.

G (governance o buen gobierno). Se refieren a cuestiones de gobierno corporativo de la empresa, a la calidad de la gestión y a su cultura; ejemplos de factores o elementos de buen gobierno son la rendición de cuentas, la independencia y composición de los órganos de gobierno, la reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres, la presencia de las mujeres en cargos directivos, la no discriminación de los trabajadores por sexo, edad, capacidad, etc.

En resumen, los Criterios ESG se utilizan para realizar inversiones socialmente responsables, pero no es algo que acabe de nacer, existen desde hace décadas. Sin embargo, es ahora cuando han empezado a adquirir una mayor importancia, sobre todo la consideración medioambiental, puesto que ha comenzado una transición del mercado y sistema financiero hacia inversiones más sostenibles y responsables.

No debemos ser ajenos a contribuir a la eficiencia energética, pasemos a la acción. ¿Nos ayudarán las finanzas a cambiar nuestros consumos habituales?

El cambio climático, como decíamos en líneas anteriores, es uno de los grandes desafíos de nuestra sociedad, es un problema mundial de consecuencias irreversibles.

Si queremos pasar de las ideas a las acciones, no debemos pensar que lo solucionen otros. Pensemos qué podemos aportar, nos sentiremos mejor y hacemos algo por los que vienen detrás. En nuestro día a día hay todo un mundo de productos financieros que facilitan la financiación hacia un modelo de vida en línea con la eficiencia energética.

No solo la adquisición de viviendas sostenibles, como veíamos anteriormente, también la posibilidad de realizar mejoras o reformas en tu vivienda que supongan un ahorro de energía están bonificadas financieramente. Lo mismo ocurre con los modelos de transporte y la orientación hacia el coche eléctrico.

El universo es muy amplio y sobre todo creciente. El tiempo pasa y cada vez queda menos tiempo para el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030.

Dentro de los retos hacia una economía sostenible, en el que juegan un papel todos los actores sociales, se encuentra el sector financiero y, por ende, la banca.

¿Es posible una banca sostenible?

La transformación hacia una economía sostenible es uno de los principales retos de esta década, una transformación global en la que todos los actores sociales tienen un papel relevante.

El sector financiero tiene una gran responsabilidad y la banca, siendo uno de los principales motores de la economía, juega un rol indispensable.

¿Cuáles son las funciones de la banca en el proceso?

  • Atender la sostenibilidad corporativa.
  • Impulsar el proceso de transformación financiando el proceso del resto de agentes económicos.
  • Ser el gestor de los sectores económicos durante la transición a una economía resiliente y sostenible para evitar riesgos.

Para comenzar a trabajar y focalizar esfuerzos, el sector bancario, concretamente 130 bancos de todo el mundo, se ha comprometido incorporando en sus actividades los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

A través de los 17 objetivos, pretenden buscar soluciones adaptadas a sus estrategias corporativas. Para ello, usan diferentes herramientas que ayuden a financiar actividades que contribuyan al desarrollo medioambiental y social.

¿Qué herramientas utilizan los bancos para contribuir al desarrollo sostenible?

A continuación, os vamos a hablar de algunas de las herramientas que utilizan los bancos para contribuir al desarrollo sostenible:

  • Bonos sostenibles para fomentar la financiación de actividades que contribuyan al desarrollo medioambiental y social.  Los fondos obtenidos a través de estas emisiones irán destinados íntegramente a financiar o refinanciar préstamos o proyectos existentes, nuevos o futuros. Dentro de este tipo de productos encontramos los denominados «Bonos Verdes» que son emisiones de deuda pública o privada, emitidos a medio y largo plazo para financiar proyectos respetuosos con el medio ambiente o que persiguen mejoras de tipo social.
  • Líneas de crédito social para promover la financiación a colectivos vulnerables. En esta área podemos encontrar programas para viviendas o alquileres, de inserción laboral, incubación de talento joven…
  • Fondos de Inversión sostenibles como por ejemplo los fondos solidarios en los que diferentes instituciones realizan una inversión colectiva y ceden una parte de la comisión de gestión a determinadas entidades benéficas o no gubernamentales.

En definitiva, si las instituciones firmantes reconocen su papel activo en la creación de una economía sostenible y se comprometen a integrar en sus entidades las diferentes metas de la Agenda 2030, se logrará una industria bancaria sostenible.

Nos podía parecer extraño hace un tiempo juntar el cambio climático con las finanzas, pero hemos visto como las finanzas sostenibles pueden ayudar y fomentar una transformación más ecológica y respetuosa con el medio ambiente. Actualmente, el sector financiero se encuentra sumergido en un proceso de cambios y transformación para adaptarse a las necesidades de la sociedad, entre las que está el cambio climático.  

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