El funcionamiento de un monte de piedad es bastante simple: ofrece un crédito a cambio de joyas de oro, plata o platino o piezas de diamantes. Sin avales, estudios de solvencia ni garantías adicionales.
Todo el proceso desde que se lleva la joya al monte de piedad hasta que se accede al crédito se resuelve en cuestión de minutos. Para conseguir el préstamo, una persona debe acudir a un monte de piedad con el objeto que desea empeñar y un grupo de expertos tasa la joya.
Después de la valoración, tras haber depositado el objeto, se entrega el recibo de tasación y la persona recibe el dinero. No hay cuantía máxima (depende del valor de la joya) y, por supuesto, no es necesario justificar su finalidad. Un proceso se completa en poco más de 15 minutos.
El interés que se ofrece en los montes de piedad está regulado por el Estatuto de cada monte, pero se sitúa en una media en una horquilla entre el 7% y el 10%.
El préstamo tiene una validez de 12 meses aunque se puede renovar. Las joyas se pueden recuperar si se devuelve el dinero en el plazo acordado.
Las joyas que no se recuperan se subastan, previa comunicación al dueño. No obstante, esto se produce en un número muy pequeño de casos, ya que más del 95% de los empeños se recuperan o los préstamos se renuevan.
En la subasta se obtiene por norma general una cantidad superior a la del préstamo, que se destina al pago de la deuda pendiente. El sobrante se abona al cliente.
PERFIL DE LOS CLIENTES
Los montes de piedad conceden anualmente más de 340.000 préstamos, con un perfil «variado» de clientes. «Durante los últimos años se han incrementado los autónomos y pequeños empresarios con patrimonio pero que en un momento concreto necesitan liquidez«, señala Leandro Márquez del Monte de Piedad de la Caixa.
El 67% de los usuarios son mujeres frente al 33% de hombres, mientras que por edad, el tramo en el que se concentra el mayor número de clientes es el de 51 a 65 años.
UNAS INSTITUCIONES EN EXPANSIÓN
Actualmente existen 12 montes de piedad en España con 23 oficinas repartidas por todo el país. En 2015 iniciaron una etapa de expansión que ha continuado este año con la apertura de nuevas sedes en Móstoles (Madrid), Alicante y Córdoba.
La crisis ha revitalizado la actividad de los montes de piedad. Tras años en los que han permanecido a la sombra de las cajas de ahorros, estas instituciones han recuperado parte del protagonismo perdido.
Entre 2008 y 2014 se produjo un aumento del 30% en el número de clientes, pero el año pasado las operaciones sufrieron una ligera reducción por varios factores, «como la caída del precio del oro y la mejoría del entorno socieconómico», explica Márquez.
Los montes de piedad también han sabido adaptarse a los cambios de la sociedad y más del 80% de las subastas de joyas realizadas en 2014 fueron online, a través de páginas propiedad de los montes y de la web www.subastasmontes.es, que gestiona la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA).
Además están ampliando su oferta añadiendo, por ejemplo, un servicio de custodia de joyas. Es decir, los clientes pueden depositar en las cámaras de alta seguridad de los montes de piedad sus objetos de valor durante un periodo de tiempo, las vacaciones de verano, por ejemplo, evitando así la preocupación de sufrir su pérdida por un robos o un accidente.
Fuente: Europa Press (13 de marzo de 2016)