Aunque muchos piensen que préstamo y crédito son lo mismo, existen unas diferencias claras que hay que tener en cuenta a la hora de escoger entre uno de los dos.
1. Finalidad: en función de para qué se va a utilizar
- Los préstamos se utilizan en la compra de bienes de larga duración, como por ejemplo viviendas, coches. Además en estos casos se conoce el precio exacto de compra.
- Los créditos permiten cubrir «pequeños agujeros de liquidez«, pero no se sabe cuándo pueden ocurrir ni por qué importe.
2. Disponibilidad: dependiendo de si se trata de una cantidad fija o «variable»
- Los préstamos ponen a disposición del cliente una cantidad fija de dinero.
- En los créditos, sin embargo, se ofrece al cliente una cantidad máxima de dinero. El cliente sólo pagará intereses por la cantidad de dinero que haya utilizado.
3. Duración: en relación al periodo durante el que se va a usar el dinero
- Los préstamos normalmente son operaciones a medio y largo plazo.
- Los créditos se refieren a plazos más cortos.
4. Renovación
- Los préstamos no permiten renovación.
- Los créditos, por diferencia, suelen renovarse anualmente.
5. Tipo de interés
- Los intereses de los préstamos suelen se más bajos que los de los créditos, pero tienen un periodo de amortización más largo.
- En los créditos tienen un tipo de interés más alto y un periodo de amortización más breve.
6. Devolución: en función del dinero que se tiene que devolver
- En los préstamos, el cliente tiene que devolver todo el dinero prestado, más los intereses, más los gastos de la propia operación.
- En los créditos, sólo devolverá el dinero que ha utilizado, más los intereses y gastos correspondientes.