Tarjetas de crédito y de débito ¿en qué se parecen y en qué se diferencian?

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Tarjetas de crédito y de débito ¿en qué se parecen y en qué se diferencian?

19/08/2014 | FxM – Nacho Sainz-Ezquerra

Hoy nos vamos a adentrar en el tema de las tarjetas de crédito. Una cosa que me gustaría explicar previamente son las diferencias entre una tarjeta de crédito y una tarjeta de débito. Normalmente se oye hablar de tarjetas de crédito, pero hay gente que posee una tarjeta de débito y no lo sabe. Los dos tipos de tarjetas son un medio de pago. La tarjeta de crédito funciona como si fueras a pedir un préstamo o un crédito al banco, pero con la “ventaja” (entre comillas) de que te lo dan en el momento. Eso implica que a todo lo que vayas pagando con ella, vas a tener que sumarle unos intereses. Nadie deja el dinero gratis. En este sentido, tanto los intereses como el límite del dinero del que se pueda disponer, se establecen por anticipado con la entidad bancaria, así como las diferentes cláusulas que se tendrán que leer detenidamente a la hora de contratar alguna de estas tarjetas. Las tarjetas de crédito son útiles en el caso de no disponer dinero en tu cuenta.

En cuanto a las tarjetas de débito tienen la misma función, que es utilizarlas como medio de pago. Ahora bien, éstas utilizan el dinero que ya se posee en la cuenta bancaria, es decir dinero que ya tenemos. En este caso, el utilizar la tarjeta no implica que se tengan que pagar intereses.

Esta diferencia hay que tenerla clara desde el principio, para luego no llevarnos sustos. En función de las necesidades de cada uno, y de los saldos o del dinero que se disponga, sería más aconsejable utilizar uno u otro tipo de tarjeta.

Comúnmente a este tipo de tarjetas se las suele llamar dinero de plástico, por la comodidad que supone llevarlas en el bolsillo y no tener que llevar dinero encima.

Aparte de estos dos tipos de tarjetas, existen otros como son:
• Las tarjetas monedero. Estas tarjetas, como su propio nombre indica, cumplen la función de monedero. Su funcionamiento es que las cargas con el dinero que quieras, y así se puede pagar con ellas. Es muy utilizada sobre todo en medios de transporte como el autobús o el tren. Son muy cómodas, puesto que uno sólo mete el dinero que tiene pensado gastar, y que normalmente no son cantidades muy altas. La ventaja es que en caso de pérdida o robo no van a poder sacar dinero ni hacer muchas compras. Además este tipo de tarjetas lo que hace es agilizar las compras y los pagos. No es necesario andar pendientes de tener cambio o de dar el dinero justo, por lo que como comentaba en los autobuses y trenes es un sistema muy rápido para pagar. Y a todo esto se une que ya es habitual que posean un chip que sólo con el propio hecho de acercar la tarjeta a las terminales, ya se paga.
• Tarjetas afinnity o de fidelización. Este tipo de tarjetas son propias de comercios y de tiendas, aunque se puedan utilizar en cualquier tipo de establecimiento. Con ellas lo que se pretende es conseguir que el cliente vuelva, ofreciéndole diferentes ventajas para ello, como descuentos en sucesivas compras, vales regalo, etc.

Vamos a volver a centrarnos en las tarjetas de crédito y débito, y vamos a explicar las diferentes partes que las conforman. Si cogemos cualquier tarjeta que tengamos en la cartera, en la parte delantera podemos ver:
• El logotipo de la entidad emisora: Banco Santander, BBVA, etc.
• La red nacional a la que pertenecen: las más comunes son Euro 6000, Servired, Telebanco 4B…
• El chip de seguridad.
• El número de la tarjeta: formado por 16 dígitos, agrupados en 4 grupos de 4.
• La fecha de caducidad
• El nombre y los apellidos del titular de la tarjeta.
• La marca internacional: Visa, Mastercard, American Express

Y en la parte trasera:
• El panel de la firma.
• El CVV o CVC (Card Verification Code), que es un código de seguridad de 3 o 4 dígitos que lo que hacen es aumentar la seguridad en las transacciones electrónicas.
• Los datos de contacto de la entidad emisora.
• La banda magnética.

Ahora bien, seguro que alguno se pregunta qué utilidades puede tener una tarjeta de crédito o débito, respecto al dinero en metálico. Entre los ejemplos que podemos nombrar, están los siguientes:
• Una tarjeta te es útil a la hora de viajar, puesto que no tienes que llevar dinero encima y podrás sacar dinero en cualquier cajero, aunque hay que decir que en este caso hay que tener cuidado con las comisiones, aspecto que explicaré más adelante.
• Otro caso es a la hora de alquilar un coche por ejemplo, donde te pedirán una tarjeta de crédito como garantía.
• Un caso que seguro que a más de uno le ha pasado es cuando vamos a realizar una compra por internet. Para p
oder realizar cualquier compra en estos casos es indispensable tener una tarjeta.
• Y un último caso que podemos destacar es que si pagas un viaje con una tarjeta de crédito, tendrás un seguro de accidentes incluido.

Entre las desventajas o posibles inconvenientes estarían:
• En el caso de que te roben una tarjeta, aunque tengan ya numerosos elementos de seguridad, pueden efectuar compras y eso supone un riesgo.
Ya para finalizar vamos a dar una serie de consejos útiles que a todos nos vendrán bien:
1. Si dispones de una tarjeta, no es necesario que lleves dinero en metálico encima, ya que la mayor parte de las tiendas y establecimientos comerciales permiten el pago con tarjeta.
2. En caso de que pierdas o te roben la tarjeta, se debe avisar con la mayor brevedad a tu entidad financiera para que anulen la tarjeta y evitar así posibles sustos. Para ello debes conocer el número de teléfono de tu banco. Lo que yo aconsejaría es que en el móvil tuviéramos incluidos los teléfonos de la entidad bancaria, como en este caso, y ponerle el nombre de “ROBO TARJETA” algo que nos será muy útil para localizarlo en el caso de que la perdamos o nos la roben. De hecho yo lo tengo así, y lo mismo con el seguro del coche por ejemplo, porque luego con los nervios de un accidente o una avería por muy grande que esté el número de teléfono entre los papeles parece que siempre cuesta encontrarlo.
3. Volviendo a los consejos de las tarjetas, piensa en un código PIN fácil de recordar para ti, pero difícil de adivinar. Es aconsejable no poner fechas señaladas como la fecha de nacimiento, la boda, etc etc. ¡Y MUY IMPORTANTE! Aunque suene lógico, nunca lleves anotado el PIN en la tarjeta, o cerca de ella.
4. Siempre que puedas, saca dinero del cajero automático al que pertenece tu entidad financiera para evitar que te cobren comisiones. Antes de la reforma bancaria, era un poco más complicado hacer esto, puesto que al ser las cajas de un ámbito geográfico muy reducido, en ocasiones cuando te ibas a otras ciudades te era casi imposible encontrar un cajero de tu misma entidad. Ahora, con la fusión de las diversas cajas y bancos, es mucho más fácil encontrar cajeros por toda la geografía española, otra cosa es ya al salir al extranjero.
5. Hablando del extranjero, cuando saques dinero en cajeros de otros países hay que tener cuidado de que en estos casos nos van a cobrar una comisión.
6. Por tu bien y por tu seguridad, muestra siempre el DNI cuando pagues con tarjeta.
7. Cuando realices compras por internet, asegúrate de que la página en la que te encuentras posee un candado y en la dirección web aparece la indicación https, de página segura.

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