España sigue atrapada por la deuda corporativa

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España sigue atrapada por la deuda corporativa

19/01/2013 | Sarah Gordon – Financial Times Español

El optimismo empieza a brotar en los mercados financieros este año. El “abismo fiscal” de los EE. UU. está resuelto, aunque sólo de momento; los índices bursátiles europeos han subido; la prima de riesgo en países de la eurozona como Italia han bajado; y los inversores están comprando bonos basura como si la crisis financiera nunca hubiera pasado.

Lo peor probablemente haya pasado. Pero al menos en Europa, todavía existe una grave falta de reconocimiento de la necesidad de una reforma radical. Nada personaliza este fallo como el caso de España.

El Presidente del Gobierno Mariano Rajoy en unas declaraciones al Financial Times afirmó que la economía española empezaría a recuperarse este año y ya ha tomado otro rumbo.

Es verdad que, al nivel macro, España ha hecho unos avances significativos. Las exportaciones están en alza, la balanza por cuenta corriente (balanza comercial) tiene superávit y han aprobado la reforma de la ley laboral. Además, España es el único país de la eurozona donde el coste unitario del trabajador es inferior a lo de 2009.

Pero las empresas españolas aún están masivamente endeudadas, y no solamente las culpables obvias de los sectores del inmobiliario y de la construcción que fomentaron el boom antes de la crisis. Aunque la cantidad total de la deuda corporativa ha disminuido, la cuantía bruta de la deuda como porcentaje de los beneficios netos de explotación todavía es muy elevada y puede que siga aumentando. Esto es una manera mucho más fiable de medir si las empresas están a flote o no porque es una representación de la habilidad de una empresa para afrontar sus deudas.

En su punto más alto, la deuda corporativa (excluyendo a los bancos) llegó a ser 17 veces más grande que los beneficios netos de explotación – es decir, las empresas tardarían unos 17 años para cancelar sus deudas con sus beneficios. Para dar un punto de referencia sobre lo alto que es este nivel de deuda, la deuda corporativa bruta llegó a ser 10 veces los beneficios netos de explotación durante la crisis de los 90 en Japón.

Los últimos datos desde España sugieren que la deuda corporativa bruta ha disminuido hasta alrededor de un nivel 11 veces superior a los beneficios netos de explotación – una cifra dolorosamente alta – en parte porque
se ha pagado algo de esa deuda y en parte por el incremento en los beneficios,
lo cual refleja los recortes salvajes que han hecho las empresas. No sólo la reducción del empleo en el sector público ha agravado la elevadísima tasa de desempleo sino también el número de empleados en el sector privado ha caído un quinto desde antes de la crisis, de unos 13 millones hasta unos 11 millones de empleos. Los datos agregados sufren muchos errores. Jamie Dannhauser de la empresa Lombard Street Research señala que hay muchas razones para creer que las cuentas nacionales sobrestiman en gran medida la recuperación de los beneficios corporativos ya que otros datos muestran una situación más débil.

Pero lo más preocupante, estos datos insinúan que el endeudamiento está mucho más pronunciado en empresas en sectores en los cuales depende el futuro del crecimientoel sector manufacturero y los servicios. La empresa industrial media en España tiene actualmente una carga de deuda más grande que en ningún otro sitio en Europa.

Luchar para quitar el peso de la deuda no es imposible. Pero, en el primer lugar, esto indica claramente que el crecimiento económico en España va a ser tibio en el mejor de los casos. Y en el segundo lugar, todavía es demasiado pronto descartar que España acuda a las autoridades europeas para pedir otros rescates. Esto sería un bajón para los optimistas en todo el mundo.

 

Spain remains shackled by corporate debt

19/01/2013 | Sarah Gordon – Financial Times English

Optimism has been breaking out all over the financial markets this year. The US fiscal cliff is solved, albeit temporarily; Europe’s stock markets are up; borrowing costs for eurozone countries such as Italy are down; and investors are snapping up junk bonds as if the financial crisis never happened.

The worst may well be over. But in Europe, at least, there is still a widespread failure to recognise the need for further radical adjustment. Nothing epitomises this failure so well as Spain.

Mariano Rajoy, the country’s prime minister, told the Financial Times this week that the Spanish economy would start recovering this year and the tide had finally started to turn.

It is true that at a macroeconomic level, Spain has clocked up significant progress. Exports are rising, the current account is in surplus and labour market reform has been passed. Tellingly, Spain is the only large eurozone country where unit labour costs are lower than they were in 2009.

But Spanish companies are still massively in debt, and not only the obvious culprits in property and construction that fuelled the pre-crisis boom. And while the total amount of corporate debt relative to the size of the economy has fallen, the stock of gross debt as a percentage of net operating profits is still extremely high and may even be rising. This is a much better measure of whether the corporate sector is coming out of the woods, because it is a proxy for companies’ ability to service their debts.

At its peak, corporate debt, excluding the banks, represented 17 times total net operating profits – that is, it would take 17 years for companies to repay their debt from their profits. To give some sense of how high this is, in crisis-hit Japan in the 1990s, gross corporate debt peaked at 10 times net operating profits.

The latest numbers from Spain suggest gross corporate debt has fallen to just more than 11 times net operating profits – still a painfully high number – partly due to some debt being paid off and partly due to an increase in profits, reflecting companies’ savage cost-cutting. It is not only job losses in the public sector that have fuelled Spain’s gruesome unemployment rate- the number of private employees has fallen by a fifth from its pre-crisis peak, from 13m to about 11m. The aggregate numbers suffer from many flaws. There is good reason to believe, as Jamie Dannhauser of Lombard Street Research points out, that the national accounts significantly overstate the recovery in corporate profitsas other data suggest a much weaker picture.

But most worryingly, the numbers suggest that indebtedness is particularly acute at companies in those sectors on which future growth dependsmanufacturing and tradeable services. The average industrial company in Spain now has a larger debt burden than anywhere else in Europe.

Struggling out from under this weight is not impossible. But it clearly suggests, first, that any resumption of economic growth in Spain is likely to be tepid at best. And second, that it is still much too early to rule out Spain going cap in hand to the European authorities for more bailouts. Which would be a blow to optimists everywhere.

Copyright &copy «The Financial Times Limited«.
«FT» and «Financial Times» are trade marks of «The Financial Times Limited».
Translation for Finanzas para Mortales with the authorization of «Financial Times».
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