Los prestamistas de la revolución “peer-to-peer” parecen conocidos

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Los prestamistas de la revolución “peer-to-peer” parecen conocidos

16/06/2015 | John Gapper – Financial Times Español

Cuando los chicos más inteligentes en la sala ven «una oportunidad para aprovechar nuestras competencias en tecnología y gestión de riesgos para capturar esta oportunidad en retornos que crecen gradualmente», hay que tener cuidado. Goldman Sachs planea lanzar lo que antes se llamaba un banco, después una plataforma de prestamistas “peer-to-peer” (préstamos entre particulares), y ahora un «prestamista de mercado«.

La decisión de Goldman de ofrecer préstamos a los consumidores y pequeñas empresas a través de una plataforma de banca on line es la más reciente prueba de que los bancos ya no son los únicos prestamistas minoristas. Los hedge funds y los fondos de inversión están entrando en el área, haciendo ofertas para préstamos en mercados como Lending Club y Prosper en EEUU, y Funding Circle y Zopa en el Reino Unido.

¿Y qué hay del hombre común – el particular original del «peer-to-peer»? La idea de estas iniciativas era democratizar las finanzas, apartando a los bancos mediante la eliminación de una capa de complejidad, costes y riesgos del sistema y su sustitución por un conjunto de “Ebays” para préstamos. Cuando este gigante se mete en medio, esta idea se pierde en la traducción, o por lo menos se reduce.

Por contra, esto está empezando a parecerse a una rama del sistema bancario en la sombra. El dinero es barato, los bancos están llenos de depósitos, y todo el mundo busca un mayor rendimiento. ¿Por qué no crear un fondo, aprovecharlo al doble del grado de lo que está permitido para un banco, e invertir el dinero a través de mercados de alto rendimiento, en créditos al consumo sin garantía?

Las plataformas de EEUU han estado dominadas por el dinero institucional desde que Prosper y Lending Club cerraron sus puertas en 2008 – bajo la presión de los reguladores que no querían que se ofreciera valores a todo el mundo – y fueron relanzadas con un disfraz diferente. Alrededor del 80 por ciento de sus préstamos son asumidos por instituciones, y han eliminado la etiqueta de «peer-to-peer».

El Reino Unido, donde Zopa fue pionero en el mercado en 2005, ahora está siguiendo el ejemplo. Al ser casi solamente mercados de préstamos pequeños menor hasta hace dos años, Zopa y Funding Circle están cambiando de rumbo. Alrededor de un tercio de los préstamos de Funding Circle están financiado por instituciones, y sólo Ratesetter, la tercera de las «tres grandes» plataformas del Reino Unido, está tomando una posición pública en contra de la tendencia.

El hecho de que los fondos de inversión estén quitando el lugar a los individuos no elimina todas las características revolucionarias de los mercados de préstamos, ni los convierte en bancos encubiertos. Actúan sólo como agentes, cobran honorarios en lugar de asumir el riesgo de crédito ellos mismos, y evitan el riesgo de crisis de liquidez a los que los bancos se enfrentan al financiar préstamos a largo plazo con depósitos a corto plazo.

Por lo tanto ofrecen algo diferente apreciado por los reguladores y gobiernos. En la próxima crisis de crédito, no deberían colapsar o necesitar ser rescatados de la misma manera que los bancos (aunque los que prestan dinero a través de ellos puedan pasar angustias). Ellos podrían aliviar el problema de la congelación, tanto de las redes de distribución de préstamo como de la oferta de crédito.

Como resultado de esto, y del exceso de oferta de dinero institucional en busca de rendimiento, están creciendo rápidamente. Morgan Stanley estima que los préstamos de mercado podrían convertirse en un mercado de US$290 mil millones en cinco años, después de recibir inyecciones enormes de efectivo institucional. Como se observa, llamarlos préstamos “peer-to-peer” es ahora «un término equivocado».

Pero la naturaleza cambiante de los mercados es una cuestión de preocupación. En un nivel básico, los bancos, como el británico Northern Rock, descubrieron que el problema de la dependencia excesiva de la financiación al por mayor durante la crisis de 2008 – el dinero inteligente se esfuma muy rápidamente. Aunque los mercados no se derrumbarían, aquellos dominados por unas pocas instituciones podrían desaparecer.

La preocupación más amplia es que las instituciones van a hacer lo que siempre hacen: exigir mejores condiciones y explotar sus beneficios (como dice Goldman, «aprovechar sus competencias»). Los individuos podrían convertirse en miembros de segundo nivel, retenidos principalmente con fines de apariencias.

Los mercados de prestamistas insisten en que impiden que los fondos de inversión obtengan ventajas. Lending Club y Prosper han instalado «contrapesos» para prevenir que los fondos puedan apoderarse de los préstamos más rápido que los individuos poniendo servidores cerca. Quieren evitar cualquier eco de los escándalos de negociación de alta frecuencia.

Funding Circle dice que contrarresta la tendencia en el Reino Unido al ma
ntener dos conjuntos de préstamos, uno para personas y el otro para instituciones.
Asigna al azar préstamos de diversos grados entre ellos para asegurar que los fondos no puedan sacar a los pequeños inversores del camino. “Nunca nos volveremos únicamente institucionales. Necesitamos mantener una amplia base de prestamistas”, comenta James Meekings, su cofundador.

En principio, sin embargo, los fondos tienen que obtener alguna ventaja sobre las personas, o no pueden justificar las comisiones de rentabilidad que cobran para actuar como intermediarios. Si un inversor minorista puede obtener exactamente el mismo riesgo y rendimiento por prestar directamente, ¿por qué pagarle a un fideicomiso para hacerlo, aparte de que es conveniente?

El peligro es que los fondos con un mayor coste de capital se compensan a través de la ingeniería financiera (Morgan Stanley estima que su beneficio de rendimiento sobre los bancos se debe al apalancamiento) o mediante la búsqueda de los préstamos de alto rendimiento. Rhydian Lewis, fundador de Ratesetter, argumenta que los prestamistas individuales e institucionales pueden coexistir, pero estos últimos introducen una capa de costes que hacen que sea más difícil para las plataformas on line desplazar a los bancos.

Hay valor en los mercados de prestamistas, pero la revolución no es todo lo que una vez se prometió. La aparición de Goldman en la escena es una señal de ello.

 

The lenders of the revolution look familiar

16/06/2015 | John Gapper – Financial Times English

When the smartest, if not the most literate, guys in the room see “an opportunity to leverage our competencies in technology and risk management to capture this opportunity at accretive returns”, beware. Goldman Sachs plans to launch what was once called a bank, then a peer-to-peer lending platform, and now a “marketplace lender”.

Goldman’s move to offer loans to consumers and small businesses through an online banking platform is the latest shift away from banks being the only retail lenders. hedge funds and investment trusts are muscling in, bidding for loans on markets such as Lending Club and Prosper in the US, and Funding Circle and Zopa in the UK.

And what of the ordinary punter — the original peer in “peer-to-peer”? The idea of these initiatives was to democratise finance, taking on banks by removing a layer of complexity, costs and risk from the system and replacing them with a set of Ebays for lending. When the so-called vampire squid gets involved, this ideal has been lost in translation, or at least been diminished.

Instead, this is starting to look like a branch of the shadow banking system. Money is cheap, banks are flush with deposits (except in Greece), and everyone seeks higher yields. Why not raise a fund, leverage it to twice the degree a bank is now allowed, and invest the money through marketplaces in high-yield, unsecured consumer loans?

The US platforms have been dominated by institutional money since both Prosper and Lending Club shut their doors in 2008 — under pressure from regulators that did not want them to offer securities to all and sundry — and relaunched in a different guise. About 80 per cent of their loans are taken by institutions, and they have dropped the “peer-to-peer” label.

The UK, where Zopa pioneered the market in 2005, is now following suit. Having been almost wholly retail lending markets until two years ago, both Zopa and Funding Circle are changing course. About a third of Funding Circle’s loans are funded by institutions, and only Ratesetter, the third of the “big three” UK platforms is taking a public stand against the trend.

The fact that investment funds are taking over from individuals does not eliminate all of the revolutionary features of lending marketplaces, or turn them into banks in disguise. They act solely as agents, taking fees rather than assuming the credit risks themselves, and they avoid the risk of liquidity crises that banks run by funding long-term loans with short-term deposits.

So they offer something different, rightly appreciated by regulators and governments. In the next credit crisis, they should not collapse or need to be bailed out in the same way as banks (although those who lend money through them may be distressed). The problem of loan distribution networks freezing up at the same time as the supply of credit could be eased.

As a result of this, and the glut of yield-starved institutional money, they are growing fast. Morgan Stanley estimates that marketplace lending could become a $290bn market in five years, having been “turbocharged” by institutional cash. As it notes, peer-to-peer lending is now “a misnomer”.

But the changing nature of the marketplaces is a matter for concern. At a basic level, banks such as Britain’s Northern Rock, discovered the problem with over-reliance on wholesale funding in the 2008 crisis — smart money runs for the exit very fast. Although marketplaces would not collapse, those dominated by a few institutions might dry up.

The broader worry is that institutions will do what they always do: demand better terms and exploit their scale (as Goldman would say, “leverage their competencies”). Individuals could become second-tier members, retained mainly for image purposes.

The marketplaces insist that they stop investment funds from gaining any advantage. Lending Club and Prosper have installed “speed bumps” to prevent funds from being able to snap up loans faster than individuals by putting servers nearby. They want to avoid an echo of the high-frequency trading scandal in equity dark pools.

Funding Circle says it counters the tendency in the UK by holding two pools of loans, one for individuals and the other for institutions. It randomly allocates loans of various grades between them to ensure that funds cannot squeeze out small investors. “We will never go all-institutional. We need to maintain a broad base of lenders,” says James Meekings, its co-founder.

In principle, though, funds need to obtain some edge over individuals, or they cannot justify the performance fees they charge to act as intermediaries. If a retail investor can achieve exactly the same risk and reward by lending directly, why pay a trust to do so, aside from convenience?

The danger is that funds with a higher cost of capital compensate through financial engineering (Morgan Stanley estimates that their profit advantage over banks is due to leverage) or by seeking high-yield loans. Rhydian Lewis, Ratesetter’s founder, argues that individual and institutional lenders can coexist, but the latter introduce a layer of costs that make it harder for online platforms to displace banks.

There is value in marketplace lenders but the revolution is not all that was once promised. Goldman’s appearance on the scene is a sign of that.

Copyright &copy «The Financial Times Limited«.
«FT» and «Financial Times» are trade marks of «The Financial Times Limited».
Translation for Finanzas para Mortales with the authorization of «Financial Times».
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