Es fundamental ser consciente de la importancia del ahorro y la inversión.
Uno de los puntos clave de la educación financiera, e importante para nuestra economía personal, es que tengamos clara la diferencia que existe entre ahorro e inversión.
Conocer sus diferencias, entender lo que implican y aplicarlo a nuestras finanzas personales, puede determinar el estado de nuestra salud financiera. Empecemos por el primer concepto: ¿qué es el ahorro? Y aún más significativo ¿qué es la capacidad de ahorro y en función de qué variables se determina?
El ahorro, donde empieza todo
El ahorro es la cantidad de nuestros ingresos que nos queda disponible después de pagar todos los gastos. La fórmula para calcularlo es bien sencilla: Ahorro = Ingresos – Gastos.
Si tienes la buena práctica de elaborar un presupuesto mensual, habrás comprobado que es fácil descubrir si ahorras una parte de tu dinero cada mes. Si el descubrimiento ha sido negativo, y de lo que te has dado cuenta es de que no eres capaz de ahorrar, el presupuesto también debe servirte para que reflexiones sobre los gastos que puedes reducir o incluso evitar. Ten en cuenta que lo recomendable es intentar vivir con el 90% de nuestros ingresos como máximo, para aproximarnos a conseguir un pequeño ahorro del 10% cada mes.
Debes llevar siempre a cabo un consumo inteligente y organizar tus finanzas desde el primer hasta el último día de cada mes. Por supuesto, anotando también todos los gastos hormiga.
Cuando te hayas situado en el ahorro y lleves tiempo elaborando el presupuesto mensual, podrás ir viendo cómo evolucionan tus gastos y serás capaz de establecer un objetivo acorde a tu capacidad de ahorro. Incluso podrás calcular el tiempo que vas a tardar en conseguir el objetivo propuesto calculando la Tasa de Variación.
Para hallar la Tasa de Variación únicamente es necesario que tengas al menos dos presupuestos mensuales ya elaborados; supongamos que en julio consigues ahorrar 123 euros, y en agosto 160.
Tasa de Variación: ((160/123) -1) * 100 = 30,0813%
El resultado de la Tasa de Variación del 30% significaría que en agosto habrías conseguido ahorrar un 30% más que en el mes de julio.
Bien, si el ahorro se ha convertido en un hábito en tu vida, ahora es importante que conozcas las posibilidades de inversión, el segundo concepto del que queríamos hablarte. La experiencia nos dice que los ahorros, si no se invierten, acaban gastándose y además en cosas que generalmente, no necesitamos. Así que debemos dedicar una parte de los ahorros a la inversión.
Ya tenemos dinero ahorrado ¿y ahora qué? Invierte
Pero ¿qué es la inversión? Es la manera que tenemos de conseguir que nuestro dinero nos produzca más dinero, dicho de otra forma, que el capital o el dinero que ya tenemos trabaje para nosotros. Comprar una casa para alquilarla después, o invertir en tu formación para ganar un mejor salario, podrían ser inversiones. Pero también existen productos específicamente de inversión y que, si queremos conocer en reglas muy generales, podemos englobar en dos grandes grupos: Renta Fija y Renta Variable.
1. Renta Fija: cuando los productos de inversión son de renta fija conocemos la rentabilidad que vamos a obtener desde el momento que hacemos la inversión, es el caso de las letras del tesoro o los bonos. También tienen riesgo, pero menos que la renta variable.
2. Renta Variable: en los productos de inversión de renta variable no sabemos con antelación la rentabilidad que obtendremos, por lo que puede ser positiva o negativa, puede ocurrirnos si invertimos en bolsa.
Es verdad que la renta fija suele ofrecer una rentabilidad más baja que la ganancia que podemos obtener en renta variable, pero cuidado, porque la renta variable también supone un mayor riesgo.
Si quieres conocer más sobre los conceptos rentabilidad, riesgo, y liquidez, atento a nuestros siguientes posts.