La educación financiera no siempre es parte de nuestro aprendizaje cotidiano. Muchas veces nos encontramos tomando decisiones financieras sin tener claro si estamos haciéndolo de la mejor manera. Tener hábitos financieros saludables es clave para tener estabilidad y tranquilidad en el día a día. Pero ¿cómo saber si tienes hábitos financieros saludables? A continuación, exploraremos cómo puedes mejorar tu manejo del dinero de una manera práctica y sencilla, con ejemplos y consejos que puedes aplicar desde hoy.
¿Qué son los hábitos financieros saludables?
Tener hábitos financieros saludables significa que manejas tu dinero de manera responsable, planificada y con un enfoque a largo plazo. No se trata de ser millonario, sino de evitar problemas financieros que puedan surgir por malas decisiones. Si eres capaz de controlar tus gastos, ahorrar para el futuro, pagar tus deudas a tiempo y tener un fondo de emergencia, es probable que estés en el buen camino.
Veamos cómo identificar y crear estos hábitos:
1. La importancia del presupuesto
El presupuesto es la herramienta básica de la gestión financiera. Un presupuesto te ayuda a saber exactamente cuánto dinero ingresa y cuánto sale de tus bolsillos. Es como una hoja de ruta que te permite tomar decisiones conscientes sobre cómo gastar tu dinero.
Por ejemplo:
Imagina que cada mes recibes un salario de 1000€. Si no llevas un control de en qué gastas ese dinero, podrías quedarte sin fondos antes de que acabe el mes. Sin embargo, si haces un presupuesto, podrías asignar tu dinero de esta manera:
- 400€ para gastos fijos (alquiler, suministros)
- 200€ para alimentación
- 100€ para transporte
- 100€ para ahorro
- 200€ para entretenimiento y otros gastos personales
Con un presupuesto, sabrás si estás excediéndote en alguna categoría y podrás ajustarte. Por ejemplo, si en un mes gastas 250€ en entretenimiento, sabrás que tendrás que recortar en otros aspectos o ajustar tu presupuesto para el mes siguiente.
Consejo: Dedica una tarde para crear un presupuesto mensual. Revisa tus ingresos y haz una lista de tus gastos. Ajústate a ese presupuesto durante todo el mes y adáptalo si es necesario.
2. Ahorra, aunque sea poco
Un hábito financiero saludable es el ahorro. Aunque pienses que no puedes ahorrar porque tus ingresos son bajos o tus gastos muy altos, es importante entender que siempre es posible ahorrar, incluso pequeñas cantidades. El ahorro es una reserva para el futuro, y no necesitas empezar con grandes cantidades, lo importante es la constancia.
Por ejemplo:
Supongamos que decides ahorrar 20€ al mes. Puede parecer poco, pero si lo haces de manera constante, en un año habrás acumulado 240€. Y si puedes aumentar esa cantidad con el tiempo, aún mejor.
Además, es crucial tener un fondo de emergencia. Esto es una cantidad de dinero que puedes usar en caso de imprevistos, como una reparación del coche o una emergencia médica. Lo ideal es que tu fondo de emergencia cubra entre 3 y 6 meses de tus gastos fijos. Si aún no tienes uno, empieza a formarlo poco a poco.
Consejo: Programa una transferencia automática de una pequeña parte de tu salario a una cuenta de ahorros. Esto te ayudará a hacerlo de manera constante sin pensar en ello.
3. Controla tus deudas
Tener deudas no es necesariamente malo, pero es importante saber cómo manejarlas. Un hábito financiero saludable implica no endeudarse más allá de lo que puedes pagar. Si usas tarjetas de crédito, asegúrate de pagar el saldo total cada mes para evitar los intereses.
Por ejemplo:
Imagina que tienes una tarjeta de crédito con un límite de 1000€ y un interés del 20% anual. Decides comprar un ordenador por 800€ y solo pagas el mínimo mensual (digamos 25€). Con este plan, no solo tardarías mucho tiempo en pagar la deuda, sino que terminarías pagando mucho más debido a los intereses.
En lugar de esto, una mejor estrategia sería ahorrar primero parte del dinero y solo financiar una pequeña porción, o pagar la deuda completa antes de que se acumulen intereses.
Consejo: Usa las tarjetas de crédito solo si puedes pagar el saldo completo al final del mes. Si ya tienes deudas, prioriza pagar las que tienen los intereses más altos.
4. Diferencia entre deseos y necesidades
Uno de los mayores retos financieros es saber cuándo estamos gastando en cosas que realmente necesitamos y cuándo estamos cediendo a deseos momentáneos. Los hábitos financieros saludables se basan en saber priorizar.
Por ejemplo:
Tienes un teléfono que funciona perfectamente, pero sale un modelo nuevo que te parece más atractivo. La pregunta es: ¿realmente lo necesitas? Si tu teléfono actual sigue siendo útil, comprar uno nuevo es más un deseo que una necesidad. Evaluar estas situaciones te ayudará a evitar gastos impulsivos.
Consejo: Antes de hacer una compra importante, pregúntate si realmente lo necesitas. Espera 24 horas antes de hacer compras impulsivas. A menudo, después de esperar, te das cuenta de que no necesitas ese artículo.
5. Invierte en tu futuro
El ahorro es crucial, pero también lo es invertir para hacer crecer ese dinero con el tiempo. Aunque puede sonar complicado, hoy en día hay muchas formas de invertir de manera sencilla, como en fondos de inversión, cuentas de ahorro con alto rendimiento o incluso pequeñas inversiones en la bolsa.
Por ejemplo:
Supongamos que decides invertir 1000€ en un fondo de inversión que te da un rendimiento anual del 5%. Si dejas ese dinero sin tocar por 10 años, al final del período habrás acumulado alrededor de €1628, solo por el interés compuesto.
Consejo: Si no estás seguro de cómo empezar a invertir, busca asesoramiento financiero o utiliza plataformas de inversión accesibles, como las aplicaciones que permiten hacer pequeñas inversiones con poco riesgo.
6. Revisa tus finanzas regularmente
Es fácil perder el control de nuestras finanzas si no revisamos nuestros ingresos, gastos y ahorros de manera regular. Un buen hábito financiero es realizar un seguimiento periódico de cómo va tu situación financiera.
Por ejemplo:
Dedica un día al mes para revisar tu presupuesto. Pregúntate: ¿He gastado más de lo previsto? ¿Puedo ajustar algo? ¿He alcanzado mis metas de ahorro? Esta revisión te permitirá ajustar tus hábitos financieros antes de que los problemas se acumulen.
Consejo: Usa aplicaciones de finanzas personales que te permitan monitorear tus cuentas bancarias, gastos e inversiones en un solo lugar. Esto te facilitará el seguimiento de tus hábitos financieros.
7. Establece metas financieras claras
Un hábito financiero saludable es tener metas claras a corto, medio y largo plazo. Estas metas te dan un propósito y te motivan a mantenerte en el camino correcto.
Por ejemplo:
Una meta a corto plazo podría ser ahorrar para unas vacaciones el próximo año. A medio plazo, podrías ahorrar para el pago inicial de un coche o una casa. Y a largo plazo, podrías estar pensando en la jubilación.
Consejo: Establece metas financieras que sean SMART: específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido. Por ejemplo: «Ahorrar 5000€ en dos años para el pago inicial de un coche.»
8. Educación financiera continua
Nunca es tarde para aprender más sobre cómo gestionar mejor tu dinero. Existen muchos recursos disponibles: libros, podcasts, videos y cursos en línea. Mantenerte informado te ayudará a mejorar continuamente tus hábitos financieros y tomar decisiones más inteligentes.
Consejo: Dedica tiempo regularmente para aprender sobre finanzas. Mira los recursos que ofrece la web de Finanzas para Mortales que te explica conceptos de manera sencilla.
En conclusión….
Adquirir hábitos financieros saludables no se trata de hacer cambios drásticos de la noche a la mañana, sino de construir una base sólida para tu bienestar financiero a lo largo del tiempo. Ya sea que empieces con algo tan simple como crear un presupuesto o establecer metas de ahorro, cada pequeño paso cuenta. A medida que adoptes estas prácticas, verás cómo tu relación con el dinero mejora y te sientes más en control de tus finanzas. ¡Empieza hoy!
Belén Díaz Díaz
Profesora de Economía Financiera: Universidad de Cantabria