Las nuevas formas de ver televisión

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Que la forma de ver televisión está cambiando, es un hecho. Los directivos de las cadenas tradicionales andan locos buscando un nuevo modelo de negocio que impida la huida estrepitosa de las audiencias jóvenes hacia plataformas digitales más acordes con su estilo de vida. Las series son el nuevo objeto de deseo, e internet, el canal por excelencia. ¿Estamos ante la televisión del futuro?

Las nuevas plataformas para consumir televisión son un servicio de vídeo streaming que permiten ver infinidad de series y películas de forma totalmente legal a cambio de una cuota mensual muy asequible (entre 8 y 12 euros al mes según la calidad de vídeo o el número de accesos). Netflix, HBO, Sky o Amazon Prime Video son algunas de ellas, a las que hay que sumar las nacionales Movistar TV y Wuaki.tv, mucho más modestas.

Estos videoclubes en internet aterrizaron en España en 2015 y desde entonces no han dejado de crecer. Los datos del Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) del segundo trimestre de 2017 muestran que casi 1 de cada 4 hogares españoles con acceso a internet es usuario de alguno de estos servicios de vídeo en streaming.

Hay dos cuestiones claves en su éxito: su adaptación a los nuevos hábitos de los espectadores (lo ven cuando quieren, donde quieren y como quieren) y la posibilidad de verlo en cualquier pantalla (smartv, tablet o smarthphone). A estos factores, se suman otros internos como la producción de contenidos propios y de calidad que van desde series y películas hasta documentales; sus alianzas con exitosas productoras (Netflix con la factoría Marvel, por ejemplo, origen de grandes superproducciones); su apuesta por los géneros que más gustan, dramas y comedias, protagonizados además por actores icónicos; y su potente estrategia de comunicación adaptable a cada país en el que penetran.

Netflix inició su andadura en 1997 como un videoclub que enviaba sus productos por la red o por vía postal. El rápido desarrollo tecnológico de internet, el streaming o la smart TV han hecho el resto hasta convertir a la empresa en una de las más potentes del entretenimiento a nivel mundial con series tan exitosas como House of Cards, Narcos, Orange is the New Black o Jessica Jones. Actualmente, roza ya los 100 millones de usuarios en todo el mundo, el 36% en Estados Unidos. En España, son ya 1.163.000 los hogares que lo utilizan.

HBO (Home Box Office, taquilla en casa) pertenece a la Time Warner y tiene su sede en Nueva York. Su programación está basada en el estreno de películas ya exhibidas en cine y en películas y series de producción propia, entre las que destacan Los Soprano, The Wire, Band of Brothers, The Pacific, Sex and the City, True Blood y Game of Thrones. Comenzó sus emisiones por cable en 1965 y hoy, con internet, llega a 150 países. En Estados Unidos cuenta con 29 millones de suscriptores; en España, con 414.000 en apenas un año.

El problema de estas plataformas es que no tienen sede legal aquí sino en Holanda, Suecia o Reino Unido, y no tributan a la hacienda española por el negocio que generan a nivel nacional (la legislación de la UE permite que cualquier empresa radicada en un país miembro pueda operar en todo el territorio comunitario). Algunos países como Francia ya se han quejado.

En España, han sido las televisiones privadas (asociadas en la UTECA, Unión de Televisiones Comerciales Asociadas) las primeras en arremeter contra las nuevas plataformas a las que acusan de competencia desleal, de no contribuir a la economía nacional (porque no tributan y generan plantillas mínimas), y de operar sin control, sin leyes ni limitaciones financieras o de emisión (como la financiación de RTVE o la producción de obras europeas). La UTECA pide un marco regulatorio en igualdad de condiciones y reivindica la riqueza que en España generan los canales de televisión tradicionales (un 7% del PIB y un 5,2% del empleo), así como su papel democrático y vertebrador de la sociedad española al tener una penetración del 99 por ciento.

Netflix ya ha contestado: asegura que ha destinado más de 2.000 millones de dólares a producciones europeas desde que desembarcó en el viejo continente y que ya trabaja en la producción de su segunda serie original en España, Élite, que se suma a Las chicas del cable, cuya segunda temporada estará disponible a partir del 25 de diciembre.

Pero no sólo las televisiones tradicionales se han visto afectadas por la aparición de las nuevas plataformas de video online. También la industria cinematográfica se está viendo afectada. Según la empresa especializada en investigación de marketing digital, comScore, Hollywood está sufriendo sufre una de las peores crisis de los últimos 25 años. La asistencia de público a las salas de cine estadounidenses ha caído casi un 15% en el tercer trimestre del año lo que le ha impedido superar la barrera de los 4.000 millones de dólares de recaudación, unos catastróficos resultados que también se dieron en 2006 y en 2014.

Estamos en pleno desarrollo de la era digital. Como todas las novedades, los cambios suscitan inquietud y beneficios a partes iguales. Hay que esperar para ver hacia dónde se inclina la balanza y, como casi siempre, será el usuario el que mande.

Autor: Elvira Calvo (1 diciembre 2017)

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