INVERSIÓN

Una inversión se puede definir como la adquisición de un bien, o la colocación de capital en un producto financiero, con el fin de obtener una ganancia futura.

De cara a realizar una inversión hay que tener en cuenta: el beneficio que se espera (rendimiento o rentabilidad esperada), el riesgo que asumimos, y el plazo temporal de la inversión.

Dicho de otro modo, podemos definir la inversión como el patrimonio (normalmente dinero o equivalente), que se entrega a un tercero a cambio de la propiedad de un bien o servicio, o de su uso, con la intención de que dicho valor aumente en el futuro, ya sea en un plazo pactado o no.

Para realizar una inversión de productos financieros, se puede acudir a una institución que ofrezca los productos más adecuados a las características del inversor. Estas características pueden ser tanto por la cantidad de dinero del que dispone, como por el periodo o plazo en que puede mantenerlo invertido, así como por el grado de riesgo que es capaz de asumir sin que se vean perjudicadas sus finanzas.

Para inversiones en productos financieros que requieren poco dinero o son sencillos se suele acudir a un banco comercial, mientras que para inversiones medianas, grandes y/o complejas son los bancos de inversión o intermediarios financieros quienes están especializados en productos de este tipo.

Algunos ejemplos de inversiones financieras son, para los ahorradores, abrir un depósito a plazo, la compra de un bono del Estado, la compra de acciones o de obligaciones de una empresa, la compra de antigüedades, de obras de arte, etc. En el caso de los autónomos y de las empresas, las inversiones principales van destinadas a adquirir almacenes, herramientas, ordenadores, máquinas, o cualquier otro elemento útil en su actividad.